Las sandalias doradas se colocaron sobre los pies del rey antes de envolver el cuerpo, imitando su forma el calzado de fibra vegetal tejida de uso cotidiano, como para conceder al difunto las comodidades de la vida transfiguradas en esplendor divino. Cada dedo de la mano y del pie estaba envuelto en su propia funda brillante, sellando el cuerpo en metal precioso como imagen de plenitud e inmortalidad.
Cuando la momia fue desenvuelta en 1925, estas exquisitas piezas fueron retiradas; Era una práctica habitual en la época, aunque la egiptología moderna ya no la llevaría a cabo. En cambio, la momia de Thuya, bisabuela de Tutankamón, aún conserva sus sandalias doradas y permanece in situ, revelada únicamente gracias a la silenciosa precisión de la tomografía computarizada moderna.

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