VÍAS DE ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS: FUNDAMENTOS CLÍNICOS Y TÉCNICOS PARA UNA PRÁCTICA SEGURA Y EFICAZ
Por DrRamonReyesMD
Resumen
La administración de medicamentos es un pilar esencial en la práctica clínica, cuya eficacia y seguridad dependen de la correcta selección de la vía de administración. Esta decisión debe basarse en principios farmacocinéticos (absorción, distribución, metabolismo, excreción), farmacodinámicos (mecanismo de acción, efectos terapéuticos), fisiopatológicos (estado del paciente) y clínicos (urgencia, tolerancia). Este artículo revisa exhaustivamente las principales vías de administración —tópica, respiratoria, enteral y parenteral—, detallando sus fundamentos técnicos, aplicaciones clínicas, ventajas, limitaciones, complicaciones potenciales y procedimientos específicos, incluyendo los ángulos precisos para la administración parenteral. Se enfatiza la importancia de la técnica aséptica, la capacitación profesional y la educación continua para minimizar riesgos y optimizar resultados terapéuticos.
1. Introducción
La administración de medicamentos es el proceso mediante el cual un fármaco se introduce en el organismo para alcanzar un efecto diagnóstico, preventivo o terapéutico. Este acto clínico requiere un conocimiento profundo de la anatomía, fisiología, biofarmacia y farmacología para garantizar una absorción óptima, una biodisponibilidad adecuada y la minimización de efectos adversos. La selección de la vía de administración depende de múltiples factores, incluyendo la naturaleza fisicoquímica del fármaco, la urgencia terapéutica, el estado clínico del paciente y las características anatómicas del sitio de aplicación.
La infografía referenciada en este artículo, basada en fuentes como medinot.sem y Enfermería Virtual (2024), ofrece una representación visual didáctica que sintetiza las principales vías de administración. Este recurso es especialmente útil para estudiantes y profesionales de la salud, pero requiere complementarse con una comprensión detallada de los aspectos técnicos y clínicos para su aplicación práctica. Este artículo busca proporcionar una revisión técnica y clínica exhaustiva, con énfasis en la seguridad y la eficacia.
2. Vía Tópica
La vía tópica implica la aplicación de medicamentos directamente sobre la piel o las membranas mucosas, con el objetivo de obtener efectos locales o, en ciertos casos, sistémicos.
2.1. Tipos de administración tópica
Dérmica: Aplicación sobre la epidermis para tratar afecciones cutáneas localizadas, como dermatitis, infecciones fúngicas o inflamaciones (ej. corticosteroides tópicos como hidrocortisona al 1%).
Transdérmica o percutánea: Utiliza formulaciones específicas, como parches, que permiten la liberación controlada del fármaco a través de la piel hacia la circulación sistémica (ej. parches de fentanilo para dolor crónico, nicotina para cesación tabáquica, estrógenos para terapia hormonal).
Mucosas: Incluye la administración en cavidades mucosas, como oftálmica (colirios de antibióticos como eritromicina), ótica (gotas de ciprofloxacino), nasal (sprays de corticosteroides como budesonida), vaginal (cremas antimicóticas como clotrimazol), uretral, intravesical (instilación de BCG para cáncer de vejiga) o intrauterina (dispositivos liberadores de levonorgestrel). Estas formulaciones deben ser estériles, con pH y osmolaridad compatibles con el tejido mucosal.
2.2. Aplicaciones clínicas
Tratamiento de afecciones dermatológicas (psoriasis, eczema, quemaduras).
Manejo del dolor crónico (parches de lidocaína al 5%).
Terapia hormonal y anticoncepción (parches de estradiol, sistemas intrauterinos).
Infecciones localizadas (antifúngicos vaginales, colirios antibióticos).
2.3. Ventajas y limitaciones
Ventajas: Efecto localizado con mínima exposición sistémica, facilidad de aplicación, alta adherencia del paciente, reducción de efectos adversos sistémicos.
