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Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.

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Fuente Ministerio de Interior de España

domingo, 6 de agosto de 2023

Monitor de Estado de Conciencia del Paciente BIS. INDICE BIESPECTRAL PDF

Monitor de Estado de Conciencia del Paciente BIS. INDICE BIESPECTRAL 
Monitor de Estado de Conciencia del Paciente BIS. INDICE BIESPECTRAL 





Definición
Es el índice biespectral, el parámetro de monitorización de profundidad anestésica más utilizado en la actualidad. Es una interpretación estadística basada en un algoritmo matemático complejo sobre datos extraídos del EEG de individuos sanos sometidos a anestesia general, que calcula un valor que resulta de procesar una señal de electroencefalografía frontal. Dicho valor adimensional proporciona una medida del nivel de consciencia del paciente. Fue aprobado por la FDA en 1996 como ayuda para controlar los efectos de determinados agentes anestésicos. En 2003 dicho organismo especifica definitivamente que su utilización puede reducir el recuerdo intraoperatorio durante la anestesia general.


Método de medición que usa
A partir de más de 5000 pacientes despiertos y anestesiados con diferentes protocolos, se creó una base de datos que incluía cada uno de los principales parámetros obtenidos
de los diferentes análisis del EEG.

Para el análisis matemático del BIS se emplean dos tipos de análisis del EEG, uno basado en el tiempo y otro en la frecuencia. Los subcomponentes del BIS se conocen, no así la forma en que se combinan para obtener su algoritmo.


ANÁLISIS EN EL DOMINIO TEMPORAL
Valora los cambios que se producen en el EEG de forma cronológica. Pertenece a este análisis la tasa de supresión.

Tasa de supresión (TS).

Calcula la relación entre los períodos con presencia de señal en el EEG y los períodos en que aparece trazado isoeléctrico en el último minuto (potencia no supera los ± 5 μv). En casos de anestesia muy profunda se correlaciona con el BIS (BIS 0-30). El valor de la TS es 0 en individuos despiertos, sedados o con una anestesia quirúrgica adecuada. La aparición de tasa de supresión en estos casos puede constituir una señal de isquemia cortical (1).En los casos de muerte encefálica el BIS es de 0 y la TS es de 100.


ANÁLISIS EN EL DOMINIO DE LA FRECUENCIA (ESPECTRAL Y BIESPECTRAL)
Descompone los trenes de ondas en sus componentes más simples. Incluye el análisis espectral y biespectral.

Consiste en analizar pequeños fragmentos del EEG y descomponerlos en trenes de ondas con frecuencia y amplitud determinados. Así, se puede distinguir:



Análisis Espectral
Potencia espectral: una vez digitalizada la señal electroencefalográfica, se calcula el cuadrado de la amplitud de cada una de las frecuencias que componen el fragmento de EEG. Mediante la transformación rápida de Fourier se convierte el trazado de EEG en un histograma, y así se obtiene la potencia del EEG para cada frecuencia. Se ha utilizado para cuantificar el efecto cerebral de agentes anestésicos (2)
A partir de ahí podemos obtener por ejemplo el Límite espectral 95 (LE95%): es el valor de la frecuencia por debajo de la cual está contenido el 95% del total de la potencia del espectro. Guarda una buena correlación con agentes anestésicos. Por ejemplo, una fracción espirada de sevofluorane de 1,5 % se corresponde con un LE95 de 12,5 Hz (3) mientras que en el paciente despierto puede situarse en torno a 26 Hz. De hecho, el LE95 se correlaciona bien con el BIS en niveles de anestesia quirúrgica y podría ser incluso un sustituto del BIS (4).

Ratio beta: es el logaritmo del ratio de los componentes del EEG de alta frecuencia (30-47 Hz) respecto a frecuencias clásicas (11-20 Hz). El componente beta es el principal elemento del BIS en el paciente despierto (ej. BIS 96), así como en niveles superficiales de anestesia (BIS 60-100). Es, junto con la sincronización rápida-lenta (ver análisis espectral más adelante), uno de los dos subcomponentes más importantes del BIS, y ambos, en realidad, lo que indican es una estimación de la importancia de las ondas de alta frecuencia con respecto a la totalidad de ondas de la señal electroencefalográfica (5).


Análisis Biespectral
Consiste en analizar el grado de coherencia entre las fases de las ondas (bicoherencia). De este análisis deriva la sincronización rápida-lenta.

Sincronización rápida-lenta: logaritmo del ratio del espectro de alta frecuencia (40-47 Hz) con respecto al componente total de frecuencias (0,5-47 Hz ). Se da en planos moderados de sedación y en hipnosis quirúrgicas, siendo, junto con el beta ratio, el elemento más importante en la determinación clínica del valor BIS (5). En la tabla 2 se resume con ejemplos el análisis temporal y de la frecuencia del EEG.




Tabla 2. Diferentes estados hipnóticos y su correspondencia con la monitorización
electroencefalográfica.
Intervalo aconsejado
Los valores del BIS oscilan entre 100 y 0, reflejando el estado despierto y la ausencia de actividad cerebral, respectivamente. Los valores de BIS entre 40 y 60 se consideran adecuados para la anestesia general durante la cirugía, mientras que los valores por debajo de 40 indican un estado hipnótico profundo. Por tanto, el mantenimiento de valores de BIS en ese intervalo durante la anestesia general previene el recuerdo intraoperatorio y permite una reducción de la administración de anestésicos generales.


