VISITAS RECIENTES

AUTISMO TEA PDF

AUTISMO TEA PDF
TRASTORNO ESPECTRO AUTISMO y URGENCIAS PDF

We Support The Free Share of the Medical Information

Enlaces PDF por Temas

Nota Importante

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en el blog EMS Solutions International está editada y elaborada por profesionales de la salud. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario. by Dr. Ramon REYES, MD

Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.

Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.
Fuente Ministerio de Interior de España

martes, 2 de diciembre de 2025

Técnica de Flagg para la anestesia con éter

 








La imagen muestra una lámina divulgativa basada en un vídeo histórico en blanco y negro.
Arriba aparece una lata metálica rotulada como “Ether for Anaesthesia” de Mallinckrodt, con un tubo de goma negro que sale de la tapa. Debajo se lee el texto “Técnica de Flagg para la anestesia con éter”. En la parte inferior, se ve a un paciente varón en decúbito supino; un anestesista sostiene la lata y el tubo que va desde el envase hasta la boca del paciente, a modo de vía aérea rudimentaria. El conjunto representa la llamada “Flagg can”, un dispositivo temprano para administrar éter por vía intratraqueal o inhalatoria directa.




Técnica de Flagg para la anestesia con éter

Análisis histórico, científico y médico actualizado a 2025

DrRamonReyesMD


1. Introducción

La anestesia con éter dietílico marcó la transición de la cirugía cruenta del siglo XIX a la cirugía “moderna” sin dolor, tras la demostración de Morton en 1846. Durante décadas el éter fue el anestésico inhalatorio dominante por su amplio margen terapéutico, bajo coste y relativa seguridad cardiovascular, pese a ser inflamable y producir náuseas, vómitos y complicaciones pulmonares.

A comienzos del siglo XX, la anestesia era todavía una práctica artesanal, con sistemas abiertos (gasa y mascarilla) y prácticamente sin monitorización. En ese contexto, algunos anestesiólogos buscaron métodos más “controlados” de administración de éter, entre ellos el estadounidense Paluel Joseph Flagg (1886-1970), autor de The Art of Anaesthesia y pionero en vía aérea, monitorización y prevención de la asfixia.

La llamada “Flagg can” o “lata de Flagg” y su “método simplificado de anestesia intratraqueal con éter” representan un intento de estandarizar la administración de éter con recursos mínimos, que hoy consideramos claramente inseguro.


2. Paluel J. Flagg: contexto y aportes

Paluel Joseph Flagg fue anestesiólogo en Nueva York, profesor en Fordham University y anaesthetist en hospitales como Roosevelt y Bellevue. Publicó en 1916 The Art of Anaesthesia, uno de los primeros grandes tratados estadounidenses de la especialidad, con varias ediciones hasta 1944.

Entre sus contribuciones destacan:

  • Dispositivos de vía aérea (cánulas orofaríngeas, tubos endotraqueales, laringoscopios).
  • El haemoxómetro de Flagg, para estimar la saturación de oxígeno antes de la era de la pulsioximetría.
  • La “Flagg can”, lata perforada de éter utilizada como inhalador/anestesiador automático.
  • La fundación de la Society for the Prevention of Asphyxial Death, centrada en seguridad de la vía aérea.

Su trabajo se sitúa en paralelo al de otros gigantes como Arthur E. Guedel, quien describió las etapas de la anestesia con éter y popularizó la cánula orofaríngea de Guedel.


3. El dispositivo: la “Flagg can”

La “Flagg can” era un dispositivo extremadamente simple:

  • Una lata metálica (a menudo de un preparado comercial de éter para anestesia), aproximadamente llena hasta la mitad de éter líquido.
  • Una tapa perforada con múltiples orificios que permitían la entrada de aire ambiente.
  • Un tubo de goma que atravesaba la tapa; el extremo proximal iba desde el interior de la lata hasta el espacio aéreo sobre el líquido, y el extremo distal se conectaba a la boca/nasofaringe o directamente a la tráquea del paciente (vía intratraqueal).
  • En algunas variantes, se intercalaba una mascarilla facial simple o un tubo metálico para mantener la lengua desplazada.

El principio era que el paciente respiraba espontáneamente a través del tubo. Al inspirar, arrastraba aire mezclado con vapor de éter desde el interior de la lata; al espirar, el gas podía salir parcialmente al exterior. La lata actuaba como un rudimentario “vaporizador pasivo” y, en palabras de algunos anestesistas de la época, como un “piloto automático” de la anestesia con éter.

En el vídeo del que proceden tus fotogramas se aprecia:

  1. El anestesista sujetando la lata en la mano, con el tubo emergiendo de la tapa.
  2. La introducción del extremo distal del tubo en la boca del paciente, presumiblemente más allá de la base de la lengua, actuando como vía aérea intrafaringea o intratraqueal.
  3. La posición supina del paciente, sin monitorización visible, confiando el control de la profundidad anestésica a la experiencia del operador (signos de Guedel, coloración, patrón respiratorio).

