ASFIXIA POR INMERSIÓN (AHOGAMIENTO): ANÁLISIS MÉDICO, FORENSE, EPIDEMIOLÓGICO Y CLÍNICO ACTUALIZADO AL AÑO 2025
I. INTRODUCCIÓN
El ahogamiento por inmersión es una emergencia médica caracterizada por la obstrucción respiratoria debido a la entrada de líquido en las vías aéreas, impidiendo el intercambio gaseoso. Es una de las principales causas de mortalidad no intencional a nivel mundial, afectando desproporcionadamente a niños y países de ingresos bajos. Factores como el cambio climático, que incrementa inundaciones y el uso de entornos acuáticos, han elevado su relevancia en 2025. Este artículo integra avances científicos en fisiopatología, clínica, medicina forense, epidemiología y prevención para reducir la mortalidad por ahogamiento.
II. EPIDEMIOLOGÍA GLOBAL POR GRUPOS DE EDAD Y SEXO
Según la OMS y el Global Burden of Disease 2025 (estimaciones preliminares), el ahogamiento causa aproximadamente 346,000 muertes anuales, excluyendo desastres naturales y conflictos. Los países de ingresos bajos y medios concentran el 90 % de los casos debido a la falta de infraestructura de rescate y regulaciones. Los niños de 1 a 4 años son los más vulnerables (13.7 por 100,000), seguidos por bebés menores de un año (8.3 por 100,000) y adolescentes varones de 15 a 24 años (11.4 por 100,000), estos últimos asociados al consumo de alcohol y deportes acuáticos de riesgo. En mayores de 65 años, la tasa aumenta a 5.2 por 100,000 debido a comorbilidades. En América Latina, Brasil y México lideran las estadísticas, mientras que en Guinea Ecuatorial, donde ejerce el autor, los casos infantiles han aumentado un 15 % en los últimos cinco años por la ausencia de barreras en piscinas y ríos. Factores como migraciones forzadas y el auge de deportes extremos han incrementado los riesgos en 2025.
Grupo de Edad
Tasa de Mortalidad (por 100,000)
Causas Principales
1-4 años
13.7
Piscinas, bañeras
<1 año
8.3
Incidentes domésticos
15-24 años
11.4
Alcohol, deportes acuáticos
>65 años
5.2
Caídas, comorbilidades
III. FISIOPATOLOGÍA DEL AHOGAMIENTO
El ahogamiento progresa en tres fases:
Fase inicial (0-20 segundos): Apnea voluntaria refleja al contacto con el agua, con cierre de la glotis. La hipercapnia e hipoxemia se instalan rápidamente.
Fase intermedia (20-60 segundos): Espasmo laríngeo sostenido, inspiraciones agónicas y, en el 85-90 % de los casos (ahogamiento húmedo), entrada de agua en los pulmones. En el 10-15 % (ahogamiento seco), el espasmo impide la aspiración, pero la hipoxia persiste.
Fase tardía (>60 segundos): Colapso del surfactante pulmonar, edema alveolar y derivación derecha-izquierda. En agua dulce, la hemólisis causa hiperpotasemia e insuficiencia cardíaca; en agua salada, el edema osmótico lleva a hipovolemia y asistolia. La hipoxia severa deriva en acidosis metabólica, disfunción multiorgánica y encefalopatía hipóxica. A los 4-6 minutos, el daño cerebral es irreversible sin intervención. En 2025, modelos computacionales de dinámica pulmonar y biomarcadores como la proteína S100B ayudan a evaluar el daño hipóxico.
IV. CLÍNICA POST-INMERSIÓN
El paciente rescatado puede presentar disnea severa, cianosis, tos con esputo espumoso, crepitantes pulmonares, hipotermia, taquicardia o bradicardia, confusión, convulsiones, coma o paro cardiorrespiratorio. La gravedad depende del volumen de agua aspirado, la temperatura del medio, el tiempo de inmersión y la respuesta inicial. La evolución clínica es dinámica, requiriendo monitorización intensiva.
V. DIAGNÓSTICO Y MONITORIZACIÓN
Los estudios muestran hipoxemia profunda, acidosis mixta, leucocitosis por estrés, hiponatremia (agua dulce) o hipernatremia (agua salada). El potasio elevado indica hemólisis, y un lactato >5 mmol/L predice mayor mortalidad. La radiografía de tórax revela infiltrados difusos bilaterales (edema no cardiogénico). La tomografía craneal está indicada ante alteraciones neurológicas persistentes. Se recomienda oximetría continua, ECG, presión arterial invasiva y evaluación neurológica seriada.
VI. TRATAMIENTO CLÍNICO ACTUALIZADO A 2025
En la escena, el rescate seguro es prioritario, seguido de reanimación cardiopulmonar inmediata en caso de parada, priorizando ventilaciones por hipoxia primaria. La apertura de la vía aérea con protección cervical es esencial si hay sospecha de traumatismo. En emergencias, se intuba a pacientes con Glasgow <8 o agotamiento respiratorio, usando ventilación mecánica protectora con PEEP, oxigenación alta y fluidos conservadores. Las alteraciones electrolíticas se corrigen según su origen. La hipotermia terapéutica (33-36 °C, 24-48 horas) se emplea como neuroprotección en comatosos. La oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) veno-venosa es efectiva en fallo pulmonar refractario. Se vigilan infecciones respiratorias, con profilaxis antibiótica en aspiraciones contaminadas, y se monitoriza el estado neurológico.
VII. COMPLICACIONES POST-AHOGAMIENTO
Incluyen encefalopatía hipóxico-isquémica, edema cerebral, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), insuficiencia renal, neumonía por broncoaspiración, arritmias ventriculares y, en niños, parálisis cerebral o trastornos neurocognitivos. La miocarditis hipóxica y la sepsis secundaria son riesgos adicionales.
VIII. PATOLOGÍA FORENSE EN CASOS DE AHOGAMIENTO
En la autopsia, se observan espuma blanco-grisácea en boca y nariz, pulmones hiperinsuflados (“piedra pómez”), líquido en senos paranasales y estómago, y congestión visceral. La detección de diatomeas en médula ósea, bazo o hígado confirma ahogamiento antemortem. Lesiones de lucha, hematomas o signos de asfixia mecánica sugieren homicidio por sumersión. En niños, se evalúa negligencia o abuso. La interpretación considera la temperatura del agua, el tiempo de inmersión y las circunstancias del hallazgo.
IX. PREVENCIÓN Y PROGRAMAS INTERNACIONALES
La prevención es clave. El aprendizaje de natación desde preescolar reduce la mortalidad hasta en un 88 %. La supervisión constante de menores, la regulación del alcohol en entornos acuáticos y las barreras físicas en piscinas son esenciales. Las embarcaciones deben cumplir la normativa ISO 20380:2020. En 2025, programas como SwimSafe (OMS/UNICEF) han capacitado a 3 millones de niños en Asia y África, mientras que “Ahogarse no es juego” en América Latina ha reducido la mortalidad infantil en un 28 % en playas y balnearios.
X. CONCLUSIÓN
El ahogamiento es un evento reversible con intervención inmediata, pero devastador si se retrasa. Su fisiopatología implica hipoxia profunda, edema alveolar y daño neurológico. El tratamiento requiere soporte respiratorio avanzado, hipotermia terapéutica y manejo intensivo. La medicina forense exige criterios específicos para su diagnóstico. La prevención estructurada, mediante educación, regulación y vigilancia, es la herramienta más eficaz contra esta causa evitable de muerte.
Firmado:
Dr. Ramon Reyes, MD
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