En esta extraña y distópica actualidad que nos ha tocado vivir con la pandemia de coronavirus azotando al Orbe, hemos podido ver como las capacidades de nuestros hospitales del sistema de salud español han estado luchando al límite frente al COVID-19, habiendo momentos en los que verdaderamente nuestros sanitarios han llegado a estar desbordados de pacientes afectados. En Madrid, por ejemplo, se tuvo que adaptar en 48 horas el enorme palacio de ferias, congresos y exposiciones de IFEMA para que pudiera servir de hospital de campaña, suponiendo un verdadero hito que las Fuerzas Armadas Españolas lo prepararán todo en apenas 48 horas.
SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL Y EL COMPROMISO DE LAS FF.AA.
Con estas situaciones límite, nuestras Fuerzas Armadas han brillado con luz propia a la hora de socorrer y ayudar a la ciudadanía española mediante la acción desplegada desde la Operación Balmis. No solo ha sido el tremendo esfuerzo y dedicación de la Unidad Militar de Emergencia, de la Infantería de Marina, de La Legión, de los paracaidistas… ayudando a desinfectar y limpiar hospitales, ambulatorios, comisarias y jefaturas de policía, residencias de ancianos, instalaciones estratégicas públicas, calles y vías públicas, etc, por todas las ciudades y pueblos de nuestro país, sino también el enorme trabajo realizado por la Brigada de Sanidad, las Agrupaciones de Apoyo Logístico y los ingenieros militares montando hospitales de campaña para reforzar a los hospitales de las ciudades y comunidades autónomas cuando la cresta de la ola estaba en lo más alto.
Ocurre que estas capacidades de nuestras Fuerzas Armadas no se improvisan. Nuestros militares se ejercitan y entrenan con maniobras y ejercicios nacionales e internacionales para saber hacer frente a toda clase de escenarios y suposiciones, por lo que van adquiriendo capacidades y experiencias gracias a los despliegues con la OTAN, la UE y la ONU. Y es que no debemos olvidar que a lo largo de estas décadas nuestros militares han acudido a muchos rincones del planeta para ayudar frente a crisis humanitarias y desastres naturales, como cuando se envió al buque anfibio Galicia (L-51) con ayuda humanitaria y de reconstrucción de infraestructuras a centroamérica en 1998 tras el destructivo paso del huracán Mitch, o cuando se mandó al buque anfibio Castilla (L-52) con médicos e ingenieros militares para ayudar a la población afectada por un fortísimo terremoto que asoló Haití en 2010
Todo esto ha ido creando un poderoso know-how en nuestras FF.AA. que justo con esta situación límite ha servido para apoyar y ayudar a que los servicios públicos esenciales no colapsen y puedan serguir funcionando. Precisamente con toda esta situación, la Armada Española anunció que cinco de sus buques más grandes podían adaptarse como buques hospitales para ayudar a reforzar a aquellas ciudades donde la pandemia del coronavirus pudiera sobrepasar las capacidades de los hospitales. De hecho se envió al buque anfibio Galicia (L-51) a Melilla y Ceuta con dos ambulancias VAMTAC del TEAR y un helicóptero SH-3D Sea King medicalizado de la 5ª Escuadrilla de la FLOAN para ayudar a contener la expansión del COVID-19, ayudando los Infantes de Marina a desinfectar ambas ciudades autónomas y permaneciendo en alerta el buque por si algunas poblaciones del área del Estrecho de Gibraltar y Mar de Alborán pudiera necesitar refuerzos.
SOBRE LA SANIDAD MILITAR Y LOS NIVELES ROLE
Para ponernos en contexto, habría que empezar explicando que la Sanidad Militar es una rama de las Fuerzas Armadas que en España tiene su origen en la época de los Reyes Católicos, cuando la Reina Isabel de Castilla creó la primera unidad médica móvil que acompañaba a las tropas comandadas por Fernando de Aragón durante las últimas fases del periodo de la Reconquista, para atender a los soldados heridos en combate en unas tiendas de campaña montadas al efecto y gestionadas por médicos, cirujanos y ayudantes que actuaban como enfermeros y camilleros. Desde entonces, ese modelo de instalación ha ido evolucionando hasta llegar a los modernos y eficientes hospitales de campaña de hoy en día, dotados de rayos X para radiografías, quirófanos con asistencia de telemedicina, farmacología, sala de triaje y curas ambulatorias, áreas de convalecientes, unidades de cuidados intensivos, laboratorios de análisis de muestras, salas de desinfecciones, etc.
