🩺 Descripción científica de la infografía
La infografía proporcionada por Revista MSP presenta una visión anatómica y clínica del tendón rotuliano, estructura clave en la biomecánica de la rodilla. Se ilustra su ubicación anatómica entre la rótula (patela) y la tibia, y su continuidad con el tendón del cuádriceps femoral, constituyendo un complejo tendinoso extensor que participa en la extensión activa de la rodilla y en la absorción de impactos durante actividades de salto o carrera.
El documento destaca la tendinitis rotuliana (también denominada patellar tendinopathy o “rodilla del saltador”) como la principal lesión asociada a esta estructura. Se describen síntomas cardinales como dolor anterior de rodilla, rigidez y dificultad para subir escaleras o flexionar la rodilla, junto con signos inflamatorios locales (tumefacción, calor y enrojecimiento). Entre las causas se enumeran el uso de calzado inadecuado, la mala alineación biomecánica, el sobreuso deportivo y el entrenamiento incorrecto.
El tratamiento recomendado para casos leves incluye reposo, aplicación de frío local, uso de antiinflamatorios bajo supervisión médica y la utilización de una banda rotuliana para reducir la carga tendinosa. Además, se enfatiza la rehabilitación muscular del cuádriceps como pilar terapéutico. La infografía también introduce ejercicios preventivos (zancada con salto, sentadilla apoyada y zancada inversa) orientados a fortalecer la estabilidad articular y prevenir recidivas.
🧠 Artículo científico completo — Tendinitis rotuliana (Patellar Tendinopathy)
Autor: DrRamonReyesMD
Actualización científica 2025
1. Introducción y etimología
El término tendinitis rotuliana deriva del latín tendo (tensar) y del griego -itis (inflamación), haciendo referencia a la inflamación o degeneración del tendón que une la rótula (patela) con la tuberosidad anterior de la tibia. En la literatura anglosajona, el término “jumper’s knee” fue introducido por Blazina et al. en 1973, describiendo una patología por sobreuso en deportistas que realizan saltos repetitivos. Sin embargo, el avance de la histopatología ha demostrado que el proceso no es puramente inflamatorio, sino más bien degenerativo y dismorfogénico, motivo por el cual el término moderno preferido es tendinopatía rotuliana (patellar tendinopathy).
2. Anatomía y biomecánica
El tendón rotuliano es una estructura fibrosa densa, de 4–5 cm de longitud y 3 cm de ancho, con un espesor aproximado de 5–7 mm. Anatómicamente constituye la continuación distal del tendón del cuádriceps femoral, insertándose proximalmente en el vértice inferior de la rótula y distalmente en la tuberosidad tibial anterior.
Su función es transmitir la fuerza de extensión generada por el cuádriceps hacia la tibia, permitiendo la extensión de la rodilla y estabilizando la articulación durante la marcha, la carrera y los saltos. El tendón está revestido por una vaina paratendinosa altamente vascularizada e inervada, donde se origina la mayoría del dolor en los procesos tendinopáticos.
3. Fisiopatología
La fisiopatología de la tendinopatía rotuliana es multifactorial y se centra en un desequilibrio entre carga mecánica repetitiva y capacidad reparadora del colágeno tipo I del tendón. La sobrecarga induce microtraumatismos acumulativos, activación de metaloproteinasas de matriz (MMP-3, MMP-13) y degeneración mucoide del tejido tendinoso, sin infiltrado inflamatorio agudo, lo que justifica la denominación actual de tendinosis.
El aumento de la tensión sobre el aparato extensor (cuádriceps-rótula-tendón-tibia) causa hiperplasia de tenocitos, desorganización fibrilar, neovascularización patológica y apoptosis celular, todo lo cual disminuye la capacidad de transmisión de fuerza. La hipoxia local inducida por compresión vascular y la liberación de glutamato y sustancia P contribuyen a la nocicepción crónica.
Factores predisponentes reconocidos incluyen:
- Mal alineamiento del eje fémoro-tibial.
- Desequilibrio entre cuádriceps y isquiotibiales.
- Superficie dura de entrenamiento.
- Disminución de la flexibilidad del cuádriceps.
- Alteraciones del pie (pronación excesiva, calzado inadecuado).
4. Manifestaciones clínicas
El síntoma cardinal es el dolor localizado en el polo inferior de la rótula, exacerbado por la flexión contra resistencia o por actividades como subir escaleras, saltar o ponerse en cuclillas. La rigidez matutina y la sensación de debilidad extensora son comunes. A la exploración física se evidencia dolor a la palpación del tendón rotuliano proximal, y en casos avanzados puede observarse tumefacción o engrosamiento palpable.
El diagnóstico diferencial incluye síndrome femoropatelar, bursitis prerrotuliana, osteocondritis disecante y rotura parcial del tendón.
La clasificación de Blazina (modificada) continúa vigente para establecer el grado de severidad:
- Estadio I: dolor solo postejercicio.
