VALORACIÓN CLÍNICA DE HERIDAS: ENFOQUE SISTEMÁTICO PARA LA EVALUACIÓN DE TEJIDOS Y CONDICIONES DEL PACIENTE
Por Dr. Ramón Reyes, MD
Introducción
La valoración clínica de heridas es esencial para el manejo de lesiones cutáneas, ya sean agudas o crónicas. Este proceso debe ser claro, lógico y sistemático para diseñar un plan terapéutico efectivo, prevenir complicaciones y monitorizar la evolución de la herida. Evaluar tanto las características de la lesión como el estado general del paciente es clave para una atención integral y basada en evidencia.
Componentes de la valoración de la herida
Aspecto
Observar color, forma, bordes y fondo de la herida, identificando signos de granulación, necrosis, fibrina o esfacelos.
Profundidad
Evaluar el compromiso tisular, clasificando la herida como superficial, de espesor parcial o total, según afecte epidermis, dermis o estructuras profundas (músculo, hueso, tendones).
Exudado
Documentar cantidad y calidad (seroso, purulento, hemorrágico, seropurulento) para detectar inflamación o infección.
Tejido necrótico o granulatorio
El tejido necrótico retrasa la cicatrización y requiere desbridamiento; el tejido de granulación indica avance en la curación.
Edema
El edema periférico puede comprometer la cicatrización al reducir la oxigenación y causar compresión vascular.
Dolor
Registrar el dolor en reposo y durante la cura, como indicador de inflamación, infección o manejo inadecuado.
Piel circundante
Evaluar inflamación, celulitis, dermatitis o maceración para ajustar el tratamiento tópico.
Evaluación del estado del paciente
La valoración de la herida debe considerar el contexto general del paciente:
Edad: La regeneración tisular es más lenta en pacientes geriátricos.
Estado nutricional: La malnutrición (déficit de proteínas, albúmina o micronutrientes) retrasa la curación.
Estado mental: Influye en la adherencia al tratamiento y cuidados.
Origen de la herida: Determina el enfoque terapéutico (p. ej., úlcera por presión, herida quirúrgica, traumática).
Patologías crónicas: Diabetes, enfermedad vascular, inmunosupresión o cáncer impactan negativamente la evolución.
Registro clínico sistemático
Los hallazgos deben documentarse de forma estructurada en registros clínicos o sistemas electrónicos, incluyendo:
Fotografías seriadas.
Escalas de valoración (PUSH, Bates-Jensen, Braden).
Diagramas anatómicos para localización.
Este registro debe actualizarse periódicamente para guiar la toma de decisiones.
Conclusiones
La valoración sistemática de heridas, integrando características locales y el estado sistémico del paciente, es crucial para optimizar el tratamiento y pronosticar la curación. Un registro riguroso y actualizado mejora la precisión clínica, reduce complicaciones y favorece mejores desenlaces.
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