Ni que decir tiene que esas capacidades pensadas para atender a los soldados heridos en combate tiene también aplicación para atender a la población civil en caso de necesidad en base a su alta disponibilidad y capacidad de despliegue, tal y como estamos viendo en estos días tan extraños, con la ventaja añadida que estos hospitales militares también tienen una vertiente especializada en la guerra NBQ (Nuclear, Biológica y Química) que en estos momentos es de gran utilidad para hacer frente al coronavirus.
Llegados a este punto, hay que hablar también del término ROLE que básicamente consiste en el nivel de la capacidad militar para proporcionar asistencia médica. En la actualidad existen cuatro niveles estandarizados a nivel de la OTAN y que son los siguientes:
■ El ROLE 1 consiste en la aplicación de la conocida como «La Hora de Oro», que es cuando una persona sufre de múltiples traumatismos o heridas internas que exigen su rápida estabilización in situ y su posterior evacuación, antes de que pase una hora, con la finalidad de salvar su vida. Esta asistencia se daría dentro del propio campo de batalla o primera linea de combate.
■ El ROLE 2 consistiría en la asistencia sanitaria, pero sin estar dentro del campo de batalla, siendo accesible y cercana desde la zona de combate para las fuerzas propias una vez que se ha evacuado al herido o baja producida en el área de la primera linea de combate.
■ El ROLE 3 consiste en la capacidad de proporcionar todos los servicios propios de un hospital en el mismo terreno de operaciones, pero a retaguardia o a salvo de la zona de combate o del campo de batalla, pudiendo los pacientes ser intervenidos, tratados y medicados, pudiendo pasar la convalecencia sin necesidad de ser trasladados a un hospital convencional.
■ El ROLE 4 sería precisamente el hospital convencional o de tipo mutualístico que todos conocemos. En el caso de las Fuerzas Armadas Españolas consiste en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid, que se encargaría de proporcionar el tratamiento definitivo y especializado a los pacientes que hayan sido heridos y hayan causado baja en combate durante una campaña militar. Desde aquí también se proporcionaría asistencia y asesoramiento a distancia mediante un sistema de enlace de telemedicina.
LA APORTACIÓN DE LOS BUQUES DE LA ARMADA
En la actualidad la Armada Española dispone de cinco grandes navios que son el buque de proyección estratégica Juan Carlos I (L-61) y los dos buques de asalto anfibio Galicia (L-51) y Castilla (L-52), que junto a los buques de aprovisionamiento en combate Patiño (A-14) y Cantabria (A-15) son los de mayor tamaño y capacidades de la Flota militar de nuestro país.
En principio podemos pensar que al tratarse de buques militares, sus capacidades y misiones son muy concretas y especializadas para ser útiles en un conflicto bélico, por ejemplo el Juan Carlos I en la guerra aeronaval y anfibia, los Galicia y Castilla en la guerra anfibia y los Patiño y Cantabria en la asistencia logística de combate. Pues bien, aunque es cierto que son barcos pensados para la defensa militar de nuestro país, no es menos cierto que poseen una amplia capacidad de adaptarse a ciertos requisitos de ayuda y protección civil que fueron aplicados desde su fase de idea y diseño por el astillero Navantia, que los construyó con este requerimiento por encargo del Ministerio de Defensa, que pensó en que estos buques, además de servir para el combate, pudieran ser útiles para prestar ayuda en caso de tragedias humanitarias o en caso de desastres naturales.
Así nos encontramos que estos cinco grandes buques militares que posee España disponen de amplios espacios en su interior que permiten adaptarlos para la asistencia y ayuda a la población civil. En el caso de los tres buques anfibios se disponen de hangares y garajes de grandes dimensiones que están pensados no solo para el transporte de aeronaves y vehículos blindados, sino que se pueden instalar también en ellos módulos y contenedores con equipamientos sanitarios que permitan la creación de un hospital de campaña similar (pero salvando las distancias en cuanto a la proporcionalidad) al que se ha montado en la nave del IFEMA de Madrid. Del mismo modo ocurre con los dos grandes buques logísticos, que disponen de sollados y cámaras de almacenamiento que pueden ser transformados, con los módulos sanitarios adecuados, en hospitales de campaña flotantes. Igualmente estos cinco buques disponen de cubiertas de vuelo desde las que pueden operar varios helicópteros medicalizados con los que realizar evacuaciones sanitarias (MEDEVAC) por vía aérea.
Como ya hemos indicado antes, estas capacidades han sido diseñadas desde el principio en estos buques como un requerimiento ROLE 2 que podía resultar de utilidad para el conjunto de la ciudadanía española, pudiendo la Armada por ello ofrecerlos para tratar de ayudar y reforzar a aquellas ciudades costeras que puedan ver copadas sus capacidades hospitalarias civiles por una no deseada oleada de afectados por coronavirus que sobrepasen las instalaciones sanitarias en tierra. Esta capacidad de nuestros cinco grandes buques militares podrían ser determinantes en las poblaciones de los archipiélagos balear y canario y en las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que al estar alejadas de la península podrían verse con una cierta sensación de aislamiento, por lo que tampoco se puede desdeñar el aporte moral que podrían proporcionar a la población al ver que pueden ser asistidos por la Armada como extensión física y tangible del conjunto del Estado español.
Merece la pena destacar que en los ejercicios del tipo FLOTEX que realiza la Armada cada año, los tres grandes buques anfibios suelen ejercitarse en supuestos del tipo ROLE 1 y ROLE 2 para pulir y tener a punto las capacidades del personal de Cuerpo Militar de Sanidad (CMS), con el objetivo de aplicar las lecciones y técnicas sanitarias a bordo durante unas maniobras navales que se aproximan a la realidad de un supuesto operativo con la llegada masiva de bajas producidas en combate, llegando a coordinarse durante los mismos algunas intervenciones quirúrgicas con asistencia de telemedicina desde el hospital Gómez Ulla en Madrid.
Las CAPACIDADES hospitalarias de los cinco buques de la Armada son las siguientes:
■ LHD JUAN CARLOS I (L-61)
Sala de Triaje: 1
Sala de consulta médica: 1
Sala de Odontología: 1
Sala de infecciosos: 4
Sala de quirófano: 2
Sala de Rayos X: 1
Sala de esterilización: 1
Sala de morge: 2
Camas de convalecencia: 1.000
Camas UCI: 8
Laboratorio: 1
Farmacia: 1
■ LPD GALICIA (L-51) y LPD CASTILLA (L-52)
Sala de Triaje: 1
Sala de consulta médica: 1
Sala de Odontología: 1
Sala de infecciosos: 4
Sala de quirófano: 2
Sala de Rayos X: 1
Sala de esterilización: 1
Sala de morge: –
Camas de convalecencia: 800
Camas UCI: 8
Laboratorio: 1
Farmacia: –
■ AOR PATIÑO (A-14) y AOR CANTABRIA (A-15)
Sala de Triaje: 1
Sala de consulta médica: –
Sala de Odontología: 1
Sala de infecciosos: –
Sala de quirófano: 1
Sala de Rayos X: 1
Sala de esterilización: 1
Sala de morge: –
Camas de convalecencia: 140
Camas UCI: 4
Laboratorio: 1
Farmacia: 1
Por otra parte hay que explicar que estas funciones como buques hospitales sin perder sus capacidades militares sólo se pueden aplicar en tiempo de paz, ya que en tiempo de guerra, si se decidiese usarlos como buques hospitales en vez de buques de combate, deberían de dejar a un lado las capacidades militares y llevar pintadas unas grandes cruces rojas sobre fondo blanco, como ocurre con los buques sanitarios-logísticos Esperanza del Mar y Juan de La Cosa del Instituto Social de la Marina, de tal modo que sean fáciles de identificar como buques hospitales y se puedan discriminar de los buques de guerra, siguiéndose así los dictámenes legales internacionales.