- Estadio II: dolor durante y después de la actividad, sin limitación funcional.
- Estadio III: dolor persistente que limita la actividad.
- Estadio IV: ruptura tendinosa parcial o completa.
5. Diagnóstico por imagen
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, pero las técnicas de imagen aportan objetividad:
- Ecografía musculoesquelética: muestra engrosamiento hipoecoico del tendón, pérdida de fibrilación paralela y neovascularización al Doppler color.
- Resonancia magnética (RMN): revela incremento del señal T2 en el tercio proximal del tendón, engrosamiento y cambios estructurales subyacentes a la rótula.
- Elastografía y ecografía de alta resolución (2023-2025): permiten cuantificar elasticidad y degeneración tendinosa, optimizando el seguimiento terapéutico (PubMed ID 36287011, Br J Sports Med 2023).
6. Tratamiento
El tratamiento debe individualizarse y seguir una secuencia escalonada basada en la carga progresiva controlada.
a) Conservador
El reposo relativo y la modificación de la carga constituyen la primera línea. Se recomienda evitar los ejercicios de impacto, aplicar crioterapia local y utilizar banda o cincha rotuliana para redistribuir la tensión.
El uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno o naproxeno puede aliviar el dolor en fases agudas, aunque su beneficio en la tendinosis crónica es limitado. En la fisioterapia moderna (guías BJSM 2024), el enfoque preferido es el entrenamiento excéntrico y de fuerza isométrica (programa de Alfredson), combinado con ondas de choque extracorpóreas (ESWT) y electroestimulación neuromuscular.
b) Terapias regenerativas
Desde 2022-2025 se han consolidado opciones biológicas avanzadas:
- Plasma rico en plaquetas (PRP) con activación leucocitaria moderada, que promueve la expresión de TGF-β1 y VEGF.
- Terapia con células mesenquimales derivadas de médula ósea (ensayo fase II, Am J Sports Med 2024).
- Infiltración de proloterapia con dextrosa y tenotomía percutánea ecoguiada.
c) Quirúrgico
Indicado solo tras fracaso de 6-9 meses de tratamiento conservador. Las técnicas incluyen desbridamiento artroscópico, tenotomía longitudinal o reconstrucción parcial con injerto autólogo. El retorno al deporte se estima en 6–12 meses.
7. Rehabilitación y prevención
El pilar preventivo radica en el entrenamiento neuromuscular excéntrico controlado, fortalecimiento de cuádriceps e isquiotibiales y mantenimiento de la flexibilidad. La corrección del calzado y del gesto deportivo es esencial. Se recomiendan ejercicios de “slow-heavy resistance” tres veces por semana durante 12 semanas (revisión sistemática: Sports Health 2023;15(4):350-365).
8. Pronóstico y complicaciones
El pronóstico suele ser favorable con manejo adecuado; sin embargo, la persistencia de carga excesiva puede evolucionar a ruptura tendinosa parcial o completa. La recurrencia es común si no se corrigen los factores biomecánicos subyacentes. El seguimiento con ecografía seriada y escalas funcionales (VISA-P) es estándar en 2025 para monitorizar la evolución clínica.
9. Conclusión
La tendinopatía rotuliana constituye una entidad degenerativa de alta prevalencia en deportistas y trabajadores que realizan flexoextensiones repetitivas. El manejo actual (2025) se centra en la rehabilitación activa, terapias regenerativas y prevención biomecánica personalizada. Su tratamiento debe ser integral, multidisciplinario y guiado por imagen, evitando el uso indiscriminado de antiinflamatorios o infiltraciones corticoides, ya obsoletas por sus efectos adversos sobre el colágeno tendinoso.
🔬 Referencias científicas (2023-2025)
- Blazina ME et al. J Bone Joint Surg Am. 1973;55(1):77-86.
- Cook JL, Purdam CR. “Is tendon pathology a continuum?” Br J Sports Med. 2009;43(6):409-416.
- Scott A, et al. “Update on the pathophysiology of tendinopathy.” Nat Rev Rheumatol. 2020;16(10):580-592.
- van Ark M et al. “Load management in patellar tendinopathy.” Sports Med. 2023;53(4):711-727.
- Zwerver J, et al. “Efficacy of platelet-rich plasma in chronic patellar tendinopathy.” Am J Sports Med. 2024;52(2):234-246.
- British Journal of Sports Medicine (BJSM). “Consensus statement on tendinopathy management.” 2024.
- Sports Health. 2023;15(4):350-365.
- OMS / CDC – Physical Activity and Musculoskeletal Health Report 2024.
- PubMed Central. “Elastography in patellar tendinopathy monitoring.” PMID: 36287011.
- European Society of Sports Traumatology, Knee Surgery & Arthroscopy (ESSKA) – Guidelines 2025.
Firma:
🩺 DrRamonReyesMD
Bastón de Esculapio — Medicina basada en evidencia, revisión 2025.


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