SÍNDROME ANSIOSO-DEPRESIVO (SAD)
Revisión científica completa y actualización 2025
DrRamonReyesMD
1. Introducción
El síndrome ansioso-depresivo (SAD) constituye un estado clínico mixto donde coexisten, de forma simultánea y clínicamente significativa, síntomas de ansiedad (tanto somáticos como cognitivos) y síntomas depresivos (afectivos, cognitivos y neurovegetativos). Es una entidad altamente prevalente en Atención Primaria —hasta el 30-40 % de las consultas— y con un impacto notable sobre discapacidad, riesgo suicida y comorbilidades cardiovasculares.
Se considera una interfase psicopatológica entre los trastornos del ánimo y los trastornos de ansiedad, con mecanismos fisiopatológicos compartidos y presentación frecuentemente solapada, lo que complica el diagnóstico y manejo.
2. Etiología y fisiopatología
2.1. Disregulación neurobiológica
El SAD surge por interacción de:
- Disregulación monoaminérgica (serotonina, noradrenalina, dopamina).
- Hiperactividad del eje HHA (Hipotálamo–Hipófisis–Adrenal) → incremento de cortisol basal y reactividad exagerada al estrés.
- Alteración de redes neuronales: amígdala hiperactiva, corteza prefrontal hipoactiva, hipocampo reducido en volumen.
- Neuroinflamación: aumento de IL-6, TNF-α, proteína C reactiva (PCR) ultrasensible.
2.2. Factores genéticos
- Polimorfismos del transportador de serotonina (5-HTTLPR).
- Heredabilidad aproximada: 30–40 %.
2.3. Factores psicosociales
- Acontecimientos vitales estresantes.
- Maltrato infantil, abandono o experiencias adversas.
- Falta de soporte social.
- Estrés laboral prolongado y burnout.
3. Clínica
3.1. Síntomas ansiosos
- Taquicardia, sudoración, temblor fino, palpitaciones.
- Inquietud psicomotora.
- Sensación de amenaza o catastrofismo.
- Insomnio inicial.
3.2. Síntomas depresivos
- Ánimo triste o irritable.
- Anhedonia.
- Astenia marcada.
- Trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia).
- Alteraciones cognitivas: lentitud, dificultad para concentrarse.
- Pérdida de apetito o hiperfagia.
- Culpa, desesperanza o ideación suicida.
3.3. Síntomas somáticos frecuentes en AP
- Presión torácica no cardiaca.
- Cefalea tensional.
- Dispepsia funcional, diarrea o estreñimiento.
- Sensación de “nudo en la garganta”, disnea subjetiva.
- Mareo y desrealización/dés-personalización.
4. Diagnóstico
4.1. Diagnóstico clínico
Es clínico, basado en:
- Presencia simultánea de síntomas ansiosos y depresivos durante ≥ 2 semanas.
- Repercusión funcional.
- Ausencia de causa orgánica evidente.
4.2. Escalas recomendadas en AP (SAS)
- GAD-7 → ansiedad (≥ 10 indica caso).
- PHQ-9 → depresión (≥ 10 caso moderado).
- HADS (Hospital Anxiety & Depression Scale) → útil en mayores y crónicos.
4.3. Diagnóstico diferencial
- Hipotiroidismo o hipertiroidismo.
- Anemia ferropénica.
- Trastornos cardíacos (FA, IC, valvulopatías).
- Tumores cerebrales (si clínica focal).
- Efectos farmacológicos: corticoides, estimulantes, alcohol, cocaína.
- Trastorno bipolar (buscar antecedentes de hipomanía).
4.4. Pruebas complementarias (AP 2025)
No son obligatorias salvo sospecha clínica:
- Hemograma + bioquímica + TSH.
- Vitamina B12 y folato en mayores.
- ECG si se planifica uso de tricíclicos o síntomas cardiacos.
- Cribado de consumo de alcohol y drogas.