LA APORTACIÓN DEL INSTITUTO SOCIAL DE LA MARINA
Ya que hemos mencionado a los dos buques hospitales (sanitarios y logísticos) del Instituto Social de la Marina, Esperanza del Mar y Juan de la Cosa, hay que dejar en claro que no son buques militares, sino civiles. No obstante también podrían aportar su granito de arena en caso de que sea necesario requerir su participación para hacer frente a la pandemia, si bien el que el diseño de estos barcos sea para atender a la flota pesquera, hace que sea más complicado que puedan atender masivamente a la población, si bien podrían ayudar de otra manera, por ejemplo para proporcionar asistencia sanitaria de tipo ambulatoria a pacientes que no estén afectados por coronavirus, dejando las grandes instalaciones hospitalarias en tierra para concentrarse en los afectados por coronavirus, de forma que quitarían presión y afluencia a los hospitales. Esto podría ser de gran utilidad en las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, así como en las ciudades costeras de los archipiélagos Canario y Balear.
Las CAPACIDADES hospitalarias de los dos buques del Instituto Social de la Marina son las siguientes:
■ SL ESPERANZA DEL MAR
Sala de Triaje: 1
Sala de consulta médica: 1
Sala de Odontología: 1
Sala de aislados: 1
Sala de quirófano: 2
Sala de Rayos X: 1
Sala de esterilización: 1
Sala de morge: 2
Camas de convalecencia: 47
Camas UCI: 2
Laboratorio: 1
Farmacia: 1
■ SL JUAN DE LA COSA
Sala de Triaje: 1
Sala de consulta médica: 1
Sala de Odontología: 1
Sala de aislados: 1
Sala de quirófano: 1
Sala de Rayos X: 1
Sala de esterilización: 1
Sala de morge: 2
Camas de convalecencia: 30
Camas UCI: 2
Laboratorio: 1
Farmacia: 1
ALGUNAS CONCLUSIONES
Finalmente, y aunque podemos llegar a la conclusión de que por separado estos buques pueden ofrecer unas capacidades sanitarias muy limitadas, en conjunto podemos sumar, entre los siete buques vistos en este artículo, unas 1777 camas para convalecientes, 36 camas UCI, 11 quirófanos y 7 laboratorios, que unidos al conjunto de la Sanidad española, puede suponer que se pueden salvar muchas vidas en las ciudades costeras donde estos buques se puedan posicionar si fuesen requeridos.
Además, tampoco podemos olvidar que los cinco buques de la Armada pueden, gracias a sus modernos sistemas de comunicaciones y avanzados medios de Mando y Control, poder coordinar la gestión militar de emergencias ante cualquier situación, además de poder aportar mano de obra en base a la Infantería de Marina y la marinería de dotación en los buques para ayudar en la limpieza y desinfección de instalaciones civiles estratégicas y servicios públicos esenciales en las poblaciones que lo puedan requerir para contener la expansión del coronavirus, tal y como el buque anfibio Galicia (L-51) ya ha demostrado durante el despliegue realizado en Melilla y Ceuta dentro de la Operación Balmis, que entre otros efectos beneficiosos ha servido para subir la moral de los habitantes de dichas ciudades autónomas, viendo que la solidaridad del resto de España llega a todos los rincones de nuestro país.
Desde aquí ya solo nos queda felicitar a nuestras Fuerzas Armadas por la enorme labor que están realizando en apoyo de nuestros sanitarios y del conjunto de la ciudadanía en esta dificilísima lucha contra la pandemia de coronavirus, deseando el mejor desenlace posible para nuestro país y el resto de naciones del mundo. Va a costar mucho esfuerzo y sacrificios, pero acabaremos venciendo al COVID 19 y tarde o temprano la humanidad saldrá de este grave trance. Tened mucho cuidado en estos días, sed cívicos, responsables y protegeros mucho.
Juan C. Ortiz (FORO NAVAL)
Me gustaría dedicar este artículo al recuerdo del médico militar D. Rogelio Vigil de Quiñones, natural de Marbella y uno de «Los Últimos de Filipinas», que resistió encerrado en una pequeña iglesia de Baler, junto con sus compañeros, durante 337 días asediados por un enemigo muy superior. Que su fortaleza nos sirva de ejemplo durante el confinamiento por el Estado de Alarma Nacional para hacer frente a la pandemia de coronavirus.
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