TÉCNICAS DE INMOVILIZACIÓN Y TRASLADO DE PACIENTES TRAUMATIZADOS: ANÁLISIS DE MÉTODOS ESTANDARIZADOS
Por Dr. Ramón Reyes, MD – Especialista en Medicina de Emergencias, Trauma y Evacuación Prehospitalaria
En situaciones de trauma, ya sea en primeros auxilios, rescate industrial, evacuación táctica o atención prehospitalaria, la aplicación precisa de técnicas de inmovilización y traslado es crucial para prevenir lesiones secundarias, proteger la vía aérea, controlar el dolor y garantizar un traslado seguro a un centro médico. Este artículo analiza métodos estandarizados, muchos derivados de protocolos militares, industriales y de servicios de emergencia (EMS), optimizando su descripción para mayor claridad y utilidad práctica.
I. TÉCNICAS DE VENDAJE PARA CONTENCIÓN Y ESTABILIZACIÓN
Vendaje en ocho para clavícula y hombro
Indicado para luxaciones acromioclaviculares o fracturas de clavícula. Cruza la espalda en retropulsión, alineando los hombros y estabilizando la articulación.
Cabestrillo braquial
Usado en luxaciones glenohumerales o fracturas de húmero. Fija el brazo al tórax, minimizando el movimiento y reduciendo el dolor.
Vendaje torácico reforzado
Inmoviliza ambos brazos contra el tórax, útil en fracturas bilaterales de extremidades superiores o para limitar la expansión torácica en trauma cerrado.
Vendaje espiral torácico
Proporciona compresión moderada en contusiones torácicas leves o como medida temporal en lesiones costales.
Vendaje swathe (envolvente toraco-braquial)
Fija el brazo al tórax, ideal tras reducciones de luxaciones de hombro o para estabilizar lesiones del miembro superior.
Vendaje cruzado torácico (tipo Hainaut)
Limita la expansión torácica en casos de hemotórax o neumotórax estabilizados, asegurando contención sin comprometer la respiración.
Férula metálica moldeable en L
Adaptable a fracturas de cúbito, radio o tibia, permite inmovilización personalizada según la anatomía del paciente.
Vendaje de extremidad inferior con fijación contralateral
Estabiliza fracturas de fémur o pelvis mediante sujeción cruzada al tronco, reduciendo el movimiento y el riesgo de sangrado interno.
II. INMOVILIZACIÓN TOTAL Y PARCIAL
Férula espinal rígida de cuerpo entero
Esencial en politraumatismos, se combina con collar cervical y tabla espinal larga para proteger el raquis durante el traslado.
Inmovilización con correas multipunto
Fija el cuerpo en tres puntos (esternón, crestas ilíacas, fémures), previniendo movimientos axiales en traslados prolongados.
Amarre en tabla espinal con soporte cefálico
Utiliza bloques laterales y sujeción frontal para evitar rotación cervical, especialmente en trauma craneoencefálico.
Inmovilización en cruz de madera improvisada
Alternativa en entornos rurales, construida con listones o ramas, eficaz cuando no hay equipos estándar.
Vendaje en ocho para fémures bilaterales
Estabiliza ambas extremidades inferiores, minimizando dolor y hemorragia oculta en fracturas femorales.
Vendaje en espiga para pelvis inestable
Técnica avanzada que requiere precisión para fijar fracturas pélvicas, reduciendo el riesgo de hemorragia interna.
III. MÉTODOS DE TRASLADO SEGÚN RECURSOS Y RESCATISTAS
Traslado manual tipo bombero
El rescatista carga al paciente sobre los hombros. Aplicable en pacientes conscientes, con diferencia de masa corporal favorable y distancias cortas.
Arrastre con tela o manta
Ideal en entornos hostiles o espacios confinados, usando sábanas, chaquetas o mantas para desplazar al paciente.
Traslado en brazos (cruce anterior/posterior)
Requiere dos rescatistas coordinados, adecuado para pacientes pediátricos o de bajo peso.
Silla humana con dos rescatistas
Forma un asiento con brazos entrelazados, útil en evacuaciones por escaleras o pasillos estrechos sin camilla.
Camilla rígida tipo cuchara o de lona
Método profesional que asegura traslados con mínima flexión espinal, ideal para pacientes con lesiones graves.
Descenso desde altura o escalera
Requiere control angular con cuerdas o mosquetones, asegurando estabilidad durante la transferencia a camilla.
Camilla improvisada con manta y asas
Alternativa para evacuaciones rápidas, requiere al menos cuatro rescatistas para mantener la estabilidad.
IV. CONSIDERACIONES CLÍNICAS Y TÁCTICAS
Evaluación inicial: Priorizar el protocolo ABCDE (vía aérea, respiración, circulación, déficit neurológico, exposición) antes de cualquier maniobra.
Movilización limitada: Evitar traslados innecesarios en casos de sospecha de lesión espinal para prevenir daños irreversibles.
Prevención de complicaciones: La inmovilización adecuada reduce riesgos como parálisis medular, embolismo graso, shock hipovolémico o dolor intenso.
Adaptación al contexto: Seleccionar técnicas según el entorno, la lesión, el estado del paciente y los recursos disponibles.
V. PERSPECTIVAS Y RECOMENDACIONES
La capacitación continua en técnicas de inmovilización y traslado es esencial para rescatistas, paramédicos y personal de emergencias. Los avances en materiales, como férulas ligeras de polímeros o camillas plegables, están optimizando la atención prehospitalaria. Además, la integración de simulaciones virtuales y entrenamientos en entornos extremos mejora la preparación para escenarios reales.
Se recomienda estandarizar protocolos según guías internacionales (TCCC, TECC, PHTLS) y adaptar las técnicas a contextos específicos, como zonas rurales o desastres naturales, donde los recursos son limitados.
CONCLUSIÓN
Las técnicas de inmovilización y traslado descritas son pilares fundamentales en la atención de pacientes traumatizados, aplicables en contextos industriales, militares, rurales y urbanos. Su correcta ejecución demanda formación rigurosa, juicio clínico y coordinación. Este compendio actualizado refuerza la importancia de combinar habilidades técnicas con adaptabilidad para salvar vidas en situaciones críticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario