superficiales: hasta tejido celular subcutáneo. profundas, complicadas o complejas: afecta a tejidos más profundos. penetrante: a cavidades naturales, habitualmente no comunicadas con el exterior (abdomen, tórax, articulaciones,…). perforantes: afectan a vísceras huecas albergadas en aquellas cavidades.
Persona sentada con una herida en la rodilla
Tipos de heridas
¿Cuáles son los 7 tipos de heridas?
A lo largo de la vida, es inevitable sufrir algunos pequeños accidentes que pueden causar diversas lesiones en la piel. Conocer qué tipo de herida tienes puede ayudarte a curarlas de manera más eficiente y lograr una mejor cicatrización. Descubre las siete heridas más habituales.
¿Qué es una herida?
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y tiene varias funciones importantes, como proteger el cuerpo de cualquier agresión externa y mantener el equilibrio de los líquidos y la temperatura.
Cuando se produce una herida, ya sea un corte, un rasguño o una quemadura, se produce una lesión en la piel, que dependiendo de su gravedad puede afectar solo a las capas más superficiales (epidermis) o más profundas.
Una herida puede aparecer por distintos motivos, como accidentes, caídas, enfermedades o condiciones. Las heridas pueden ser pequeñas o grandes, y su curación dependerá de la gravedad de la lesión y de su tipología.
La identificación del tipo de herida es crucial para su tratamiento y prevención de complicaciones. Hoy te presentamos los 7 tipos de heridas más comunes.
Mano con una quemadura
1. Quemaduras leves
Una quemadura se produce cuando la piel se ve expuesta a altas temperaturas o entra en contacto con sustancias químicas e incluso con una corriente eléctrica.
Dependiendo de su intensidad, tamaño y la zona en la que se hayan producido, se clasifican en distintos grados del 1º al 4º. Las quemaduras leves o de primer grado afectan únicamente a la epidermis (capa más superficial de la piel) y pueden causar ampollas, enrojecimiento, hinchazón y dolor localizado.
Si la quemadura supera los cinco centímetros o se encuentran en la cara, las manos o los pies es importante que acudas a urgencias o busques atención sanitaria.
2. Ampollas
Una ampolla es un “saco” lleno de líquido en la epidermis. Suele producirse a causa de la fricción entre la epidermis y la dermis (la capa inferior de la piel) o por lesiones cutáneas relacionadas con las quemaduras.
Las ampollas pueden tener diferentes nombres según su tamaño; por eso, también habrás oído hablar de “vesículas” o “bullas”, según si son más pequeñas o grandes.
No suele haber complicaciones a la hora de curarlas más allá de incomodidad y leve dolor en la zona localizada; si causan mucho dolor, es importante acudir a un especialista.
3. Mordiscos
Un mordisco es la herida que queda cuando alguien o algo te muerde, ya sea un animal, un insecto o una persona. Dependiendo de la intensidad de la mordida, pueden suponer desde daños superficiales hasta pérdidas de tejido y afectación al hueso que yace bajo la zona de piel.
Su principal peligro reside en la posible penetración de bacterias y patógenos en la propia herida, por lo que es importante desinfectar bien la herida y protegerla para evitar que se infecte.
Brazo con un mordisco
4. Arañazos
Un arañazo es una herida leve y superficial causada por un objeto afilado, como las uñas de un animal, unas espinas, etc. Principalmente se siente escozor y picor en la zona afectada, aunque dependiendo de la fuerza del arañazo puede provocar una mayor cantidad de sangrado que requiera atención médica.
Debemos tener cuidado, en especial, con los arañazos hechos por animales, ya que son heridas más susceptibles a infecciones.
5. Laceraciones
Una laceración es un tipo de herida que surge a partir de un desgarro o por un golpe rápido y contundente que ocasiona la abertura de la piel. Suele ser una herida superficial, aunque dependiendo de su magnitud puede llegar a afectar a tejidos más profundos.
Cuando se trata de heridas leves, las laceraciones pueden provocar sangrado y dolor en la zona afectada (si la laceración es grave, el sangrado suele ser más abundante y será necesario acudir a urgencias).
Es importante recordar siempre que, al tratarse de una herida abierta, es más vulnerable contra infecciones.
6. Rasguños
Un rasguño es un roce causado por la fricción de la epidermis con una superficie áspera, como un suelo de asfalto o una pared con gotelé. Suele producirse en extremidades, manos y caderas, y solo afecta a la primera capa de piel; no obstante, son heridas muy propensas a infectarse.
No suele presentar un sangrado abundante, pero sí exudación (reacción del cuerpo frente a una agresión, en la que se desprenden líquidos en la zona afectada que favorecen la cicatrización).
Apósito de primeros auxilios Leukoplast® barrier
7. Cortes
Los cortes son heridas abiertas en la piel producidas por un objeto punzante y afilado. Suelen afectar a la parte más superficial de la piel, aunque dependiendo de la gravedad de la misma puede llegar a afectar a capas inferiores.
Suele producir escozor, leve sangrado y enrojecimiento de la zona, aunque se puede producir un sangrado abundante si se trata de un corte profundo.
Se trata de una herida muy propensa a la infección, en especial en aquellas situaciones en las que se encuentra localizada en los dedos o el objeto que la provoca se encuentra en mal estado (por ejemplo, una pieza de metal oxidado).
Ahora ya conoces los principales tipos de heridas: cómo identificarlas, diferenciarlas y cómo se producen. Si no estás seguro sobre el tipo de herida que tienes, es importante buscar ayuda médica para recibir un diagnóstico adecuado y comenzar el tratamiento lo antes posible.
Las heridas
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-las-heridas-su-tratamiento-13018317
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-pdf-13018317
son muy frecuentes y en ocasiones pueden implicar gravedad e incluso riesgo para la vida de los pacientes. Es muy importante la limpieza de las heridas, su desinfección y el empleo de antisépticos, tiras, esparadrapos y apósitos que consigan una rápida cicatrización, así como la restauración de la superficie de la piel que ha resultado afectada. Las úlceras son heridas que tardan en cicatrizar y que requieren unos cuidados especiales, sobre todo en caso de enfermos postrados
Las heridas son el resultado de una rotura de la superficie de la piel, causada muchas veces por un objeto cortante. Las lesiones tisulares se reparan mediante el recambio del tejido lesionado. Si la pérdida de tejido es poco importante, suele bastar con aproximar los bordes de la herida, pero si la pérdida de tejido es considerable la curación se prolonga durante mucho más tiempo.
Las heridas son causadas por cortes, desgarros, quemaduras y aplastamientos de la piel. También pueden ser consecuencia del calor y del enfriamiento. El calor excesivo desnaturaliza las proteínas y el enfriamiento por debajo de los cero grados produce formación de cristales en el interior de las células. También son causa de heridas las corrientes eléctricas intensas, la agresión química y la interrupción del aporte sanguíneo. Es importante conocer la causa de la herida para establecer el tratamiento más adecuado y el tiempo previsto de cicatrización. También hay que saber cuánto tiempo ha transcurrido desde que se produjo la herida, para evitar complicaciones.
Hay que evaluar la posibilidad de que el paciente no declare la verdad sobre el origen de sus heridas. Si se trata de un niño, debe tenerse en cuenta la posibilidad de que la lesión haya sido causada en el entorno doméstico y que no sea accidental. Otras veces el paciente oculta la causa de su lesión porque ésta se ha producido en circunstancias que no quiere que los demás conozcan, como el desarrollo de alguna actividad ilegal o de relaciones que prefiere no desvelar.
Tipos de heridas
Las heridas se clasifican según su extensión, localización, profundidad, gravedad, pronóstico y agente causal.
Una de las clasificaciones más habituales de las heridas es la siguiente:
Abiertas. Cuando muestran una abertura en la piel.
Contusas. Son lesiones de los tejidos sin solución de continuidad en la piel.
Incisas. Producidas por objetos cortantes.
Penetrantes. Las que entran en una cavidad corporal.
Punzantes. Causadas por instrumentos punzantes.
Heridas agudas
La causa más frecuente de heridas agudas es el bisturí del cirujano. En las intervenciones quirúrgicas, las incisiones son lineales para tener acceso a las estructuras subyacentes. Las incisiones se hacen en condiciones de asepsia y procurando producir el menor traumatismo posible a los tejidos circundantes. Terminada la intervención, se utilizan suturas para aproximar los bordes cutáneos. De esta forma, queda minimizado el trabajo de reparación de los nuevos tejidos.
Algunas heridas producen complicaciones graves en los pacientes, pero lo habitual es que si reciben un tratamiento adecuado se curen y no dejen secuelas. Uno de los problemas de las heridas agudas es el aspecto estético. Hay heridas que clínicamente están bien cicatrizadas, pero que afean el aspecto de la persona, lo que reduce su calidad de vida. En lo posible, hay que seguir técnicas de intervención y curación que no sólo conduzcan a la cicatrización, sino también a la menor desfiguración posible. Una laceración o erosión facial, después de curada, supone una grave complicación para el paciente, ya que puede comportar una desfiguración permanente, con problemas psicológicos y complicaciones familiares, emotivas y laborales.
Un porcentaje de heridas experimenta complicaciones. Durante el proceso de curación pueden producirse necrosis, dehiscencia de la sutura, hematomas e infecciones. Las infecciones y los hematomas producen hinchazón y aumento de la tensión en la herida suturada. La tensión reduce el aporte sanguíneo, por lo que la cicatrización es más lenta y puede incluso llegar a producirse la muerte celular, es decir, la necrosis, que es la complicación más grave de las heridas, tengan o no un origen quirúrgico.
Heridas pequeñas y erosiones
Hay heridas que se reducen a arañazos, rozaduras o cortes superficiales, que suelen ser producidas por elementos cortantes limpios, como cuchillos y hojas de afeitar. En estos casos basta secar las gotas de sangre y aplicar una tira, que será de plástico cuando el corte se haya producido en los dedos o las manos y se deba tocar agua con cierta frecuencia. Si la herida superficial es consecuencia de una caída, puede ser poco sangrante pero con pérdida de una cierta porción de piel. Este tipo de heridas requiere una limpieza y desinfección a fondo para eliminar los restos de suciedad que hayan podido quedar adheridos a los bordes de la herida y para evitar el riesgo de infecciones y las reacciones que retrasarían la cicatrización. Las he ridas producidas por instrumentos de labranza o por caídas en jardines, campos y cuadras tienen un elevado riesgo de producir tétanos. Debe consultarse al médico para que éste decida si es conveniente la administración de la vacunación antitetánica.
La gravedad de las quemaduras aumenta cuando resultan afectadas áreas amplias de piel o cuando la lesión es profunda
Heridas incisas profundas
Las heridas superficiales pueden ser tratadas sin necesidad de la asistencia de un médico. Por el contrario, las heridas profundas siempre deben ser tratadas por facultativos. Algunas caídas y golpes producen heridas incisas de pequeño tamaño pero muy profundas. Las heridas de arma blanca suelen presentar un corte exterior pequeño y una gran profundidad, por lo que son muy peligrosas. Según el tamaño de la herida, será conveniente la aplicación de algunos puntos de sutura después de que se haya procedido a la desinfección de la herida.
Quemaduras
Después de una quemadura se produce una lesión por coagulación y desnaturalización de las proteínas celulares. Las quemaduras se deben al contacto directo con una llama, con un objeto caliente o con líquidos a temperaturas elevadas, por radiación causada por una fuente de calor o por el paso de la corriente eléctrica.
La gravedad de las quemaduras aumenta cuando resultan afectadas áreas amplias de piel o cuando la lesión es profunda. El tamaño es muy importante, pues determina el volumen de líquido perdido.
La quemadura es más profunda cuanto mayor haya sido la temperatura causante de la lesión. Además de la tradicional clasificación en grados, las quemaduras se clasifican según su profundidad:
Superficial parcial. Curará sin cicatriz.
Profunda parcial. Al curar puede dejar una cicatriz significativa.
Profunda total. Siempre deja como secuela una cicatriz significativa.
Las más dolorosas son las primeras, porque resultan afectados los receptores nerviosos. Las segundas y las terceras son más graves pero menos dolorosas, porque han resultado destruidos los receptores nerviosos.
La pérdida de líquido, cuando es considerable, puede implicar riesgos de insuficiencia renal. Otra posible complicación de las quemaduras son las infecciones: al quemarse la piel se pierden las defensas ante los gérmenes. La infección resultante puede ser local o generalizada si pasa al torrente sanguíneo.
Algunos grupos de personas son propensos al riesgo de sufrir quemaduras: niños, epilépticos, alcohólicos, drogadictos, ancianos y pacientes que tienen alterada su conciencia y sensibilidad.
Si la quemadura se ha producido por agua hirviente, vapor, aceite caliente o con una plancha, hay que colocar cuanto antes la parte afectada bajo un chorro de agua fría. Es muy aconsejable aplicar cubitos de hielo dentro de un pañuelo. Se consigue bajar la temperatura de la parte quemada, reducir la inflamación y disminuir la aparición de ampollas. Además, el frío tiene un efecto anestésico. Cuando la causa de la quemadura ha sido el fuego, hay que actuar de forma similar. Debe cubrirse la parte quemada con una venda, incluso con una sábana limpia si la zona afectada es muy grande, y trasladar al enfermo a un hospital para que reciba el tratamiento adecuado.
Úlceras
Las úlceras son zonas heridas que curan lentamente. Su cicatrización es difícil y requieren atención continuada durante mucho tiempo. Se trata de heridas crónicas en las que ha resultado impedida la restauración de los tejidos afectados. Es habitual que aparezcan en personas postradas y en enfermos crónicos, sobre todo en ancianos. Si el paciente permanece mucho tiempo en la cama o sentado en una silla de ruedas, la presión que los huesos ejercen sobre la piel produce un bloqueo de los vasos sanguíneos y la consiguiente degeneración de los tejidos. El riesgo aumenta en presencia de humedad, ya sea causada por el sudor o por la incontinencia.
Para prevenir la aparición de úlceras es necesario cambiar de posición a los enfermos cada 2-3 horas y con una frecuencia mayor cuando permanecen sentados, ya que el riesgo es mayor. Se deben hacer masajes en las partes afectadas por la presión de los huesos, con alcohol o con una crema hidratante. El masaje no debe realizarse si ya existen lesiones ulcerosas. La piel debe mantenerse seca y limpia, empleando un jabón de pH 5. Las sábanas deben estar secas y sin arrugas. El bienestar del enfermo mejora con el uso de cojines situados entre la piel del enfermo y la cama. En caso de incontinencia es imprescindible una limpieza muy estricta y frecuente, así como la utilización de protectores impermeabilizados que eviten el contacto de las lesiones con la humedad. *
https://medlineplus.gov/spanish/ency/esp_imagepages/19616.htm
Una herida penetrante generalmente es causada por un objeto puntiagudo como un clavo, los dientes de un animal o una puntilla. Este tipo de herida usualmente no sangra en exceso y puede parecer que se cierra. Igualmente, estas heridas penetrantes son propensas a las infecciones y deben ser tratadas de manera apropiada.
Cortaduras y heridas penetrantes
Una cortadura es una ruptura o abertura en la piel. También se le llama laceración. La cortadura puede ser profunda, lisa o mellada. Puede estar cerca de la superficie de la piel o afectar tejidos más profundos. Una cortadura profunda puede afectar los tendones, los músculos, los ligamentos, los nervios o el hueso.
Una punción es una herida hecha con un objeto puntiagudo como un clavo, un cuchillo o un diente afilado. Las heridas por punción a menudo parecen afectar la superficie, pero también pueden extenderse a las capas de tejido más profundas.
Síntomas
Los síntomas incluyen:
Sangrado
Problemas con el funcionamiento (movimiento) o sensibilidad (entumecimiento, hormigueo) por debajo del sitio de la herida
Dolor
Se puede presentar infección en caso de algunas cortaduras y heridas penetrantes (punzantes). Las siguientes heridas son más propensas a resultar infectadas:
Mordeduras o picaduras
Punciones
Lesiones por aplastamiento
Heridas sucias
Heridas en los pies
Heridas que no se trataron con rapidez
Primeros auxilios
Si la herida está sangrando profusamente, llame al número local de emergencias, como el 911 (en los Estados Unidos).
Las heridas menores y las punciones se pueden tratar en casa. Proporcionar los primeros auxilios de manera oportuna puede ayudar a prevenir una infección, y por lo tanto, acelera la curación y reduce la cantidad de cicatrices.
Siga los siguientes pasos:
EN CASO DE CORTADURAS MENORES:
Lávese las manos con jabón o un limpiador antibacteriano para prevenir una infección.
Luego, lave completamente la herida con agua y un jabón suave.
Use presión directa para detener el sangrado.
Aplique un ungüento antibacteriano y un vendaje limpio que no se pegue a la herida.
EN CASO DE PUNCIONES MENORES:
Lávese las manos con jabón o un limpiador antibacteriano para prevenir una infección.
Enjuague el sitio de la punción durante al menos 5 minutos con agua corriente y luego lave con jabón.
Busque objetos dentro de la herida (pero no hurgue). Si encuentra alguno, no lo retire. Acuda a la sala de emergencias o centro de urgencias.
Si no puede ver nada dentro de la herida, pero falta un fragmento del objeto que la causó, busque también atención médica.
Aplique un ungüento antibacteriano y un vendaje limpio que no se pegue a la herida.
No se debe
NO suponga que una herida menor está limpia porque no se pueden ver desechos ni suciedad dentro de ella. Lávela siempre.
NO respire sobre una herida abierta.
NO trate de limpiar una herida extensa, especialmente después de que el sangrado esté bajo control.
NO retire un objeto largo o profundamente incrustado. Busque atención médica.
NO hurgue ni retire los restos de una herida. Busque atención médica.
NO reintroduzca partes expuestas del cuerpo. Cúbralas con material limpio hasta que llegue la ayuda médica.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) si:
El sangrado es profuso o no se puede detener (por ejemplo, después de 10 minutos de presión).
La persona no puede sentir la zona lesionada o esta no funciona bien.
La persona está gravemente lesionada de otra manera.
Llame de inmediato a su proveedor de atención médica si:
La herida es grande o profunda, incluso si el sangrado no es profuso.
La herida tiene una profundidad de más de un cuarto de pulgada (.64 centímetros), se presenta en el rostro o llega hasta el hueso. Se pueden necesitar suturas.
La persona ha sido mordida por un humano o por un animal.
La punción o cortadura es causada por un anzuelo de pescar o un objeto mohoso.
Usted se paró en un clavo u otro objeto similar.
Un objeto o desecho se encuentra incrustado. No lo retire usted mismo.
La herida muestra signos de infección, como calentamiento y enrojecimiento en la zona, sensación dolorosa y pulsátil, fiebre, hinchazón, una veta roja que se extiende desde la herida o supuración similar al pus.
Usted no se ha hecho aplicar la vacuna antitetánica en los últimos 10 años.
Prevención
Mantenga cuchillos, tijeras, objetos afilados, armas de fuego y objetos quebradizos fuera del alcance de los niños. Cuando ellos tengan edad suficiente, enséñeles a utilizar los cuchillos, las tijeras y otras herramientas con seguridad.
Verifique que usted y su hijo mantengan las vacunas al día. Generalmente, se recomienda hacerse aplicar la vacuna antitetánica cada 10 años.
Nombres alternativos
Heridas - cortaduras o punciones; Herida abierta; Laceración; Herida penetrante (punzante)
Referencias
Ball JW, Dains JE, Flynn JA, Solomom BS, Stewart RW. Skin, hair, and nails. In: Ball JW, Dains JE, Flynn JA, Solomom BS, Stewart RW, eds. Seidel's Guide to Physical Examination. 9th ed. . St Louis, MO: Elsevier; 2019:chap 9.
Lammers RL, Aldy KN. Principles of wound management. In: Roberts JR, Custalow CB, Thomsen TW, eds. Roberts and Hedges' Clinical Procedures in Emergency Medicine and Acute Care. 7th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2019:chap 34.
Simon BC, Hern HG. Wound management principles. In: Walls RM, Hockberger RS, Gausche-Hill M, eds, eds. Rosen's Emergency Medicine: Concepts and Clinical Practice. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2018:chap 52.
Ultima revisión 11/13/2021
Versión en inglés revisada por: Jesse Borke, MD, CPE, FAAEM, FACEP, Attending Physician at Kaiser Permanente, Orange County, CA. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000043.htm#
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