Utilidad

Despertar Intraoperatorio
Cuatro estudios prospectivos avalan la eficacia del BIS para prevenir el recuerdo intraoperatorio.
El primero de ellos demuestra una reducción del 77% de recuerdo intraoperatorio en el grupo BIS (6). El principal inconveniente de este estudio es su metodología, pues utiliza de manera retrospectiva los controles, en un estudio realizado cuatro años antes. El motivo es la dificultad para disponer de una muestra de 41000 pacientes necesaria para demostrar una reducción del despertar intraoperatorio del 50%, teniendo en cuenta la incidencia de éste en la población general, un 0,1%.
En 2004 se lleva a cabo el B-Aware, donde Myles y cols. estudian 2500 pacientes con alto riesgo de DIO (incidencia del 1% y no del 0,1%), tanto en inhalatoria como TIVA, y encuentran 2 casos de DIO en el grupo BIS frente a 11 en el grupo control (p=0,022). La anestesia guiada por BIS redujo el DIO en un 82% (7). Un dato a destacar es que en uno de los casos de DIO del grupo BIS, los valores de éste se situaron en 79-82 durante 5 minutos, mientras que en el otro caso se mantuvieron entre 55 y 59 durante 9 minutos.
Por último, Avidan realizó dos estudios para determinar si el protocolo de la anestesia guiada por BIS era superior a un protocolo guiado por la concentración espiratoria de gas halogenado (ETAC) para prevenir el DIO. No se estudió la TIVA en estos estudios. El primer estudio de Avidan fue el B-Anaware Trial, con 2000 pacientes de la población general y 2 casos de DIO en cada grupo. El mismo grupo de investigadores repitió el estudio en población de alto riesgo de DIO, sin encontrar diferencias significativas entre ambos grupos (0,24% en el grupo BIS frente a un 0,07% en el grupo ETAC).


Resultados a largo plazo: mortalidad
A partir de un estudio en 2005 se ha relacionado el tiempo de hipnosis profunda, definido como los minutos con BIS por debajo de 45, con la mortalidad postoperatoria hasta 1 año después de cirugía mayor, estableciéndose un riesgo relativo de 1,24 (8). Este dato es de gran importancia toda vez que la mayoría de anestesiólogos han utilizado una mayor profundidad anestésica para evitar el DIO o incluso como herramienta para un mejor control de la tensión arterial intraoperatoria (9).
Precisamente los estudios referidos anteriormente empleados en analizar el recuerdo intraoperatorio, han servido como base de datos para estudios retrospectivos que analizan la influencia de la profundidad anestésica en la mortalidad postoperatoria. De hecho, el mantenimiento del BIS por debajo de 40 más de 5 minutos se ha relacionado con una mayor mortalidad; no obstante, esto constituye más una asociación que una relación de causalidad. Recientemente se ha sugerido que los pacientes de alto riesgo con más morbilidad asociada pueden tener una sensibilidad incrementada a los agentes anestésicos y que un valor bajo del BIS puede ser un marcador de morbimortalidad más que un factor causal (10).


Coste-efectividad
Los estudios de coste-efectividad son difíciles de hacer en medicina. Concretamente, en anestesiología ningún monitor utilizado habitualmente ha demostrado su coste-efectividad en el sentido de que su utilización produzca una reducción del coste de los cuidados del paciente en mayor medida que el coste de uso del propio monitor.
Sin embargo, hoy día no se entiende la administración de la anestesia general sin el ECG, la oximetría de pulso o incluso la monitorización neuromuscular. Por ejemplo, el pulsioxímetro ha demostrado que puede prevenir los eventos hipóxicos durante la anestesia, pero nunca ha demostrado ningún efecto en el resultado de los pacientes.
A continuación se analizan algunos aspectos concretos del coste-efectividad del BIS:
Ahorro de agente anestésico: Muchos estudios han demostrado una disminución del agente anestésico cuando los anestesiólogos titulan el hipnótico a unos niveles de BIS entre 45 y 65 (11)
Despertar más rápido: Este hecho se ve favorecido por protocolos que mantienen un valor de BIS de 60-75 durante los últimos 15 minutos de anestesia. Además de un despertar más rápido, también se orientan más precozmente.
Alta de la Unidad de Recuperación Postanestésica (URP): Diversos estudios demuestran una reducción en el tiempo necesario para estar en la sala de despertar. De hecho, un alto porcentaje de pacientes anestesiados con BIS están ya alerta y completamente orientados al llegar a la URP (12) Algunos autores incluso citan la posibilidad de obviar el paso por la URP en pacientes totalmente alerta y orientados anestesiados con BIS.
Naúseas y vómitos: En un metanálisis demuestran una reducción de la incidencia de naúseas y vómitos de un 16% en pacientes anestesiados con BIS en cirugía ambulatoria (11)
Se ha comunicado que cuando se toma en consideración el ahorro de agente anestésico, la menor incidencia de naúseas y vómitos, así como una menor estancia en la URP, el coste del BIS se sitúa aproximadamente en 4,20 euros por cada uso (11).


Pacientes susceptibles según la ASA
En el año 2006 la ASA publicó unas recomendaciones sobre la monitorización del despertar intraoperatorio y la función cerebral intraoperatoria (13). Así, se acuerda que se debería monitorizar la actividad eléctrica cerebral en pacientes con factores de riesgo de DIO, en aquellos con bajos requerimientos de anestésicos generales, en la cirugía traumatológica, cirugía cardíaca, cesáreas y en la anestesia total intravenosa.
Por otra parte, la ASA no recomienda esta práctica de forma sistemática en todos los pacientes como monitor de profundidad anestésica.


Limitaciones del BIS
N2O
El N2O tiene una acción cortical débil, ya que su efecto lo ejerce principalmente activando la vía inhibitoria descendente noradrenérgica en el tronco cerebral y la médula espinal (14). Este efecto, no detectable por el BIS, explica cómo el protóxido, utilizado tanto como agente único como en combinación de un agente anestésico iv, puede producir pérdida de la consciencia sin cambio significativo en el BIS (15). Así mismo, han sido descritos disminuciones paradójicas en el BIS varios minutos tras la retirada del protóxido (Fenómeno electroenfalográfico de retirada-supresión del N2O) con aparición de tasa de supresión y ondas δ y θ (15)

Ketamina
La utilización de ketamina durante la anestesia con propofol o sevoflurano produce un aumento de la profundidad anestésica que, paradójicamente, se acompaña de un aumento significativo del BIS (16). El efecto hipnótico de la ketamina se caracteriza por un mecanismo disociativo que, en el EEG, provoca un aumento de las ondas β con una menor actividad δ. Este efecto no puede ser ignorado, puesto que puede conducir a una sobredosificación de anestésicos generales.

Halotano
El algoritmo del BIS no fue validado originalmente para el halotano, y puede no reflejar el efecto hipnótico de la anestesia. Así, dosis equipotentes de halotano, isoflurano y sevoflurano, se caracterizan por un valor del BIS significativamente mayor para el primero (17). Esto ha de tenerse en cuenta para evitar una posible sobredosificación por halotano.

