🫀 El Mundo publica hoy un reportaje imprescindible sobre la realidad de los desfibriladores en España: el 62,65% de los municipios españoles no tiene ningún desfibrilador, pese a que la muerte súbita causa 30.000 fallecimientos al año.
Desde SEC-FEC junto a Cruz Roja Española impulsamos la aplicación Ariadna, para localizar desfibriladores cercanos y voluntarios en RCP en toda España.
🔗Reportaje completo:
https://lab.elmundo.es/un_pais_sin_latidos/index.html
Un país sin latidos
El 62,65% de municipios no tiene ningún dispositivo para revertir una parada cardíaca
Teresa tenía 12 años cuando su corazón se detuvo de forma repentina.
Le pasó tras un entrenamiento de baloncesto. Cuando llegaron los servicios médicos, ya no había nada que hacer.
Guadalix de la Sierra
En el estadio municipal de fútbol, José Durán, de 15 años, le pasó el balón a un compañero. Este se lo devolvió y, de repente, Durán se desplomó de bruces contra el césped. Murió allí mismo.
L'Hospitalet de Llobregat
Misma ciudad, otro campo. 10 años más tarde. A la media hora de juego, Germán (17) comenzó a sentirse mal y perdió el conocimiento al sufrir una parada cardiorrespiratoria.
Germán tiene ahora 26 años. Sobrevivió.
¿La diferencia? Tenía un desfibrilador automático cerca. Los otros dos niños no.
En España se registran unas 30.000 muertes súbitas al año, casi 100 al día. Si se utilizara un desfibrilador en los primeros cinco minutos -un aparato que cualquiera puede usar- hasta el 90% de los pacientes podría sobrevivir. Aun así, no existe un plan nacional para instalarlos ni un sistema oficial que permita localizarlos rápidamente en una emergencia
Maria Toldrà y Juan López
A José Durán le cambió la vida el 8 de enero de 2009. Ese día, su hijo -también llamado José Durán- murió mientras entrenaba con su equipo de fútbol en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Tenía 15 años. Era un día corriente y frío, justo después de las vacaciones de Navidad.
"Le preparas la mochila, se come un bocadillo, lo subes al coche y, una hora después, se queda allí tumbado. Y ya está: te quedas sin hijo. Te vas a tu casa sin nada", recuerda su padre. José sufrió una muerte súbita mientras practicaba deporte, una parada cardíaca en un chico sano.
José Durán con 15 años.
Su padre, que estaba en la grada, saltó al campo para intentar reanimarlo. Rezó, trató de hacerle el boca a boca "como había visto en las películas". Pero ninguno de los allí presentes sabía qué hacer.
Llegaron hasta tres ambulancias. El campo se encontraba a sólo 300 metros del Hospital de Bellvitge, pero no sirvió de nada. Una cosa tan sencilla como un desfibrilador, esos aparatos verdes colgados que pasan desapercibidos en las calles, le habría podido salvar la vida. Aunque no había ninguno cerca. "Sólo la última UVI móvil llevaba uno y ya era demasiado tarde", lamenta Durán.
"Nadie se acerca a ti para explicarte nada: ni del club, ni de las ambulancias, ni de ayuda psicológica. Nos quedamos solos. Entierras a tu hijo y luego, en el día a día, te vas a trabajar y ya está. Parece que uno tiene que asumir esto como si fuera algo natural", añade.
En España, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de mortalidad. La mayoría de las muertes se deben a enfermedades coronarias y se producen fuera del ámbito hospitalario. Cada año se registran más de 30.000 muertes por paradas cardiorrespiratorias, lo que equivale a una cada 17 minutos. Son 26 veces más fallecimientos que por los accidentes de tráfico y casi tres veces más que por cáncer de colon.
En la mayoría de las ocasiones, si se actúa a tiempo con un desfibrilador semiautomático (DEA), se pueden salvar vidas. ¿El problema? La presencia de estos aparatos es muy desigual. EL MUNDO ha localizado los más de 28.000 instalados en España, tomando como referencia los datos de la Sociedad Española de Cardiología y la aplicación Ariadna. El resultado revela una red irregular, con puntos negros en los que, ante una parada, no habría tiempo para llegar a uno.
Con desfibriladores
Sin desfibriladores
Apenas dispone de 10 municipios cardioprotegidos de un total de 183, lo que equivale a sólo un 5,5% del territorio. Es la provincia con menor cobertura de desfibriladores en España.