Limitaciones: Absorción variable según el grosor de la piel, integridad de la barrera cutánea o vascularización local; riesgo de irritación o reacciones alérgicas; limitada a fármacos lipofílicos en la vía transdérmica.
2.4. Consideraciones técnicas
La piel debe estar limpia, seca e intacta antes de la aplicación para maximizar la absorción.
En parches transdérmicos, rotar el sitio de aplicación (ej. abdomen, muslo, brazo) para evitar irritación o sensibilización cutánea.
En mucosas, usar aplicadores estériles y evitar contaminación cruzada.
Monitorear reacciones locales (eritema, prurito, edema) y ajustar la terapia si es necesario.
En formulaciones oftálmicas, evitar el contacto de la punta del aplicador con el ojo para prevenir infecciones.
3. Vía Respiratoria
La vía respiratoria permite la administración de medicamentos a través de los pulmones, ya sea para efectos locales (enfermedades respiratorias obstructivas) o sistémicos (anestesia general). La extensa superficie alveolar (aproximadamente 100 m²) y la rica vascularización pulmonar facilitan una absorción rápida.
3.1. Modalidades
Inhalatoria: Utiliza aerosoles, inhaladores de dosis medida (MDI), inhaladores de polvo seco (DPI) o nebulizadores para administrar fármacos como broncodilatadores (salbutamol), corticosteroides inhalados (budesonida), antibióticos (tobramicina en fibrosis quística) o antivirales (zanamivir).
Intratraqueal: Empleada en emergencias, como en reanimación cardiopulmonar, para administrar fármacos a través de un tubo endotraqueal. Ejemplos incluyen epinefrina, atropina o lidocaína, siguiendo la sigla “NAVEL” (Naloxona, Atropina, Vasopresina, Epinefrina, Lidocaína).
Intraalveolar: Aprovecha la absorción rápida a través de los alvéolos pulmonares, usada en anestesia general (sevoflurano, desflurano) o en terapias experimentales (insulina inhalada).
3.2. Aplicaciones clínicas
Manejo de asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y fibrosis quística.
Tratamiento de infecciones respiratorias (antivirales inhalados).
Anestesia general y sedación en procedimientos quirúrgicos.
Emergencias médicas (reanimación avanzada).
3.3. Ventajas y limitaciones
Ventajas: Absorción rápida (inicio de acción en segundos a minutos), evita el metabolismo hepático de primer paso, efectos locales con mínima toxicidad sistémica.
Limitaciones: Requiere técnica adecuada (coordinación en MDI), riesgo de irritación bronquial o candidiasis orofaríngea, limitada a fármacos gaseosos o en aerosol, dependencia de la función respiratoria del paciente.
3.4. Consideraciones técnicas
Técnica de inhalación: Inspirar profundamente y sostener la respiración 5-10 segundos tras la inhalación para maximizar la deposición alveolar. En MDI, usar un espaciador mejora la entrega del fármaco en pacientes con poca coordinación.
Mantenimiento de dispositivos: Limpiar inhaladores y nebulizadores regularmente para evitar contaminación bacteriana.
Educación al paciente: Enseñar la técnica correcta (especialmente en niños y ancianos) para garantizar la eficacia del tratamiento.
Monitoreo: Evaluar efectos adversos como broncoespasmo paradójico, taquicardia (con agonistas β2) o infecciones orales (en corticosteroides inhalados).
En neonatos o pacientes ventilados, ajustar la dosis y el tamaño de partícula para optimizar la entrega pulmonar.
4. Vía Digestiva (Enteral)
La vía enteral implica la administración de medicamentos a través del tracto gastrointestinal, siendo la más común debido a su simplicidad, bajo costo y aceptación por parte del paciente.
4.1. Modalidades
Oral: Deglución del fármaco en formas sólidas (comprimidos, cápsulas) o líquidas (jarabes, suspensiones). Ejemplos incluyen analgésicos (paracetamol), antibióticos (amoxicilina) y antihipertensivos (enalapril).