Opiáceos
La dosis de opiáceos requeridas para la analgesia perioperatoria no produce alteraciones del BIS, puesto que no actúan a nivel cortical, y es necesario quintuplicar la dosis habitual para detectar una depresión del EEG. Sin embargo, potencian el efecto de pérdida de consciencia del propofol en régimen de TCI, sin que este efecto potenciador se refleje en el BIS, lo que podría llevar a sobredosificación de propofol (15).

Electromiograma (EMG)
El tono muscular de la frente puede aumentar el valor del BIS. Las frecuencias del EMG pueden simular el componente ratio beta del BIS (30-47 Hz). De hecho, se ha estimado que la porción de EMG de 30-47 Hz puede ser un décimo de la magnitud del EEG de 30-47 Hz, lo que podría indicar un valor del BIS falsamente elevado (5) La administración de bloqueantes neuromusculares en estos casos pueden reducir la actividad del EMG y provocar un descenso del BIS.

Dispositivos médicos
Artefactos electromecánicos del tipo de marcapasos, electrocauterio, calentadores de aire sobre la cabeza, etc, pueden producir falsos incrementos del BIS y conducir a una sobredosificación anestésica (18).

Condiciones clínicas.
El valor del BIS durante la anestesia viene condicionado por la reducción del metabolismo cerebral secundario a la administración de anestésicos generales. Pero ciertas circunstancias clínicas graves que provocan una reducción importante del metabolismo cerebral también inducirán una disminución del BIS, independientemente de la profundidad anestésica, como puede ser la parada cardíaca, la hipoglucemia, la hipotermia o la isquemia cerebral.
Por otro lado, una crisis comicial perioperatoria puede asociarse a valores incrementados del BIS, sin que ello conlleve un DIO.
Existe una variedad genética de EEG de bajo voltaje (< 20 mV). Es una variante normal presente en el 5-10% de la población general y no indica disfunción cerebral, pero que se acompaña de valores de BIS bajos en pacientes despiertos. Por ese motivo es esencial confirmar un valor de BIS normal previo a la administración de la anestesia general.
Pero el EEG de bajo voltaje no sólo es genético, sino que puede aparecer inducido por fármacos, como en el caso de la fase de eliminación de remifentanilo o de gases anestésicos como el sevoflurano, donde puede aparecer temporalmente un EEG de bajo voltaje que puede malinterpretarse como tasa de supresión (19). En estos casos, la obtención de un BIS normal previo a la inducción anestésica no descarta la aparición de un EEG de bajo voltaje inducido por fármacos.


Conclusiones
La anestesia guiada por BIS por debajo de 60 reduce significativamente el DIO en la población de alto riesgo. Un valor inferior a 55 puede reducirlo aún más. Es muy probable que ocurra lo mismo en la población general, si bien son necesarios estudios prospectivos randomizados.

El diagnóstico de DIO es, en ocasiones, incierto y puede prestarse a subjetividad, lo que unido al gran tamaño muestral necesario para desarrollar estudios prospectivos randomizados, aumenta la dificultad y complejidad para su realización. La incidencia es de 1 a 2 casos por cada 1000 anestesias generales, si bien puede variar según el tipo de población estudiada y la metodología utilizada.

Un valor bajo de BIS puede ser un marcador de morbimortalidad perioperatoria más que un factor causal de mortalidad. Son necesarios más estudios prospectivos para analizar este aspecto.

Existe controversia sobre la indicación del BIS. Mientras que instituciones como la ASA abogan por unas indicaciones concretas como pacientes con factores de riesgo de DIO o en técnicas como la TIVA, otros autores abogan por su uso rutinario en toda anestesia general por sus ventajas (ahorro de agente anestésico, menor incidencia de naúseas y vómitos y una menor estancia en la URP) además de prevenir el DIO.

Por último, es necesario conocer las limitaciones del BIS y sus posibles interacciones, así como situarlo siempre en un contexto clínico concreto.



Bibliografía
1. Liu N, Chazot T, Mutter C, Fischler M. Elevated Burst Suppession Ratio: The Possible Role of Hipoxemia. Anesthesia & Analgesia. 2006 Dec.;103(6):1608–1609.
2. Dressler O. Awareness and the EEG power spectrum: analysis of frequencies. British Journal of Anaesthesia. 2004 Dec. 1;93(6):806–809.
3. Hernández-Palazón J, Falcón-Araña L, Doménech-Asensi P, Giménez-Viudes J, la Rosa-Carrillo de VN, Martínez I. Efectos del sevoflurano sobre los potenciales evocados auditivos de latencia media y límite de frecuencia espectral 95%. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2004;51(3):133–136.
4. Bottros MM, Palanca BJA, Mashour GA, Patel A, Butler C, Taylor A, et al. Estimation of the bispectral index by anesthesiologists: an inverse turing test. Anesthesiology. 2011 May;114(5):1093–1101.
5. Sleigh JW, Steyn Ross DA, Steyn Ross ML, Williams M, Smith P. Comparison of changes in electroencephalographic measures during induction of general anaesthesia: Influence of the gamma frequency band and electromyogram signal. British Journal of Anaesthesia. British Jrnl Anaesthesia; 2001;86(1):50.
6. Ekman A, Lindholm M-L, Lennmarken C, Sandin R. Reduction in the incidence of awareness using BIS monitoring. Acta Anaesthesiol Scand. 2004 Jan.;48(1):20–26.
7. Myles P, Leslie K, McNeil J, Forbes A, Chan M. Bispectral index monitoring to prevent awareness during anaesthesia: the B-Aware randomised controlled trial. The Lancet. 2004 May;363(9423):1757–1763.
8. Monk TG, Saini V, Weldon BC, Sigl JC. Anesthetic Management and One-Year Mortality After Noncardiac Surgery. Anesthesia & Analgesia. 2005 Jan.;100(1):4–10.
9. Cohen NH. Anesthetic Depth Is Not (Yet) a Predictor of Mortality! Anesthesia & Analgesia. 2005 Jan.;100(1):1–3.
10. Monk TG, Weldon BC. Anesthetic depth is a predictor of mortality: it’s time to take the next step. Anesthesiology. 2010 May;112(5):1070–1072.
11. Liu SS. Effects of Bispectral Index monitoring on ambulatory anesthesia: a meta-analysis of randomized controlled trials and a cost analysis. Anesthesiology. 2004 Aug.;101(2):311–315.
12. Punjasawadwong, Phongchiewboon, Bunchungmongkol. Bispectral index for improving anaesthetic delivery and postoperative recovery (Review). Cochrane Database of Systematic Reviews. 2007;:1–53.
13. American Society of Anesthesiologists Task Force on Intraoperative Awareness. Practice advisory for intraoperative awareness and brain function monitoring: a report by the american society of anesthesiologists task force on intraoperative awareness. Anesthesiology. 2006 Apr.;104(4):847–864.
14. Zhang C, Davies MF, Guo TZ, Maze M. The analgesic action of nitrous oxide is dependent on the release of norepinephrine in the dorsal horn of the spinal cord. Anesthesiology. 1999 Nov.;91(5):1401–1407.
15. Dahaba AA. Different conditions that could result in the bispectral index indicating an incorrect hypnotic state. Anesthesia & Analgesia. 2005 Sep.;101(3):765–773.
16. Hans P, Dewandre P-Y, Brichant JF, Bonhomme V. Comparative effects of ketamine on Bispectral Index and spectral entropy of the electroencephalogram under sevoflurane anaesthesia. British Journal of Anaesthesia. 2005 Mar.;94(3):336–340.
17. Schwab HS, Seeberger MD, Eger EI II, Kindler CH, Filipovic M. Sevoflurane Decreases Bispectral Index Values More than Does Halothane at Equal MAC Multiples. Anesthesia & Analgesia. 2004 Dec.;:1723–1727.
18. Hemmerling TM, Fortier JD. Falsely increased bispectral index values in a series of patients undergoing cardiac surgery using forced-air-warming therapy of the head. Anesthesia & Analgesia. IARS; 2002;95(2):322.
19. Hagihira S, Okitsu K, Kawaguchi M. Unusually Low Bispectral Index Values During Emergence from Anesthesia. Anesthesia & Analgesia. 2004 Apr.;:1036–1038.
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Enfermería en la monitorización del Índice Biespectral Bis

