Linebacker II. Del 18 de diciembre al 29 de diciembre de 1972. Una incesante oleada de bombarderos B-52 sobre Vietnam. Durante doce días llevaron a cabo más de 700 incursiones y se lanzaron más de 15.000 toneladas de bombas sobre Hanói, Haiphong y otros objetivos. Aquella dura ofensiva demostró al mundo la capacidad ofensiva de un avión que, desde entonces, ha sido temido, denostado y admirado. Más de medio siglo después, tras la guerra de Vietnam, dos guerras en Irak y la de Afganistán, el abuelo de la Fuerza Aérea de EE.UU. sigue en plena forma. El B-52 es un bombardero mítico, un avión que inspira efectivamente miedo y asombro desde su primer vuelo en 1952. Hasta ahora se considera el avión con mayor capacidad de combate de EE.UU: gran carga útil, largo alcance y capacidad para emplear armas de precisión, tanto nucleares como convencionales. El B-52 incorpora 31.500 kg de artillería mixta: bombas, armas inteligentes, minas y misiles. Fue modificado para transportar misiles de crucero lanzados desde el aire y señuelos. Puede alcanzar una velocidad de 0,86 Mach. Las principales señas de identidad de este avión se resumen en el siguiente gráfico de Kindelán:
Así es el mítico bombardero B-52H Stratofortress que Estados Unidos ha mandado a Guam como amenaza a China
Se trata de un avión que lleva en servicio casi 65 años y más de 70 años desde que el primer B-52, allá por 1952 con «Tex» Johnston como piloto de pruebas, se estrenase en el aire
La Fuerza Aérea estadounidense mantiene un pulso con China por el control de la isla de Taiwan que el gigante asiático ansía "engullir" y que desaparezca como un país independiente tal y como ahora lo conocemos, con el nombre de República de China. Pekín defiende el principio de “una sola China”, según el cual tanto la isla de Taiwán como la zona continental son la misma República Popular China. Así, las autoridades del Partido Comunista chino sostienen que la soberanía y el territorio chino no pueden dividirse y que la isla es una provincia renegada surgida de la guerra civil china, por lo que la reunificación es la única opción de futuro.
No parecen pensar lo mismo las autoridades de Formosa, que cuentan con el apoyo occidental para mantener su independencia, por lo que el pulso está servido, ya que Pekín no ha descartado el uso de la fuerza para llevar a cabo esa reunificación.
Por este motivo, dentro del pulso militar que Estados Unidos y China mantienen en la zona, acentuado por el régimen comunista de Corea del Norte, Washington mantiene una fuerte presencia militar en la zona que ha reforzado con el despliegue de cuatro bombarderos B-52H Stratofortress en la isla de Guam, marcando un punto de inflexión en las operaciones de disuasión en la región del Indo-Pacífico. Esta acción estratégica, que forma parte del ejercicio Cope North, que incluye a más de 80 aeronaves y 2.100 efectivos de seis naciones, no solo tiene como objetivo demostrar la proyección de fuerza aérea global de Estados Unidos, sino subrayar la importancia de la interoperabilidad con los aliados.
La llegada de estos míticos aviones a Guam, como señaló el capitán Zachary Holmes, del 23º Escuadrón Expedicionario de Bombarderos, demuestra el compromiso de Washington con la preparación y el apoyo logístico necesarios para operaciones de envergadura.
Pero lo más curioso de este movimiento no es tanto el hecho en sí, sino que se trata de un avión que lleva en servicio casi 65 años y más de 70 años desde que el primer B-52, allá por 1952 con «Tex» Johnston como piloto de pruebas, se estrenase en el aire. Siete décadas en las que, no solo no ha dejado de volar, sino que está a punto de entrar en una segunda juventud con la renovación de sus motores, lo que le permitirá prolongar su vida útil aún más tiempo, y la instalación de nuevo radar AESA, como parte del programa de modernización de este avión.
Estos radares, desarrollados por Raytheon, basados en la tecnología AN/APG-79/82, reemplazarán a los radares de barrido mecánico de los años 60: es capaz de producir simultáneamente múltiples ondas de diferentes frecuencias. Estas ondas se dirigen electrónicamente en lugar de mover físicamente una antena y son transmitidas y recibidas por módulos controlados por computadora. Estas características hacen que la actividad del radar AESA genere datos situacionales de manera más eficiente y, al mismo tiempo, más difícil de detectar. Se integrarán en un total de 77 B-52, convirtiéndose en una de las mayores modernizaciones en la historia de la flota.
El B-52 Stratofortress reemplazó gradualmente al Convair B-36 entre 1955 y 1959. Aunque fue construido para portar armas nucleares durante la Guerra Fría, el Stratofortress solamente ha lanzado municiones convencionales. Hoy en día sus capacidades de bombardeo convencional son más importantes para la consecución de los objetivos de la USAF, para los cuales su gran radio de acción y capacidad de carga de hasta 32 toneladas de armamento han probado su valía.
La USAF ha tenido a los B-52 en servicio activo desde 1955, inicialmente con el Mando Aéreo Estratégico. En 1992, con la disolución de ese mando, todos los aviones fueron absorbidos por el Mando de Combate Aéreo, y en 2009 pasaron a formar parte del recién creado Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea. Su mayor rendimiento a velocidades subsónicas elevadas y sus costes de operación relativamente bajos han mantenido al B-52 en servicio a pesar de la llegada de aviones más modernos con intención de reemplazarlo, como el experimental North American XB-70 Valkyrie, el supersónico Rockwell B-1 Lancer y el furtivo Northrop Grumman B-2 Spirit.
En enero del año 2005, el B-52 se convirtió en la segunda aeronave, después del bombardero británico English Electric Canberra, en cumplir 50 años en servicio continuado con su operador principal.
Ya cuando entró en servicio demostró ser una maravilla operativa y técnica: con un alcance intercontinental de unas 14.400 kilómetros, velocidades de más de 800 kilómetros por hora, un techo operativo de 50.000 pies, una generosa bahía de bombas y seis puntos duros en las alas que podían transportar una mezcla de 32 toneladas de armas, combustible para reactores y otras provisiones. En 1960 los B-52 del Mando Aéreo Estratégico (SAC) empezaron a volar en misiones de alerta nuclear cerca de las fronteras de la extinta URSS.
En un conflicto convencional, puede llevar a cabo ataques estratégicos, apoyo aéreo cercano, interdicción aérea, ofensivas aéreas y operaciones marítimas. El uso del reabastecimiento en vuelo hace que el B-52 tenga un alcance solo limitado por el aguante de la tripulación. Es altamente efectivo cuando se usa para vigilancia marítima. Dos aviones B-52, en dos horas, pueden monitorizar hasta 364 000 kilómetros cuadrados de superficie oceánica.
También la NASA lo ha utilizado como banco de pruebas y aviones nodriza para el lanzamiento de aviones experimentales. A lo largo de toda su historia ha participado en las guerras de Vietnam, del Golfo o Afganistán, ha lanzado misiles de crucero a Irak en 1996 y 1998, estuvo presente en el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999, en la invasión de Irak... Aunque hay proyectos para su sustitución, estará en servicio al menos hasta 2040.
Los bombarderos estratégicos nos retrotraen en muchos casos a la II Guerra Mundial y a la Guerra Fría. Sin embargo, hoy en día siguen siendo un elemento fundamental en la estrategia de defensa de Estados Unidos, Rusia y China. Se trata de aviones diseñados para penetrar en territorio enemigo y atacar tanto objetivos estratégicos (bases, cuarteles generales...) como puntos críticos para el esfuerzo de guerra del país enemigo, ya sean infraestructuras, fábricas de armamento, plantas industriales...
Por este motivo, su mera presencia en las fuerzas aéreas supone un elemento disuasorio hacia posibles enemigos. Además, una de sus características fundamentales de este tipo de aviones es su autonomía, lo que les permite, tanto a través de sus depósitos de combustible como de su capacidad de repostaje en vuelo, volar durante largos periodos de tiempo y a enormes distancias. cargados con hasta casi 32 toneladas de armamento. Por este motivo, los bombarderos estratégicos siguen siendo elementos destacados en el plano de la geoestrategia y el equilibrio de fuerzas como ha demostrado Estados Unidos con su uso para el bombardeo de puntos estratégicos en Siria e Irak.
Estos son los seis grandes bombarderos actualmente en servicio:
B-1B Lancer, un bombardero pesado, multifunción y de largo alcance cuatrimotor con un empuje de más de 30 000 libras con postquemador, por motor. Mide 44,5 metros, vuela a Mach 1,2 al nivel del mar. Sus tres bodegas de bombas en su fuselaje pueden portar 34.000 kg de bombas o misiles. Además dispone de seis soportes externos en los que puede cargar 23.000 kilos más de armamento.
Túpolev Tu-22M3 ruso, fabricado entre la década de 1960 y 1970 en la Unión Soviética, capaz de transportar y disparar misiles de crucero de largo alcance.
Túpolev Tu-95 MS también ruso, un bombardero estratégico de cuatro motores turbohélice, con portamisiles nucleares y convencionales, que entró en servicio para la URSS en la década de 1950, capaz de realizar largos vuelos intercontinentales de hasta 10.500 kilómetros sin repostar.
B-52H Stratofortress de la Fuerza Aérea de EE.UU, un bombardero subsónico de largo alcance, unos 11.000 kilómetros de autonomía, que pese a llevar más de medio siglo en activo sigue volando.
B-2 Spirit, un avión furtivo que destaca por avanzada tecnología y por ser el avión más caro del mundo.
Túpolev Tu-160 "Cisne blanco", uno de los bombardero estratégico más modernos y potentes, es capaz de alcanzar velocidades supersónicas y cubrir largas distancias mientras transporta casi 300 toneladas de peso a más de 11 kilómetros de altura.
De entre los aparatos chinos, destacan el Xian H-6, un bombardero estratégico birreactor, fabricado en China bajo licencia del soviético Tupolev Tu-16, capaz de transportar misiles de crucero lanzados desde el aire y, en un futuro próximo, el nuevo bombardero nuclear estratégico chino H-20, un letal avión ‘invisible’ comparable, según los expertos, al icónico B-2 Spirit norteamericano.
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