5. Pronóstico
- El 50 % presenta recurrencias.
- El riesgo suicida en SAD es superior al de la depresión aislada, especialmente cuando predomina agitación, impulsividad o insomnio grave.
- Puede cronificarse si no se trata adecuadamente.
6. Tratamiento (actualización 2025)
6.1. En Atención Primaria (SAS)
A. Intervención psicoeducativa
- Explicar naturaleza biopsicosocial del trastorno.
- Evitar benzodiacepinas prolongadas desde la primera visita.
- Higiene del sueño.
- Reducción de estimulantes.
- Técnicas de respiración diafragmática y mindfulness de 5 min.
B. Tratamiento farmacológico de primera línea
1. ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina)
- Escitalopram 10–20 mg/día
- Sertralina 50–150 mg/día
- Paroxetina 20–40 mg/día (evitar en ancianos; más sedante)
2. IRSN (inhibidores de la recaptación de serotonina-noradrenalina)
- Duloxetina 30–60 mg/día → ideal si hay dolor crónico.
- Venlafaxina XR 75–225 mg/día
3. Alternativas
- Mirtazapina 15–45 mg/noche → insomnio + pérdida de peso.
- Bupropión (no financiado ampliamente; útil si predominan apatía y fatiga).
C. Benzodiacepinas con uso restringido
Indicar solo 10–14 días, dosis mínimas:
- Lorazepam 0,5–1 mg/12h
- Diazepam 2–5 mg noche
Evitar en: >70 años, SAHOS, EPOC, riesgo de caídas.
D. Psicoterapia basada en evidencia
- TCC (Terapia Cognitivo-Conductual) → primera elección.
- Mindfulness-Based Stress Reduction.
- Terapia de activación conductual.
7. Criterios de derivación (SAS)
Derivar a Salud Mental cuando:
- Ideación suicida persistente o planificada.
- Sospecha de bipolaridad.
- Mala respuesta tras 8–12 semanas de tratamiento óptimo.
- Comorbilidad psiquiátrica grave (psicosis, abuso severo de sustancias).
- Deterioro funcional extremo.
8. Consideraciones en mayores (>75 años)
- Evitar paroxetina y benzodiacepinas.
- Preferibles sertralina y escitalopram.
- Comenzar con mitad de la dosis e ir subiendo.
- Evaluar riesgo de hiponatremia por ISRS (SAS recomienda Na+ a las 2–4 semanas).
9. Tratamiento en Urgencias
- Manejo de crisis de ansiedad aguda:
- Excluir causas orgánicas.
- Lorazepam 0,5–1 mg SL/PO.
- Reaseguramiento estructurado.
- Derivación urgente si:
- Riesgo suicida.
- Conducta agresiva.
- Síntomas psicóticos.
- Duda diagnóstica (deterioro cognitivo, delirium).
10. Riesgo suicida (2025)
Factores de alto riesgo en SAD:
- Insomnio grave y angustia matutina.
- Desesperanza + culpa intensa.
- Abuso de alcohol o cocaína.
- Varón > 65 años.
- Antecedentes de intento previo.
Acciones en AP:
- Preguntar directamente (no aumenta el riesgo).
- Elaborar plan de seguridad.
- Derivación urgente si hay plan, medios o impulsividad.
11. Conclusiones
El síndrome ansioso-depresivo representa una entidad clínica mixta de altísima prevalencia en Atención Primaria y Urgencias. Su abordaje debe basarse en un modelo biopsicosocial, con evaluación sistemática, confirmación mediante escalas, y un tratamiento multimodal que combine farmacoterapia, psicoterapia y psicoeducación.
El manejo precoz reduce recaídas, discapacidad y riesgo suicida. La coordinación entre AP, Salud Mental y Medicina Interna es clave para disminuir la carga de enfermedad, especialmente en pacientes polimedicados o frágiles.


No hay comentarios:
Publicar un comentario