Enfermería en la monitorización del Índice Biespectral Bis

Enfermería en la monitorización del Índice Biespectral Bis

Enfermería en la monitorización del Índice Biespectral Bis




¿Qué es y para qué nos sirve el Índice Biespectral (BIS)? <----------- br="">
Es una técnica avanzada de procesamiento de señales la cual cuantifica las no linealidades cuadráticas y su desviación de la normalidad. También cuantifica la interacción entre los componentes de la señal. El análisis biespectral se realiza en la transformada de Fourier, la cual descompone cualquier señal en un conjunto de senoidales, sencillas que al sumarse reconstruyen la señal original. Es un parámetro derivado del análisis matemático que integra frecuencia, amplitud y fase de las ondas del EEG.

El análisis biespectral se desarrolló originalmente para estudiar señales biofísicas no lineales complejas, como la del movimiento de las olas, los cambios en la presión atmosférica y la actividad sísmica en 1963.

El BIS mide los efectos sedantes e hipnóticos producidos por los agentes anestésicos haciéndolo numérico a través de una escala de 0 (falta de actividad cerebral, EEG isoeléctrico) a 100 (paciente totalmente despierto). El número BIS se obtiene del análisis ponderado de cuatro subparámetros:

• Rango de supresión de sobretensión
• Supresión QUAZI
• Potencia relativa beta
• Sincronización rápido/ lenta

La forma de obtención del BIS es por medio de un arreglo de electrodos sobre el cuero cabelludo, siguiendo las pautas para la posición estándar de electrodos de la Sociedad Americana de Neurofisiología Clínica:

• Un electrodo explorador (posición FT9 o FT10)
• Electrodo de referencia (posición FPz)
• Electrodo de aumento de cálculo por actividad electromiográfica (posición FT8)
• Electrodo de tierra virtual (posición FP2)

La NORMA Oficial Mexicana NOM-006-SSA3-2011 (Para la práctica de la anestesiología) en el apartado 10.1.6.1, recomienda medir el estado de sedación del paciente a través del índice biespectral (BIS).

En los últimos años se han desarrollado otros monitores de anestesia como lo son el monitor de entropía y el monitor Narcotrend. El monitor de entropía fue desarrollado por Datex Ohmeda-GE, el cuál es llamado “Entropía”. Tiene escala de 0 a 100 y la diferencia entre BIS y entropía es el principio matemático que utilizan.

Bibliografía:
[1] Monitores de profundidad anestésica, Dra. Ana Gabriela Gallardo Hernández, Dra. Ana Luisa Hernández Pérez, Dr. José Antonio Sánchez López, Dr. Germán Ordoñez Espinosa, Dr. Sergio Islas Andrade, Dra. Cristina Revilla Monsalve, 2016

[2] Martins, I. García, C. Suyane, F, Et, Al. (2012). Índice Bispectral y Otros Parámetros Procesados del Electroencefalograma: una Actualización. Octubre 1, 2018, de ©2012 Elsevier Editora Ltda. Sitio web: http://www.scielo.br/pdf/rba/v62n1/es_v62n1a14.pdf

[3] Sosa, N.. (2012). ENTROPY BIS NINDEX Tres propuestas de monitoreo de la profundidad anestésica para optimizar la conducción de la anestesia. Octubre 1, 2018, de NIB, IIE, Facultad de Ingeniería, Universidad de la República Montevideo, Uruguay Sitio web: 




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Las tasas de RCP y desfibrilación por parte de los transeúntes para un paro cardíaco fuera del hospital (OHCA) fueron más altas cuando uno o más socorristas voluntarios (VR) llegan antes del EMS

 

Las tasas de RCP y desfibrilación por parte de los transeúntes para un paro cardíaco fuera del hospital (OHCA) fueron más altas cuando uno o más socorristas voluntarios (VR) llegan antes del EMS

Según un estudio, las tasas de RCP y desfibrilación de los transeúntes por paro cardíaco extrahospitalario (OHCA, por sus siglas en inglés) fueron más altas cuando uno o más respondedores voluntarios (VR, por sus siglas en inglés) llegan antes que los EMS, y las tasas de desfibrilación aumentan con el número creciente de VR que responden. publicado en #JACC.