4. La técnica de Flagg para anestesia intratraqueal con éter

En 1929 Flagg publicó “A simplified method of intratracheal ether anesthesia” en Anesthesia & Analgesia, describiendo un procedimiento que empleaba insuflación intratraqueal de éter-oxígeno de forma relativamente estandarizada.

4.1. Principios fisiológicos

  • La insuflación intratraqueal pretendía asegurar una vía aérea permeable y una entrega más predecible de anestésico que el goteo abierto sobre mascarilla.
  • El paciente respiraba (o era ventilado) a través de un tubo que conducía una mezcla de aire, oxígeno y vapor de éter desde la fuente (la lata o un generador simplificado).
  • La alta solubilidad del éter (coeficiente sangre/gas ~12,1) condicionaba inducción lenta y recuperación prolongada, pero también una notable estabilidad hemodinámica.

4.2. Pasos generales de la técnica clásica

  1. Premedicación con atropina y, en ocasiones, morfina u opioides de la época para reducir secreciones y ansiedad.
  2. Colocación del paciente en decúbito supino, cabeza en ligera extensión.
  3. Introducción del tubo (intratraqueal o faríngeo) conectado a la lata de Flagg.
  4. Inicio de la inhalación: el paciente inspira espontáneamente, arrastrando aire y vapor de éter desde la lata.
  5. Ajuste “manual” de la profundidad: el operador modifica el grado de exposición (aproximando o alejando la lata, abriendo/cerrando parcialmente orificios, levantando la tapa) y vigila signos de Guedel: movimientos oculares, reflejo palpebral, tono muscular, patrón respiratorio.
  6. Mantenimiento: anestesia sostenida con respiración espontánea, sin monitorización numérica de concentración anestésica, oxigenación ni CO₂.
  7. Despertar: retirada del tubo, aire ambiente, estimulación física; en ocasiones empleo de oxígeno suplementario por mascarilla simple si estaba disponible.

En su momento se consideró un avance respecto al goteo abierto, especialmente en entornos militares y de bajos recursos, donde se necesitaba un método portátil, barato y “mecánicamente sencillo”.


5. Farmacología y fisiología del éter dietílico

El éter dietílico es un anestésico inhalatorio altamente soluble y muy inflamable. Sus características más relevantes son:

  • MAC (Minimum Alveolar Concentration) aproximada: 1,9–2,0 %.
  • Coeficiente sangre/gas: ~12, lo que implica inducción y recuperación lentas.
  • Ventajas:
    • Amplísimo margen de seguridad: difícil de producir paro respiratorio si el paciente respira aire o aire-oxígeno.
    • Estabilidad hemodinámica relativa, preservación del barorreflejo y menor depresión miocárdica que otros agentes clásicos.
    • Excelente analgesia intraoperatoria que se extiende al postoperatorio inmediato.
  • Inconvenientes:
    • Marcada irritación de vía aérea: tos, laringoespasmo, hipersecreción.
    • Alta incidencia de náuseas y vómitos postoperatorios.
    • Riesgo de neumonía por éter y complicaciones respiratorias por aspiración y atelectasias.
    • Inflamabilidad y explosividad: en presencia de oxígeno enriquecido y fuentes de ignición (diatermia, electrobisturí) el riesgo de explosión es real.

En el entorno de la “Flagg can”, estos problemas se amplificaban: la mezcla aire-éter se generaba en un recipiente metálico abierto, sin sistemas antichispas ni ámbito libre de llamas.


6. Riesgos específicos de la técnica de Flagg

Desde la perspectiva de 2025, la técnica de Flagg es inaceptable en términos de seguridad, por múltiples razones:

  1. Ausencia de control cuantitativo de la dosis

    • La concentración inspirada de éter dependía de la temperatura ambiente, la ventilación del paciente, el grado de llenado de la lata y la posición del tubo.
    • No existía equivalente a los vaporizadores calibrados actuales ni posibilidad de medir la fracción expiratoria.
  2. Oxigenación incierta

    • El paciente respiraba principalmente aire ambiente mezclado con vapor de éter desde la lata.
    • En cirugías prolongadas o pacientes con reserva limitada, el riesgo de hipoxemia era elevado, sin pulsioximetría ni monitorización de gases.
  3. Hipercapnia y ventilación inadecuada

    • No había absorción de CO₂ ni control de la ventilación minuto.
    • La depresión respiratoria progresiva por profundidad anestésica podía llevar a hipercapnia severa y acidosis.
  4. Riesgo de aspiración y obstrucción

    • El tubo no contaba con neumotaponamiento eficaz; el paciente mantenía a menudo reflejos faríngeos intermedios durante la inducción.
    • Se combinaban secreciones abundantes inducidas por el éter, manipulación de vía aérea y ausencia de ayuno riguroso, con riesgo de aspiración gástrica.
  5. Inflamabilidad y explosiones

    • El vapor de éter en aire es explosivo en un amplio rango de concentraciones; quirófanos con iluminación eléctrica temprana, equipo de diatermia y llamas abiertas eran un campo minado.
  6. Sin monitorización estandarizada

    • En la época no existían ni pulsioxímetros, ni capnógrafos, ni monitores de presión arterial automáticos.
    • El control de la profundidad anestésica se basaba en los signos de Guedel y la experiencia subjetiva del anestesista.