Sublingual: Disolución del fármaco bajo la lengua, con absorción directa a la circulación sistémica a través de la mucosa bucal, evitando el metabolismo hepático de primer paso (ej. nitroglicerina para angina, buprenorfina para dolor).
Rectal: Administración mediante supositorios, enemas o cremas, útil cuando la vía oral no es viable (ej. diazepam rectal para crisis convulsivas, mesalazina para colitis ulcerosa). Parte del fármaco (vena hemorroidal media e inferior) evita el primer paso hepático.
4.2. Aplicaciones clínicas
Tratamiento de enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes).
Manejo agudo de dolor, infecciones o fiebre.
Pacientes con náuseas, vómitos o incapacidad para deglutir (vía rectal).
Emergencias neurológicas (diazepam rectal).
4.3. Ventajas y limitaciones
Ventajas: Seguridad, comodidad, bajo costo, alta adherencia, adecuada para tratamientos prolongados.
Limitaciones: Absorción variable influenciada por pH gástrico, motilidad intestinal, contenido alimenticio o interacciones farmacológicas; metabolismo hepático de primer paso reduce la biodisponibilidad; no viable en pacientes inconscientes o con disfunción gastrointestinal.
4.4. Consideraciones técnicas
Administración oral: Tomar con agua suficiente (100-200 mL) para facilitar la disolución y evitar irritación gástrica. Algunos fármacos requieren administración con alimentos (ej. ibuprofeno) o en ayunas (ej. levotiroxina) para optimizar la absorción.
Sublingual: Evitar deglutir el fármaco para maximizar la absorción mucosal.
Rectal: Usar lubricante hidrosoluble y posicionar al paciente en decúbito lateral para facilitar la inserción y retención del medicamento.
Monitoreo: Evaluar efectos adversos gastrointestinales (náuseas, dispepsia) y ajustar la dosis o vía si es necesario.
En pacientes pediátricos o con disfagia, considerar formas líquidas o triturar comprimidos (si es seguro) para facilitar la administración.
5. Vía Parenteral
La vía parenteral implica la administración de medicamentos directamente en la circulación sistémica o en tejidos profundos, evitando las barreras del tracto gastrointestinal. Es la vía de elección en emergencias, pero requiere técnica aséptica estricta y capacitación profesional.
5.1. Modalidades
Intramuscular (IM): Administración en músculos grandes (deltoides, glúteo mayor, vasto lateral) a un ángulo de 90°. Permite una absorción sostenida (ej. benzilpenicilina, vacunas). Volumen máximo: 3-5 mL en adultos.
Subcutánea (SC): Inyección bajo la piel (ej. abdomen, brazo) a 45°, con absorción lenta y sostenida (ej. insulina, heparina). Volumen máximo: 1-2 mL.
Intravenosa (IV): Administración directa en una vena (ej. cefalosporinas, fluidos) a 25°, con absorción inmediata. Usada en emergencias, quimioterapia o nutrición parenteral.
Intradérmica (ID): Inyección en la dermis superficial a 10-15°, formando un habón (ej. prueba de tuberculina, vacunación BCG). Volumen máximo: 0.1-0.5 mL.
Otras: Incluyen intraósea (emergencias pediátricas), epidural (anestesia obstétrica) e intraperitoneal (diálisis).
5.2. Aplicaciones clínicas
Emergencias médicas (adrenalina IV en paro cardíaco).
Tratamiento de infecciones graves (antibióticos IV).
Administración de vacunas y pruebas diagnósticas (ID).
Terapias crónicas (insulina SC, quimioterapia IV).
5.3. Ventajas y limitaciones
Ventajas: Absorción predecible, biodisponibilidad del 100% (IV), adecuada para pacientes inconscientes o con disfunción gastrointestinal.
Limitaciones: Alto riesgo de infecciones, embolias o reacciones anafilácticas; requiere capacitación y equipo estéril; dolor en el sitio de inyección; costo elevado.