Según un estudio, las tasas de RCP y desfibrilación de los transeúntes por paro cardíaco extrahospitalario (OHCA, por sus siglas en inglés) fueron más altas cuando uno o más respondedores voluntarios (VR, por sus siglas en inglés) llegan antes que los EMS, y las tasas de desfibrilación aumentan con el número creciente de VR que responden. publicado el 13 de febrero en JACC.

Mads Christian Tofte Gregers, MD, et al., realizaron un estudio observacional retrospectivo de la activación de la RV en OHCA no presenciados por EMS en la capital y las regiones centrales de Dinamarca para determinar la asociación entre el número de VR que respondieron y el uso de RCP y desfibrilación para ayudar a informar la toma de decisiones sobre la cantidad óptima de VR para enviar.

El análisis incluyó 906 OHCA. El número de VR que llegaron antes del EMS se clasificó en cuatro grupos (cero, uno, dos y tres o más) y se utilizó un modelo de regresión logística para ajustar el tiempo de respuesta del EMS.

Los resultados mostraron que al menos un VR llegó antes que el EMS en el 58 % de todos los OHCA, con un aumento en la RCP y una tendencia estadísticamente significativa para la desfibrilación con un número creciente de VR en el sitio. La razón de posibilidades (OR) ajustada para la RCP por parte de los transeúntes fue de 2,40, 3,18 y 2,70 cuando llegaron uno, dos o tres o más RV antes del SEM. Mientras tanto, para la desfibrilación de los transeúntes, hubo un aumento en el OR ajustado a medida que aumentaba el número de VR: 1,97 para una VR, 2,88 para dos VR y 3,85 para tres o más VR. En particular, cuando tres o más VR, en comparación con uno, llegaron antes del EMS, el OR ajustado aumentó a 1,95 para la desfibrilación de los transeúntes.

Los autores señalan que las posibilidades de RCP y desfibrilación aumentan con más VR que llegan a la escena antes que el EMS y escriben que "la activación de VR podría ser especialmente importante en áreas donde se espera un tiempo de respuesta de EMS largo".

En un comentario editorial adjunto, Sheldon Cheskes, MD, afirma que aunque la RCP y la desfibrilación tempranas pueden mejorar la supervivencia de los OHCA, los programas exitosos de VR requieren integración con los sistemas de despacho y una "masa crítica de socorristas que estén dispuestos a recibir capacitación y que realmente respondan a salva una vida."

Lea más de la historia de noticias de ACC: 

The rates of bystander CPR and defibrillation for out-of-hospital cardiac arrest (OHCA) were higher when one or more volunteer responders (VR) arrive before EMS, with rates of defibrillation increasing with the increasing number of responding VRs, according to a study published in #JACC.
Read more from the ACC News Story: bit.ly/3lXRUM2


Herida craneal en neonato por iatrogenia durante cesárea

 



Este Neonato, sufrió herida grave en el cráneo, por Maniobra Iatrogénica, durante un proceder quirúrgico (Cesárea). Lo peor es, que fue en manos de un Médico graduado y con diploma y no es el primer caso que le sucede a este "profesional". Si esto sucede en manos de gente graduada, que podemos esperar de los falsos doctores que andan por este mundo, engañando a los incautos. Dónde fue a parar el principio "Primun non nocere"  publicado por Octavio Infante en Grupo Emergencias en WhastApp 

Leer 
Yatrogenia "IATROGENIA"

Manual ECMO by ECMO Heart Team Chile

 

Manual ECMO by ECMO Heart Team Chile 

Desde ECMO Heart Team: nuestro manual interno, feliz de compartirlo

Natalia Seguel Galdames
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Catalina Alvarado Neves
Elso Latam
Christian Fajardo
Velia Marta Antonini
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sábado, 5 de agosto de 2023

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Robótica en Odontología

 La odontología está a punto de transformarse en un campo que depende en gran medida de los robots y la inteligencia artificial, y el trabajo de un dentista puede convertirse en una de las tareas más fáciles que está más cerca de la supervisión, la operación y la interacción con la inteligencia artificial.

Estos son algunos ejemplos del uso de robots e inteligencia artificial en odontología actualmente:

1. Cirugía asistida por robot: los robots se utilizan en algunos procedimientos quirúrgicos dentales, como la colocación de implantes dentales y la cirugía mandibular. Los robots brindan una guía precisa y una respuesta rápida, lo que ayuda a los dentistas a lograr mejores resultados y reducir los riesgos quirúrgicos.

2. Imágenes dentales mejoradas con IA: la inteligencia artificial se utiliza para mejorar las imágenes de rayos X dentales y analizarlas. Los sistemas impulsados por IA pueden identificar caries, inflamaciones nerviosas y diagnosticar enfermedades de las encías con mayor precisión y eficiencia.

3. Sistemas de planificación digital: la inteligencia artificial se utiliza para analizar los datos de los pacientes y planificar el tratamiento dental. Los sistemas impulsados ​​por IA analizan la información clínica y el historial médico de los pacientes, brindando recomendaciones y planes de tratamiento específicos para cada caso.

4. Aplicaciones móviles: las aplicaciones móviles basadas en IA brindan funciones como el autodiagnóstico de enfermedades orales, orientación personalizada sobre el cuidado bucal, recordatorios de citas y consejos de salud.

Hueso Interparietal "Hueso INCA"


posted by Dr. Ramon Reyes, MD 🧩

 Existe un hueso del cráneo llamado interparietal o "hueso inca" con una alta incidencia en la población americana, y sobre todo, en los Andes centrales. Nuestro cráneo está formado por distintos huesos como si se trataran de placas tectónicas , que a medida que uno crece pueden suturar y hacerse más tenues.

La mayor parte de los humanos no tienen este hueso, pero está presente en todos los grupos étnicos del mundo. Exactamente el 1% de la población tiene el "hueso inca", pero en las momias preincaicas, la presencia del hueso triangular interparietal alcanza el 25% o más, por eso su nombre.

En la antigüedad para diferenciar los cráneos españoles de los indígenas simplemente había que fijarse en el triángulo de atrás. La presencia del triángulo era signo inequívoco de que el infortunado cráneo pertenecía a un indígena.

