El niño que cayó del cielo
El 22 de febrero de 1970, Keith Sapsford, de 14 años, se escapó de su hogar en Sídney con un solo sueño: ver el mundo.
Inquieto e intrépido, se metió en el hueco de la rueda de un DC-8 con destino a Japón, sin percatarse de la trampa mortal que había elegido.
Momentos después del despegue, al retroceder el tren de aterrizaje, la puerta se abrió y Keith cayó casi 60 metros al suelo.
Por pura casualidad, un fotógrafo aficionado llamado John Gilpin estaba probando su nueva cámara ese día. Sin saberlo, capturó el momento exacto en que el niño se desplomó del cielo: una sola imagen que congeló la ambición, la inocencia y la tragedia para siempre.
El padre de Keith diría más tarde: «Todo lo que siempre quiso fue ver el mundo».
En cambio, su sueño se vio truncado en una fotografía que aún atormenta la historia.


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