Las piedras o cálculos renales (nefrolitiasis) son la afección más común que afecta al riñón y el tracto urinario. Constituyen un importante problema de salud mundial.
La formación y el crecimiento de cálculos renales se producen a través de tres vías principales:
1- La nucleación, mediante la cual las partículas libres cristalizadas se forman y pueden agregarse en cálculos más grandes que quedan retenidos en los túbulos renales.
2- La formación de la placa de Randall en la membrana basal de las asas de Henle que posteriormente se extienden al espacio intersticial, facilitando el crecimiento aposicional de cálculos de oxalato de calcio (CaOx).
3- La retención de cristales también puede ocurrir a través de interacciones entre los cristales y las células epiteliales renales, lo que lleva a la fijación de estos cristales y la formación de tapones en los conductos colectores medulares internos y los conductos de Bellini.
Tanto en niños como en adultos, la mayoría de los cálculos renales contienen calcio. Entre estos, el 70-80% son cálculos de oxalato de calcio, mientras que los cálculos de fosfato de calcio y de ácido úrico representan el 15% y el 10% respectivamente; su prevalencia aumenta con la edad. La sobresaturación es la condición esencial para la formación de todos los cálculos renales y tal condición se combina con factores como la predisposición genética, la deficiente ingesta de agua, el sedentarismo y el alto consumo de ultraprocesados.
Enfermedad de cálculos renales.
Bargagli y col. (2025)


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