La presencia del "hueso inca" en realidad tiene un origen muy lejano. No se desarrolló dentro del territorio americano debido a una mutación genética, sino todo lo contrario, la mutación genética fue la desaparición del hueso. En algún momento de nuestro largo viaje genético el «hueso inca» desapareció, y aquel «marcador genético» fue pasado de generación en generación hasta nuestros días. Un cambio presente en todo el planeta solo puede haber tenido lugar hace mucho tiempo, quizás hace más de 50.000 años (uno de los marcadores genético más antiguos es el M45 y se calcula tiene 40.000 años).

El estudio más amplio sobre la incidencia del hueso inca en la población mundial -Tsunhiko Hanihara y Hajime Ishida (2001)- afirma que las regiones o países con mayor incidencia de "huesos inca" en sus poblaciones son Japón (4,4% incidencia), la costa oeste norteamericana (11,7%), Perú (8,2%), el oeste africano (12,73%), y los esquimales de Groenlandia (6%).


Fuente: Peruantiguo.

peruconocelo



Frecuencia del Hueso Interparietal o Incaico en Cráneos Atácamenos (Lican antai) Prehispánicos del Norte de Chile

Frequency of Interparietal Bone or Inca Bone in Pre-Hispanic Atacamenos (Lican Antai) Skulls of the North of Chile

 

*Fernando García-Hernández & **Gabriel Murphy-Echeverría

* Unidad de Anatomía, Departamento Biomédico, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Antofagasta, Chile.
** Cirujano Dentista

Direccion para correspondencia


RESUMEN: El hueso interparietal se considera un hueso intercalar originado de centros independientes de osificación y rodeado por sus propias suturas. Se encontró en fósiles homínidos y humanos tempranos. Se cree que el occipucio sufre transformaciones por mutaciones al iniciarse la evolución humana reforzando esta teoría las variaciones suturales que presenta el occipital. Sería un rasgo genéticamente dominante, propuesta ratificada por estudios experimentales. Se observa con variadas formas según la fusión de los núcleos de osificación, por lo que todos los huesos ubicados en la zona de la escama del occipital no se pueden clasificar como suturales o wormianos y deben considerarse como parte del hueso interparietal. Tratando de confirmar la alta frecuencia obtenida en investigaciones anteriores realizadas en cráneos de individuos originarios del norte de Chile, se analizaron 83 cráneos de atácamenos prehispánicos de ambos sexos, seleccionados al azar entre 293 individuos exhumados del cementerio Coyo-Oriente, datados entre 300-1200 D.C período post-Tiwanaku y que forman parte del Museo R.P. Gustavo Le Paige en San Pedro de Atacama, dependiente del Instituto de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad Católica del Norte, que fueron fotografiados en todas sus normas anatómicas y que se midieron paras obtener el índice craneal o cefálico. El hueso interparietal está presente en 23 de 83 cráneos, con una frecuencia de 27,71%, sin diferencias estadísticas significativas al 95% con investigaciones realizadas en cráneos de origen étnico similar y en otras etnias que presentan alta frecuencia de hueso interparietal. Por el contrario, se encontraron diferencias estadísticamente significativas al 95% con frecuencias determinadas en cráneos europeos caucásicos y euroasiáticos. Los autores integraron las tablas clasificatorias de Kadanoff y Hanihara-Ishida, para obtener una tabla modificada que permitiera clasificar todas las variaciones encontradas del hueso interparietal. Se comprueba braquicefalización, confirmando que el incremento de huesos supernumerarios craneales está asociado a dicha forma craneal.

PALABRAS CLAVE: Hueso ínter parietal; Hueso incaico; Occipital; Braquicefalia; Prehispánicos.


SUMMARY: The interparietal bone is considered an intercalary bone originated by independent ossification centers and surrounded by its own sutures. It is found in early hominids and human fossils. It is believed that the occipital bone undergoes transformations by mutations at the beginning of human evolution. Reinforcing this theory are the suture variations that presents the occipital bone. It would be a dominant genetic characteristic, proposal ratified by experimental studies. It is observed with varied forms according to the fusión of the ossification nuclei; reason why all the bones located in the zone of the occipital flake cannot be classified as sutures or wormians and must be considered part of the interparietal bone. Trying to confirm the high frequency obtained in previous investigations realized in skulls of original individuals of the north of Chile, we analyzed 83 skulls of pre-Hispanic atácamenos (lican antai) of both sexes, selected at random between 293 individuals of the Coyo-Orient cementery, dated between 300-1200 A.C, post-Tiwanaku period and these remains are part of R.P Gustavo Le Paige's Museum in San Pedro de Atacama, which is part of the Institute of Archaeological Investigations of the North Catholic University. The remains were photographed in all anatomical norms and that were measured to obtain the cranial or cephalic Índex. The interparietal bone is present in 23 of 83 skulls, with a frequency of 27.71%, without significant statistical differences to 95% with investigations realized in skulls of similar ethnic origin and other ethnic groups who present high frequency of interparietal bone. On the contrary, statistically significant differences to 95% were found with frequencies determined in caucasian and euroasiatics european skulls. The authors integrated the classificatory tables of Kadanoff and Hanihara-Ishida, to obtain a modified table that allowed to classify all the found variations of the interparietal bone. Brachycephalization is verified, confirming that the increase in cranial supernumerary bones is associated to this cranial form.

KEY WORDS: Interparietal bone; Inca bone; Occipital bone; Brachycephaly; Pre-Hispanic.


INTRODUCCIÓN

El hueso interparietal o hueso incaico es considerado un hueso intercalar, descripción que corresponde a peque ños huesos aislados que forman una isla entre un gran hueso craneal, originados de centros independientes de osificación y que están rodeados por sus propias suturas, diferenciandose de los huesos suturales que se forman por osificación de centros aislados ubicados en las suturas y rodeados por tejido conectivo (Freyshmidt et al., 2003)

La primera descripción anatómica habría sido realzada por Bartolomé Eustaquio, cuyo dibujo original fue reproducido por Albinus en 1744 en Explicatio Tabularum Anatomicarum, in Bartholomaei Eustachii, mientras que

Geoffroy Saint-Hilaire describió una estructura similar en 1823 y lo denominó hueso interparietal (Shapiro & Robinson, 1976). Como hueso incaico fue descrito por primera vez por Rivero & von Tschudi en 1851 en la edición original en español de Antigüedades Peruanas y en 1855 en la edición inglesa del texto (Rivero & von Tschudi,1851). .                                         

La literatura cita la presencia de esta estructura anatómica en fósiles homínidos, Homo erectus y tempranos Homo sapiens. Se señala que las mutaciones transforman eloccipucio una vez iniciada la evolución humana y la distribución de las variaciones de la suturas en relación al occipital  refuerzan esta teoría (Hanihara & Ishida, 2001).