Soria
Le sigue muy de cerca: 180 de sus 191 municipios (94,2%) no tienen uno.
Palencia
Más del 90% de las localidades (217) no dispone de un DEA.
Cuenca
Hay 5.130 municipios que no tienen ni un sólo desfibrilador.
Cuando murió Teresa, la hija de Mariluz García, su municipio, Guadalix de la Sierra (Madrid), tampoco tenía uno.
La niña, de 12 años, estaba chateando con sus amigos del instituto mientras se comía un bocadillo para reponer fuerzas después de su entrenamiento de baloncesto cuando se desplomó de repente. La encontró su hermano pequeño, que pensó que estaba "dormida en el suelo". Su madre se había ausentado unos minutos para recogerlo del entrenamiento de fútbol, así que no había nadie en casa cuando ocurrió.
Teresa, con 12 años.
Los médicos explicaron después que la causa de su muerte fue una inflamación severa en el ventrículo izquierdo, provocada por la enfermedad DAVD, una dolencia hereditaria del corazón. La tragedia no era nueva en su familia. Décadas antes, la misma causa ya había golpeado a los hermanos de Mariluz: Paco, de 17 años, y Sole, de 27, murieron el 8 de marzo de 1988, el mismo día. Él cayó fulminado mientras jugaba al baloncesto con sus amigos; ella, al ver cómo lo metían en la ambulancia, sufrió otro infarto y también perdió la vida.
Desde entonces, Mariluz vive con una idea fija: que ninguna otra familia pase por el mismo horror. En su pueblo, consiguió que se instalaran desfibriladores en las calles, colegios y centros municipales, incluso a alturas accesibles para niños o personas en silla de ruedas. Para ella, cada desfibrilador colocado es una forma de dar sentido a la muerte de Teresa y sus hermanos. De convertir el dolor en prevención: "Quiero pensar que la muerte de mi hija servirá para salvar otras vidas".
Número de municipios que no tienen desfibriladores por provincias
Francia, Holanda, Suecia, Suiza e Italia tienen entre 10 y 15 veces más desfibriladores por millón de habitantes que España. Así lo advierte Ignacio Fernández Lozano, cardiólogo y presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
"En Holanda, la supervivencia tras una parada cardíaca extrahospitalaria ronda el 30%, mientras que en nuestro país estamos por debajo del 10%. Matamos a 6.000 españoles al año por no hacer lo mismo que los holandeses", sentencia.
España está en la cola de Europa. Y los pocos que hay están mal repartidos. "No hay una campaña nacional que coloque desfibriladores en todos los municipios ni existe un plan nacional de distribución ni tenemos un sistema de localización".
MapLibre | © CARTO, © OpenStreetMap contributors
Ante la problemática, la SEC ha desarrollado una aplicación, Ariadna, que tiene geolocalizados todos los desfibriladores. La herramienta no sólo localiza los aparatos; también conecta con 60.000 voluntarios en España que saben hacer RCP. "Como la administración no ha hecho nada, lo hemos tenido que hacer nosotros", denuncia el presidente de la SEC.
A este intríngulis se le añade que sólo Galicia ha dado el paso de integrar esta base de datos a su protocolo de actuación. "Si hay una parada cardíaca y se llama al 112, el operador puede ver dónde está el desfibrilador más cercano y también quiénes son los voluntarios próximos. Entonces puede avisar para que vaya al lugar e inicie maniobras de RCP o lleve el desfibrilador mientras llega la ambulancia", detalla.
¿Y las otras comunidades? Algunas lo han estudiado, pero no han dado el paso. "La tecnología existe, pero no hay voluntad", censura el cardiólogo, al tiempo que añade que les parece "complicado a nivel técnico o burocrático, pero en realidad es cuestión de conectar bases de datos. No hace falta más dinero, hacen falta ganas. Muchos políticos y legisladores no han priorizado la cardioprotección. La ignorancia mata".
Cada segundo cuenta
En realidad, para hacer uso de un desfibrilador, no hace falta ningún curso. "En algunos decretos pone que sólo lo puede usar un médico... eso lo ha escrito un ignorante. Llegas, lo coges y lo usas. Con que tengas tres neuronas puedes salvar vidas", sentencia Fernández.
Ante una parada cardíaca, el protocolo es simple: llamar al 112, avisar y, si hay un desfibrilador cerca, usarlo. Cualquiera puede hacerlo porque el propio aparato va dando instrucciones paso a paso. "Abres la tapa, colocas los parches donde te indican los dibujos -uno en el pecho, otro en el costado- y a partir de ahí el desfibrilador te habla: ‘coloque los parches’, ‘aléjese del paciente’, ‘analizando el ritmo’, ‘voy a dar una descarga’...".
El dispositivo analiza el ritmo cardíaco y sólo aplica una descarga si detecta una arritmia desfibrilable, como una fibrilación ventricular o una taquicardia ventricular sin pulso. Si no es necesario, no descarga. "No puedes hacer daño. Si el corazón está bien o es un simple desmayo, no actúa", desarrolla el cardiólogo.
Lo peor que se puede hacer es no intentarlo. En una parada cardíaca, cada minuto sin desfibrilar es un 10% menos de posibilidades de sobrevivir. A los 10 minutos, si nadie ha movido un dedo y se sigue esperando a la ambulancia, la persona está muerta.
El claro ejemplo es Germán, quien a los 17 años se le paró el corazón de golpe. Estaba en el campo dándolo todo y a la media hora se empezó a sentir realmente mal. El entrenador lo acompañó al vestuario donde perdió el conocimiento. A partir de ese momento, no recuerda nada más allá de lo que ha contado su padre.
Entre los espectadores había una madre que era médico. Fue ella quien llevó las riendas, cogió el desfibrilador -ese campo sí tenía uno- y le aplicó dos descargas. "Cualquiera me las pudo haber dado, pero justo estaba ella. Mientras, otros padres me hacían el masaje cardíaco para mantener la circulación", recuerda ahora, nueve años después.
Germán jugando a fútbol cuando tenía 17 años.
Pasó dos días sedado en el hospital. La causa de la parada fue idiopática: no hubo una razón aparente. Ahora, con 26 años, Germán está perfectamente. Lleva un desfibrilador implantado en el corazón (DAI) por si le vuelve a ocurrir. Hace deporte, estudia, viaja y lleva una vida prácticamente normal. No ha vuelto a sufrir ningún episodio ni secuelas. "Estoy tranquilo, el aparato me protege y me hago revisiones. Vivo como antes", resume.
"Yo estaba bien, como siempre. Había calentado, había comido normal, no tenía nada. Y, de repente, me caí redondo. Nunca me habían detectado nada. O sea, me podía haber pasado a mí o a cualquiera", subraya. Y como le puede pasar a cualquiera, cualquiera puede necesitar hacer uso de un desfibrilador.
Si España tuviera un sistema eficaz, recuerda Fernández, se podrían salvar entre 4.000 y 5.000 vidas más cada año. "Gastamos millones en campañas de tráfico, pero ninguna en muerte súbita. Ninguna. Mueren miles de personas al año por paradas y no le damos importancia. La muerte súbita no da votos. Y mientras no se actúe... seguirán muriendo personas que podrían haberse salvado con sólo abrir una tapa verde", remacha.
Metodología
La fuente primaria de esta información es Ariadna RCP, una aplicación desarrollada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Fundación Española del Corazón y la Cruz Roja, que conecta a voluntarios con conocimientos en RCP con el DEA más cercano al lugar donde se produce una parada cardiorrespiratoria.
Para la elaboración de este reportaje, se localizaron los más de 28.000 desfibriladores externos no sanitarios en España a partir de la información proporcionada por la SEC, con fecha de octubre de 2025. Las herramientas utilizadas en el procesamiento de la información han sido, principalmente, QGIS y Microsoft Excel.
Al tratarse de una aplicación gestionada por voluntarios que se encargan de contabilizar los DEA, no se tuvieron en cuenta los desfibriladores con una ubicación errónea o incoherente. Tampoco se consideraron aquellos localizados fuera del territorio español.
Con el fin de calcular cuántos dispositivos de desfibrilación hay en cada municipio y provincia, se cruzaron los datos de la SEC con las cifras de población y los límites administrativos del Instituto Geográfico Nacional (IGN). A partir de ese análisis, se elaboró un gráfico de barras que refleja el porcentaje de municipios no cardioprotegidos por provincia.
También se ha consultado la normativa en materia de cardioprotección externa al ámbito sanitario. Analizando tanto la ley nacional (Real Decreto 365/2009, de 20 de marzo) como la de aquellas comunidades que tienen legislación propia.
Redacción y datos Maria Toldrà y Juan López,
Edición Pilar Pérez,
Desarrollo Fernando Anido,
Dirección de arte María González Manteca y Josetxu L. Piñeiro.
© ELMUNDO.es Avenida de San Luis 25 - 28033 MADRID.
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