En Dublín puedes encontrar esta curiosa estatua llamada Molly Malone, obra confeccionada en 1988. No está bien claro si se trató de una persona real o no, pero sí se sabe que este es el nombre de una canción popular irlandesa del siglo XIX. El problema, como pueden ver en la imagen, es que le han faltado al respeto varias veces a la pobre escultura. La zona que resplandece está así porque son muchos los que creen que tocarla trae buena suerte. Se cree que fue algún guía turístico el que inventó eso y, desde entonces, se fue convirtiendo en una costumbre. Las autoridades han tomado varias medidas para evitar que se siga haciendo, pero, de vez en cuando, uno que otro visitante consigue poner su mano en ella.


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