Torgensen (1951) sugiere que hereditariamente el hueso interparietal o incaico es un rasgo dominante, propuesta ratificada mediante estudios experimentales en ratones (Hanihara & Ishida).

La primera descripción precisa de la osificación del hueso occipital fue realizada por Henry Gray en 1860 en su libro Anatomy of the Human Body (Gray, 2000).

Yücel et al. (1998), señalan que el hueso interparietal puede aparecer con variadas formas dependiendo del tipo de fusión de los diferentes núcleos de osificación de la región y, por lo tanto, los huesos ubicados en la zona de la escama del occipital no se pueden clasificar como suturales o wormianos y deben considerarse como parte del hueso interparietal. El concepto de hueso pre-interparietal o huesecillo de lambda es un nombre inadecuado y la frecuencia de dicho hueso no debe separarse de la frecuencia del hueso interparietal. Kadanoff et al. en 1964 (citado por Shapiro & Robinson), establece 10 tipos de huesos interparietales o incaicos en el hombre. Posteriormente Hanihara & Ishida, estandarizaron la presencia del hueso incaico o interparietal con el huesecillo de lambda o pre-interparietal, conformando 6 Tipos (I al V, además de un Tipo Otros), cada uno de los cuales incluye las posibles variables individuales que puedan observarse.

Embrionariamente la parte superior de la escama del occipital es membranosa y se osifica mediante centros pareados (que al fusionarse entre sí en forma independiente del resto de la escama de occipital forman el hueso interparietal y sus variantes), mientras que la parte inferior (o supraoccipital) es cartilaginosa interponiéndose entre ambas partes una fisura, que cuando persiste en el adulto se llama sutura transversa y limita inferiormente al hueso interparietal (Gray; Freyshmidt et al; Srivastava, 1977, 1992).

Pal (1987) determina que el hueso interparietal está formado por tres pares de centros de osificación: 2 mediales superiores (que al quedar independientes formarían el hueso pre-interparietal o huesecillo de lambda, que puede ser único o doble), 2 mediales inferiores (ubicados por arriba de la línea nucal superior) y que pueden unirse con los mediales superiores para formar la parte central del hueso interparietal y 2 centros laterales, cada uno ubicado en la respectiva lámina lateral los cuales también se fusionan con los centros de osificación anteriores.

Matsumura et al. (1993) señalan que además de los centros de osificación descritos, se debe agregar un cuarto par central adicional que aparece ocasionalmente. Yücel et al, reiteran la existencia de 4 pares de centros de osificación: lámina medial con dos pares de centros y dos láminas laterales, cada una de la cuales presenta dos pares de centros de osificación.

Hanihara & Ishida realizaron un meta-análisis donde comprobaron que esta estructura es poco común en el oeste de Europa, noroeste de Asia y Oceanía, siendo de alta frecuencia en América y África subsahariana. La costa noreste del nuevo mundo y el Oeste africano muestran frecuencias que superan el 10%. Se ha determinado una prevalencia del hueso entre el 5 y 23% de los cráneos incas así como de otros grupos étnicos, recibiendo diversos nombres tales como os tranverse cranii, os interparietale, os epactale predominando el epónimo de os incae o hueso incaico.

En una investigación realizada en 1983 (Lips & García-Hernández, 1983) determinamos una alta prevalencia de hueso interparietal en una muestra de cráneos de indígenas originarios del Norte de Chile (16/39=41%). Posteriormente comprobamos la presencia del hueso interparietal en 13,04% (3/23) en changos, habitantes prehispánicos del litoral del Norte de Chile (García-Hernández et al., 2007). Lo anterior nos motivó desarrollar la presente investigación, en búsqueda de la presencia del hueso incaico o interparietal en la etnia atacameña prehispánica, que se considera emparentada con la cultura Tiwanaku del altiplano boliviano.

MATERIAL Y MÉTODO

La muestra consistió en 83 cráneos de atácamenos prehispánicos de ambos sexos, del período post-Tiwanaku, que fueron elegidos al azar de un total de 293 individuos exhumados del cementerio Coyo Oriente, datados entre 300-1200 D.C. y que forman parte del Museo R.P. Gustavo Le Paige en San Pedro de Atacama, dependiente del Instituto de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad Católica del Norte. A los restos óseos no se les realizó ningún tipo de intervención o consolidación por ser patrimonio cultural de la nación, estando solo autorizado el análisis y la observación de los cráneos, razón por lo cual fueron íntegramente fotografiados en todas sus normas anatómicas. También se mensuraron la longitud anteroposterior máxima del cráneo y la anchura máxima de cráneo con la finalidad de determinar el índice cefálico o craneal, ya que investigadores como Sánchez-Lara et al. (2007) señalan que el incremento del número de huesos supernumerarios craneales está asociado a una mayor braquicefalización.

Para la clasificación de los diversos tipos de hueso interparietal se empleó la tabla establecida por Hanihara & Ishida, a la cual se le agregaron las variantes determinadas por Kadanoff et al. (citado por Shapiro & Robinson), obteniéndose una tabla muy completa para poder clasificar las variaciones que presenta el hueso (Fig. 1).


Los datos obtenidos fueron vertidos a una planilla electrónica para su tabulación y para el estudio estadístico se utilizó el programa Statgraphics Plus 5.1

RESULTADOS

Se comprobó la presencia de hueso interparietal o incaico en 23 casos del total de 83 cráneos, con una frecuencia porcentual de 27,71%.

En la Fig. 1 se detallan variables determinadas del hueso incaico en la presente investigación según la tabla modificada por los autores del presente trabajo, que unifica las tablas de clasificación de casos según Hanihara-Ishida y Dalminoff et al., mientras en la Figs. 2 y 3 se muestran fotos de los casos con mayor frecuencia.


