Algunas plantas comunes son muy venenosas, y muchas plantas lo son moderadamente (ver Plantas moderadamente venenosas). Las pocas plantas venenosas tienen antídotos específicos. La mayoría de las ingestiones de plantas, incluidas las plantas enumeradas en ver Plantas moderadamente venenosas, producen muy pocos síntomas a menos que sus hojas u otros componentes estén concentrados en una pasta o se preparen como un té.
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Las plantas extremadamente tóxicas y potencialmente fatales incluyen:
(Véase también Generalidades del envenenamiento.)
Semillas de ricino y regaliz americano
Las semillas de ricino contienen ricina, un veneno celular extremadamente concentrado. El regaliz contiene abrina, una toxina relacionada y aún más potente. En ambos, las semillas tienen cubiertas relativamente impermeables; así, la semilla debe masticarse para liberar las toxinas. Sin embargo, la cobertura de las semillas del regaliz a menudo no están intactas, y la simple digestión bacteriana puede liberar la abrina.
Los síntomas de cualquiera de los dos envenenamientos pueden incluir gastroenteritis tardía, a veces grave y hemorrágica, seguida de delirio, convulsiones, coma y muerte. La irrigación total del intestino debe tenerse en cuenta, porque su objetivo es eliminar todas las semillas ingeridas.
Adelfa y digital
Estas plantas y las lágrimas de Salomón o el lirio del valle (similar pero menos tóxica) contienen glucósidos digitálicos. La toxicidad incluye gastroenteritis, confusión, hiperkalemia y arritmias. Los niveles de digoxina sérica pueden confirmar la ingestión, pero no son útiles como información cuantitativa.
Los niveles de K deben controlarse rigurosamente. La hiperkalemia puede responder sólo a la hemodiálisis. El Ca no se recomienda por las arritmias. Los fragmentos de anticuerpos (Fab) específicos para la digoxina se han usado para tratar las arritmias ventriculares.
Cicuta
El envenenamiento por cicuta (Conium maculatum y Cicuta bulbifera) pueden causar síntomas dentro de los 15 min.
La cicuta Conium maculatum tiene efectos nicotínicos, que comienzan con boca seca y que progresan a taquicardia, temblores, diaforesis, midriasis, convulsiones y parálisis musculares. También se producen rabdomiólisis y bradicardia.
La cicuta bulbífera parece aumentar la actividad del ácido γ-aminobutírico (GABA). Los síntomas pueden incluir gastroenteritis, delirio, convulsiones refractarias y coma.
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