En resumen, la técnica de Flagg cumplía el objetivo de “hacer posible” la anestesia con éter en contextos muy pobres de recursos, pero a costa de una enorme incertidumbre sobre la seguridad del paciente.


7. De la lata de Flagg a la anestesia moderna

El abandono progresivo del método de Flagg refleja la evolución de la anestesiología desde un arte artesanal hacia una disciplina científica basada en la seguridad y la monitorización:

  1. Estandarización de la vía aérea

    • Desarrollo de laringoscopios, tubos endotraqueales con cuff y dispositivos supraglóticos.
    • Flagg fue precisamente uno de los impulsores de la vía aérea artificial, pero su “lata” quedó desfasada frente a circuitos de anestesia cerrados y semiclosed.
  2. Nuevos anestésicos inhalatorios

    • A mediados del siglo XX, el éter fue reemplazado en países desarrollados por halotano y posteriormente por isoflurano, sevoflurano y desflurano, todos no inflamables y administrados mediante vaporizadores calibrados.
  3. Monitorización avanzada

    • Pulsioximetría, capnografía, monitorización de presión arterial invasiva/no invasiva, BIS, etc.
    • Las Normas de Monitorización Mínima de sociedades como la ASA consolidan requisitos que harían impensable la técnica de Flagg en un quirófano actual.
  4. Seguridad y cultura de calidad

    • La anestesia moderna ha pasado de ser una de las áreas más peligrosas de la medicina a un ámbito con tasas de mortalidad muy bajas, gracias a la mejora de fármacos, equipos y formación estructurada.

8. Éter y países de bajos recursos en 2025

Aunque en el mundo desarrollado el éter está prácticamente desaparecido, todavía se utiliza en algunos países de bajos y medianos ingresos debido a su bajo coste, amplia seguridad relativa y buena analgesia intraoperatoria.

No obstante:

  • Las recomendaciones contemporáneas para su uso insisten en combinarlo con sistemas más seguros (circuitos semiclosed, aporte de oxígeno, monitorización básica) y en evitar métodos arcaicos como el goteo abierto sobre gasa o sistemas tipo Flagg can.
  • La disponibilidad mundial de éter farmacéutico ha disminuido a medida que los fabricantes lo abandonan en favor de halogenados modernos, lo que limita su papel incluso en estos contextos.

Desde un punto de vista ético, mantener técnicas peligrosas solo por ser baratas entra en conflicto con los estándares globales de seguridad del paciente; la solución debe pasar por tecnología apropiada y formación, más que por resucitar dispositivos como la lata de Flagg.


9. Lecciones para la medicina actual

La revisión crítica de la técnica de Flagg para la anestesia con éter ilustra varias lecciones clave:

  1. Innovación condicionada por los recursos

    • Flagg buscaba un método reproducible, portátil y barato en una era sin vaporizadores ni monitores. Su lata fue un intento de sistematizar lo que antes era puro empirismo.
  2. Seguridad como construcción histórica

    • Lo que hoy nos parece temerario fue, en su momento, un progreso respecto al status quo. La historia de la anestesia demuestra que la seguridad es un proceso acumulativo, no un punto de partida.
  3. Importancia de la vía aérea y de la oxigenación

    • Flagg fue pionero en resaltar que la muerte anestésica era, casi siempre, muerte por asfixia. De ahí su obsesión con la vía aérea… aunque sus herramientas fueran primitivas.
  4. Necesidad de una mirada crítica en contextos de bajos recursos

    • La tentación de “volver” a métodos antiguos por economía debe equilibrarse con la evidencia de daño potencial y con soluciones modernas de bajo coste pero alto impacto (oxígeno fiable, monitorización básica, formación estructurada).

10. Conclusiones

La técnica de Flagg para la anestesia con éter, representada en las imágenes de tu vídeo, fue una solución ingeniosa para su tiempo: una lata de éter y un tubo de goma que permitían realizar anestesia general con recursos mínimos. Sin embargo, desde el prisma de 2025, se trata de un método altamente peligroso, con graves limitaciones en el control de la dosis, la oxigenación, la ventilación y la prevención de incendios.

El legado de Paluel J. Flagg no debe juzgarse por la supervivencia de su lata, sino por su contribución al concepto de seguridad en la vía aérea y prevención de la asfixia, ideas que cristalizarían posteriormente en los estándares modernos de anestesia. Estudiar estos dispositivos es fundamental para entender cuánto ha avanzado la anestesiología, por qué hoy exigimos monitorización estricta y circuitos seguros, y por qué no podemos permitirnos retrocesos en nombre del ahorro.

DrRamonReyesMD

No hay comentarios:

Publicar un comentario