El promedio del índice cefálico determinado para el total de los cráneos es de 87,74 D.S. 7,68, lo que clasifica la muestra como hiperbraquicefálica, mientras que los cráneos con presencia de hueso interparietal presentan un promedio de 85,58 D.S. 7,12 que también se clasifican como hiperbraquicefálicos.

DISCUSIÓN

La presencia de 27,71% de cráneos atácamenos prehispánicos que presentaban el hueso interparietal muestra valores similares a los obtenidos por otros investigadores como Espinoza & Inga (2002) que determinaron un 20% de prevalencia en cráneos Peruanos (p<0,145016 sin diferencia estadísticamente significativa al 95%) y al 13,04% detectado por García-Hernández et al. en cráneos de changos del litoral de norte Chileno (p<0,147902 sin diferencia estadísticamente significativa al 95%).

Creemos que la diferencia porcentual es producto del escaso mestizaje de la muestra prehispánica, ya que dichos cráneos tienen una data de inhumación de 300-1200 años D.C, periodo bien anterior a la llegada de los españoles a América.

Cuando se compara con el 14% de hueso lambda determinado en cráneos de individuos brasileños por Henríquez-Pino et al. (1992), estructura que se considera como una variable del hueso interparietal, la diferencia es estadísticamente significativa al 95% (p<0,00629794). Estimamos que lo anterior se debe a que la muestra de 200 cráneos brasileños estaba conformada mayoritariamente por individuos caucásicos, que como ya indicamos presentan baja frecuencia del hueso interparietal y sus variantes.

La baja frecuencia en caucásicos se ratifica al comparar nuestros resultados con los obtenidos por Perizonius (1979), donde comprueba en 247 cráneos holandeses la inexistencia del hueso incaico, en tanto el hueso lambda aparece en 18 casos en 189 cráneos también holandeses, con una frecuencia de 9,52%, con diferencia estadísticamente significativa al 95% respecto de nuestros resultados (p<0,000112868). Lo mismo se determina en Cerdeña donde estudios realizados por Brasili et al. (1999), que en tres muestras poblacionales agrupadas de individuos adultos exhumados a principios del siglo XX, comprueban 4 casos de hueso interparietal en 393 cráneos lo que corresponde a un 1,02%, con diferencia estadística al 95% respecto de nuestros resultados (p<0,0). Berry (1975) analizó 186 cráneos exhumados en una iglesia de Londres y no encontró ningún caso de hueso interparietal. Los datos obtenidos por Kadanoff (1964) (citado por Shapiro & Robinson), muestran la presencia del hueso incaico en 122 casos en 3522 cráneos búlgaros con 3,46%, con diferencia estadísticamente significativa al 95% al compararse con nuestros resultados (p<0,0), valores que avalan la baja frecuencia europea del hueso interparietal.

Más aún, en un trabajo anterior (Lips & García-Hernández) determinamos la presencia de 41 huesos lambda o epactal en 340 cráneos obtenidos en cementerios de la Región de Valparaíso, donde existe un alto predominio étnico caucásico, y, cuyo valor porcentual de 12,06% muestra una diferencia estadísticamente significativa al 95% con los resultados del presente trabajo (p<0,000361017).

Yücel et al. comprobaron 15 casos de hueso incaico en 544 cráneos exhumados en Sivas, en el centro de Turquía que corresponde a Euroasia, con una frecuencia de 2,8% y con una diferencia estadística significativa al 95% respecto de nuestra investigación (p<0,0).

También se comprueban diferencias estadísticas significativas al comparar nuestros resultados con algunos trabajos realizados en la India. Malhotra et al. (1978) encuentran 5 cráneos con presencia de hueso interparietal en 1500 cráneos estudiados en Kanpur, con una frecuencia de 0,3% y con una diferencia estadística significativa al 95% (p<0,0). Singh et al. (1979) observan el hueso interparietal en 12 casos de 500 cráneos de Agrá, con un porcentaje de 2,4%, con una diferencia estadística significativa al 95% (p<0,0). Por último, Zambare (2001) determina la presencia del hueso interparietal en 3 casos de 310 cráneos en el oeste de Maharashta, con una frecuencia de 0,99% con diferencia estadística significativa al 95% (p<0,0).

Al comparar nuestros resultados con valores obtenidos en cráneos Nigerianos por Saxena et al. (1986) que determinaron una frecuencia de hueso interparietal, lambda y preinterparietal de 6/40 representando un 15%, se comprueba que no existe diferencia estadística significativa al 95% (p<0,119794) y se ratifica lo señalado en el meta-análisis realizado por Hanihara & Ishida donde indican una frecuencia superior al 10% en el oeste Africano.

Se comprueba hiperbraquicefalización del total de la muestra y de los casos con presencia de hueso interparietal, confirmando lo señalado por Sánchez-Lara et al. que señalan que el incremento del número de huesos supernumerarios craneales está asociado a una mayor braquicefalización.

CONCLUSIONES

Se determinó un alto porcentaje de casos de presencia de hueso interparietal (23/83=27,71%) en la muestra de atácamenos prehispánicos.

Los valores son similares y sin diferencias estadísticas significativas al 95% respecto de lo señalado en la literatura en relación al grupo étnico analizado, es decir individuos originarios del nuevo mundo.

Se verifican diferencias estadísticamente significativas al 95% al comparar nuestros resultados con diversos grupos étnicos tales como caucásicos europeos, euroasiáticos e indios.

La presencia de huesos supernumerarios craneales está asociada a braquicefalia.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen al Prof. Dr. Mark Hubbe, Director del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo R.R Gustavo Le Paige en San Pedro de Atacama dependiente de la Universidad Católica del Norte, Chile, por su apoyo y colaboración para la revisión del material antropológico utilizado en la presente investigación.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Freyshmidt, L; Kohler, A.; Brossmann, E. A.; Zimmer, A.; Sternberg; H. & Schmidt, J. W. Bonderlans of normal and early pathologic findings in skeletal radiography. 4th. ed. Stuttgart, Thieme, 2003. pp.358-414.

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Dirección para correspondencia:

Prof. Dr. Fernando García-Hernández
Unidad de Anatomía, Departamento Biomédico
Facultad de Ciencias de la Salud
Universidad de Antofagasta
Coquimbo 945, Depto 64
Antofagasta
CHILE

Recibido : 10-05-2008 Aceptado: 18-07-2008


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