5.4. Consideraciones técnicas
Técnica aséptica: Usar guantes estériles, desinfectar el sitio con alcohol al 70% y evitar contaminación de agujas o jeringas.
Selección del sitio: Rotar sitios en inyecciones repetidas (SC, IM) para evitar lipodistrofia o fibrosis. En IV, preferir venas periféricas (cefálica, basílica) y evitar articulaciones.
Ángulo de inyección: Respetar el ángulo específico (90° IM, 45° SC, 25° IV, 10-15° ID) para evitar complicaciones como inyección intravascular accidental, necrosis tisular o dolor.
Aspiración previa: En IM y SC, aspirar antes de inyectar para confirmar que no se está en un vaso sanguíneo.
Monitoreo: Vigilar signos de flebitis (IV), abscesos (IM) o reacciones alérgicas.
En neonatos y ancianos, ajustar el volumen y la velocidad de administración para evitar sobrecarga o toxicidad.
6. Discusión Técnica
La selección de la vía de administración debe basarse en una evaluación integral que considere:
Urgencia terapéutica: La vía IV es ideal para emergencias (ej. infarto agudo de miocardio), mientras que la oral es adecuada para tratamientos crónicos.
Estado clínico del paciente: Pacientes inconscientes o con náuseas requieren vías parenteral, sublingual o rectal.
Efecto deseado: Local (tópica, inhalatoria) vs. sistémico (IV, transdérmica).
Propiedades del fármaco: Solubilidad, estabilidad gástrica, lipofilicidad y metabolismo hepático.
6.1. Factores farmacocinéticos
Absorción: La vía IV ofrece biodisponibilidad del 100%, mientras que la oral puede ser <50% debido al metabolismo de primer paso.
Distribución: Fármacos lipofílicos (ej. diazepam) se distribuyen rápidamente, mientras que los hidrofílicos (ej. gentamicina) permanecen en el compartimento intravascular.
Metabolismo y excreción: La vía sublingual y la inhalatoria evitan el hígado, prolongando la vida media de ciertos fármacos.
6.2. Complicaciones y prevención
Infecciones: Usar técnica aséptica y desechar material contaminado.
Reacciones adversas: Monitorear signos de anafilaxia, especialmente en vías IV e IM.
Errores de administración: Verificar la dosis, vía y paciente (regla de los “cinco correctos”: fármaco, dosis, vía, paciente, momento).
6.3. Innovaciones recientes
Sistemas de liberación controlada (parches transdérmicos, implantes subcutáneos).
Dispositivos de inhalación avanzados (DPI con sensores de uso).
Técnicas de administración guiada por ultrasonido para inyecciones IM e IV.
7. Conclusión
La administración de medicamentos es un acto clínico de alta responsabilidad que requiere un conocimiento profundo de las vías de administración, sus fundamentos anatómicos, farmacológicos y técnicos. La selección adecuada de la vía, junto con una técnica precisa y aséptica, garantiza tratamientos eficaces y seguros, minimizando riesgos para el paciente. La educación continua, el entrenamiento práctico y la actualización en farmacología aplicada son indispensables para todo profesional de la salud. En un contexto de avances tecnológicos y nuevas formulaciones, los profesionales deben mantenerse informados para optimizar la terapéutica y mejorar los resultados clínicos.
Referencias
Goodman & Gilman: Las Bases Farmacológicas de la Terapéutica. 14.ª ed. McGraw-Hill, 2023.
World Health Organization (WHO). Guidelines on the pharmacological treatment of persisting pain in children with medical illnesses. Geneva, 2012.
Infografía MSP basada en medinot.sem y Enfermería Virtual (2024).
Rang & Dale. Farmacología. 10.ª ed. Elsevier, 2023.
Manual de Enfermería de Taylor. Técnica e intervenciones clínicas. 10.ª ed. Wolters Kluwer, 2022.
Katzung, B. G. Basic & Clinical Pharmacology. 15.ª ed. McGraw-Hill, 2021.
American Society of Health-System Pharmacists (ASHP). Guidelines on Safe Medication Administration. 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario