Un aneurisma cerebral corresponde a una zona de debilidad en la pared de un vaso sanguíneo intracraneal que tiende a dilatarse llenándose de sangre. Generalmente, los aneurismas se forman en la zona donde se bifurcan las arterias, ya que es la zona más frágil de su estructura.
Esta dilatación puede ejercer presión sobre los nervios u otras estructuras cerebrales adyacentes. Por otro lado, puede romperse provocando una hemorragia que comprimirá las estructuras vecinas.
Cuando los aneurismas cerebrales son pequeños, rara vez sangran o causan otros problemas.
Se estima que alrededor del 5% de la población padece un aneurisma cerebral, con una tasa de rotura anual de alrededor del 2%. La incidencia de rotura de aneurismas es de aproximadamente 10 de cada 100.000 personas por año.
Los aneurismas cerebrales pueden ocurrir a cualquier edad, pero son más comunes en adultos (30 a 60 años) que en niños y también son más comunes en mujeres.
🔴Síntomas:
La mayoría de los aneurismas cerebrales no se asocian con síntomas hasta que aumentan de tamaño o se rompen. Los signos resultan de la compresión de estructuras adyacentes y pueden incluir dolor encima y alrededor de los ojos, sensación de hormigueo, debilidad o parálisis en un lado de la cara, pupilas dilatadas, cambios en la visión y fotofobia.
Cuando se produce sangrado, el síntoma principal es un dolor de cabeza repentino y extremadamente intenso, asociado a visión doble, náuseas, vómitos, rigidez de nuca y pérdida del conocimiento. A veces ocurren episodios de dolor de cabeza más leves en los días previos a la ruptura.
🔴Causas:
Los aneurismas cerebrales pueden ser congénitos y resultar de la debilidad de la pared arterial. Son más comunes en personas con otros problemas genéticos, como patologías del tejido conectivo, poliquistosis renal, enfermedades circulatorias, como malformaciones arteriovenosas.
Otras posibles causas son: traumatismos, hipertensión arterial, infecciones, tumores, aterosclerosis, tabaquismo y abuso de alcohol y drogas, como la cocaína. El papel de los anticonceptivos orales en la formación de aneurismas no está consensuado.
🔴Diagnóstico:
La mayoría de los aneurismas cerebrales pasan desapercibidos debido a la ausencia de síntomas. A menudo se detectan de forma incidental después de un escáner cerebral solicitado por otro motivo. La angiografía cerebral permite la visualización y localización con alta precisión. La tomografía computarizada y la resonancia magnética son exámenes muy útiles en la evaluación de estos casos y pueden combinarse con la administración de contraste para obtener información más detallada.
🔴Tratamiento:
En el caso de aneurismas cerebrales pequeños, es suficiente una vigilancia periódica. El tratamiento, cuando sea necesario, debe individualizarse en función del tipo, tamaño y localización, y de las características clínicas del paciente.
Cirugía: por lo general, el tratamiento quirúrgico puede consistir en un proceso de clipado, que consiste en interrumpir el flujo sanguíneo en el aneurisma mediante la colocación de un clip metálico. Este procedimiento puede ir acompañado o no de un bypass.
Embolización: una alternativa a la cirugía es la embolización, en la que se introduce un catéter a través de la arteria femoral y se dirige mediante angiografía hasta el aneurisma, permitiendo colocar un material de platino en forma de espiral que lo rellena, bloqueando la circulación y desencadenando la coagulación sanguínea.
Medicación: los anticonvulsivos y analgésicos pueden ser útiles para aliviar los síntomas.
Además de tratar el aneurisma cerebral en sí, es importante tratar otras afecciones médicas subyacentes, como la presión arterial alta. Las principales complicaciones de la rotura de un aneurisma cerebral son la aparición de un derrame cerebral, daño cerebral permanente o la muerte. La hidrocefalia también puede ocurrir con fenómenos de compresión cerebral o vasoespasmo en otras áreas del cerebro con la consiguiente reducción del flujo sanguíneo.
