Bicarbonato de sodio: usos, beneficios y riesgos en trastornos gastrointestinales
El bicarbonato de sodio (NaHCO₃) es un antiácido de acción rápida que neutraliza el ácido clorhídrico (HCl) del jugo gástrico mediante una reacción química que genera cloruro de sodio (NaCl), dióxido de carbono (CO₂) y agua (H₂O). Conocido como un remedio casero para la acidez estomacal, su aplicación en condiciones como gastritis, úlcera péptica y enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) presenta ventajas y riesgos que deben evaluarse con precaución.
✅ Ventajas del bicarbonato de sodio
Alivio sintomático inmediato
Neutraliza rápidamente el HCl, aliviando la pirosis o ardor en minutos.
Útil para episodios esporádicos de hiperacidez o dispepsia funcional no complicada.
Accesibilidad y bajo costo
Disponible en farmacias y supermercados sin necesidad de receta médica.
Costo económico y de fácil acceso.
Uso en emergencias
Puede emplearse en casos de acidosis metabólica leve o transitoria (no como primera línea).
Solución provisional cuando no hay otros antiácidos.
❌ Riesgos y limitaciones del bicarbonato de sodio
Efecto rebote (hipersecreción ácida)
La neutralización estimula la producción de ácido gástrico, lo que puede agravar gastritis o úlceras a corto o mediano plazo.
Producción excesiva de CO₂
Genera gas, causando distensión abdominal, flatulencias, eructos y, en casos extremos, riesgo de ruptura gástrica tras ingestas abundantes o uso excesivo.
Alcalosis metabólica
El consumo crónico o en dosis altas puede inducir alcalosis metabólica, especialmente en pacientes con insuficiencia renal, respiratoria crónica o pérdidas ácidas (por ejemplo, vómitos).
Carga de sodio
Cada gramo aporta 12 mEq de sodio, lo que puede ser peligroso para pacientes hipertensos, con insuficiencia cardíaca, renal o en dietas bajas en sodio.
Interacciones medicamentosas
Altera la absorción de fármacos como:
Tetraciclinas, quinolonas y ketoconazol (requieren un medio ácido).
Antiagregantes (clopidogrel) y algunos inhibidores de la bomba de protones (IBP).
📌 Aplicaciones en casos clínicos específicos
🔴 Úlcera péptica
No recomendado como tratamiento habitual; solo para alivio puntual.
El efecto rebote puede exacerbar los síntomas y complicar el cuadro.
🟠 Gastritis
Útil para alivio breve, pero no trata la inflamación ni causas subyacentes (por ejemplo, Helicobacter pylori, AINE, estrés).
No sustituye a IBP (omeprazol, esomeprazol) ni bloqueadores H₂ (ranitidina, famotidina).
🔵 Reflujo gastroesofágico (ERGE)
Efecto limitado y de corta duración.
El CO₂ puede relajar el esfínter esofágico inferior, agravando el reflujo.
Se prefieren IBP y medidas higiénico-dietéticas; contraindicado en uso prolongado.
⚠️ Contraindicaciones absolutas
Hipertensión arterial.
Insuficiencia cardíaca congestiva.
Insuficiencia renal crónica.
Alcalosis metabólica preexistente.
Hipocalcemia o hipopotasemia.
Embarazo y lactancia sin supervisión médica.
🧪 Dosis orientativa en adultos (no de uso rutinario)
0.5–1 g disuelto en 100 ml de agua, máximo 3 veces al día.
No exceder 7 días consecutivos sin evaluación médica.
🧠 Conclusión médica
El bicarbonato de sodio proporciona un alivio rápido pero transitorio de la hiperacidez gástrica. Sin embargo, no es un tratamiento de primera línea para trastornos digestivos como úlcera péptica, gastritis crónica o ERGE. Su uso prolongado o indiscriminado puede provocar efectos adversos graves, como alcalosis metabólica, hipersecreción ácida o complicaciones por sobrecarga de sodio. Debe reservarse como medida de emergencia y no como terapia sostenida, priorizando siempre el tratamiento médico específico y la supervisión profesional.


No hay comentarios:
Publicar un comentario