EL ORIGEN DE UNA RIVALIDAD: LA FALLIDA OPERACIÓN “GARRA DE ÁGUILA” 🇺🇸 🇮🇷
Después de la Revolución Iraní, que vio el derrocamiento del Shah Mohammad Reza Pahlavi y el fin de sus 22 años de gobierno autocrático sobre Irán, se produjo la crisis de los rehenes estadounidenses en su embajada en Teherán, el 4 de noviembre de 1979.
Para comprender mejor el escenario hay que aclarar que el problema se había iniciado más de 35 años antes. Concretamente, en 1953, cuando en un golpe de estado organizado por la CIA (“Operación Ajax”), y el MI6 británico, se derrocó al primer ministro Mohammad Mosaddeq, el primer gobernante iraní elegido democráticamente, y se apoyó el ascenso al poder del Shah Mohammad Reza Pahlavi. Éste se mantuvo en el poder hasta que, en febrero de 1979, se marchó del país para ser tratado de cáncer.
Volviendo a los acontecimientos a tratar, en noviembre de 1979, un grupo de estudiantes que apoyaron la revolución atacaron la embajada de Estados Unidos en Teherán, capturaron el edificio y tomaron como rehenes a 52 diplomáticos y ciudadanos de ese país durante 444 días, en lo que se convertiría en la crisis de rehenes más larga de la historia, y ampliamente descrita por los medios occidentales como un enredo de venganza e incomprensión mutua.
En el acto sancionado por el Estado, los asaltantes iraníes exigieron el regreso de Shah Reza, quien había viajado a Estados Unidos para tratar su enfermedad y ademas había recibido asilo en ese país. Reza había sido acusado de cometer crímenes contra el pueblo y fue convocado por el nuevo líder de Irán, Ruholla Khomeini, para ser juzgado.
El incidente de rehenes fue ampliamente apoyado en Irán como represalia contra los Estados Unidos por su supuesta complicidad en las atrocidades llevadas a cabo durante el gobierno de Reza. Ante estos hechos, el presidente Jimmy Carter declararía sucintamente que su país nunca cedería ante el chantaje. Para su gobierno, y para la mayoría de Estados, este acto fue una violación al principio de derecho internacional sobre la inmunidad e inviolabilidad de los diplomáticos y sus embajadas.
En respuesta, Washington tomó medidas como bloquear las importaciones del país o identificar a todos los estudiantes iraníes que residían en su territorio. El 7 de abril de 1980, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con el gobierno de Irán. Además inicio un embargo comercial y todas las visas para ciudadanos iraníes que quisieran entrar en el futuro fueron canceladas. Los fondos iraníes quedaban congelados y contabilizados para indemnizar a los rehenes al ser liberados y pagar las demandas de las empresas estadounidenses contra Irán.
El 9 de noviembre de 1979, apenas cinco días después del secuestro del personal de la embajada, Carter ordenó a sus asesores planificar opciones militares, entre ellas una misión de rescate. Diez días después, el informe estaba en su escritorio. Se proponía bombardear algunas instalaciones petrolíferas de Irán, bloquear el país por mar y llevar a cabo ataques aéreos. Pero, tras la entrada del Ejército Rojo en Afganistán en diciembre de 1979, la Administración no lo consideró oportuno, mas aun considerando que una de las razones principales que llevó a la Unión Soviética a invadir Afganistán fue el temor a una intervención directa de los estadounidenses en Irán y la ocupación del país.
Después de 6 meses de negociaciones fallidas, el 16 de abril de 1980, el presidente Jimmy Carter aprobó una acción militar. El Pentágono elaboró un plan para asaltar el suelo iraní en una misión de rescate encubierta con el nombre en código “Operación Garra del Águila”. Antes, en enero, 6 diplomáticos habían logrado escapar por sus propios medios (y cuyo caso fue recogido en la película “Argo”).
El ejército de los Estados Unidos pasó unos 5 meses en la planificación de la operación. La tripulación aérea entrenó en Florida y el aeródromo de Andersen en Guam. Según el plan, 3 aviones MC-130 de la USAF llevarían un grupo de asalto con 180 soldados de la Fuerza Delta desde la isla Masirah a un lugar remoto ubicado a 200 millas al sureste de Teherán; Esta ubicación tenía el nombre en código Desert One. Los MC-130 serían acompañados por 3 EC-130 que servirían como transportes de combustible.
Al amparo de la noche, 8 helicópteros RH-53D Sea Stallion de la marina estadounidense volarían desde el portaviones USS Nimitz, que navegaba en el Mar Arábigo, para reunirse con el equipo de asalto desde donde volarían al Desert Two, otro lugar a 65 millas de la zona objetivo, Teherán.
Una vez que la fuerza estuviera en su lugar, sería el momento de los Delta; el equipo sería trasladado el resto del camino a Teherán, donde irrumpirían en la embajada, neutralizarían la seguridad y rescatarían a los rehenes. A lo largo de la redada, un AWAC E-3 vigilaría el espacio aéreo iraní, al tiempo que establecería comunicaciones de comando y control entre Washington, la Fuerza de Transporte y el comandante de la misión.
Luego volarían a la Base Aérea Manzarinyeh, que para ese entonces ya habría sido asegurada por los Rangers del Ejército de los EEUU. En Manzarinyeh, los C-141 Starlifters de la USAF llevarían a los rehenes y al equipo de asalto fuera de Irán, mientras que los Rangers se quedarían para destruir todo el equipo usado, incluidos los helicópteros, antes de retirarse.
Éste era un plan extremadamente complejo, y aparentemente bueno, que requería mucha sinergia entre todas las unidades involucradas porque Teherán es una ciudad bien dentro del espacio aéreo iraní y lejos de cualquier territorio amigo. Además, era difícil obtener una buena inteligencia sobre las fuerzas dentro de la embajada. De hecho, no había lugar para ninguna desviación del plan estipulado, ya que incluso el más mínimo error podría poner en peligro toda la operación.
La primera parte de la misión se llevó a cabo de acuerdo con el plan, con la llegada del primer avión MC-130 que transportaba el Equipo de Control de Combate (CCT), el equipo de la misión y el combustible a Desert One. La tarea del equipo en este punto era establecer las pistas de aterrizaje y ordenar el otro avión cuando llegaran. Pero esta fue la única parte exitosa de la misión porque después de la llegada del otro avión MC-130, todo comenzó a desmoronarse.
Primero, se vio un autobús de pasajeros en una carretera que cruzaba la zona de aterrizaje, y debido a que se suponía que era una operación encubierta, el CCT se vio obligado a detenerse y detener a los pasajeros del autobús. También se localizó un camión cisterna a gran velocidad cerca de Desert One. El camión, que aparentemente contrabandeaba combustible, explotó después de negarse a parar, causando la muerte del conductor.
Después, el avión C-130 llegó y esperó los helicópteros. Los helicópteros RH-53 despegaron del Nimitz, pero en el camino, un helicóptero, Bluebeard 6, quedó en tierra y tuvo que ser abandonado. La tripulación informó que la pala del rotor estaba dañada como la causa del mal funcionamiento. Los helicópteros restantes se toparon con una severa tormenta de arena conocida como Haboob. Esto dispersaría la formación de vuelo, con Bluebeard 5 también abandonando la misión.
Los helicópteros dispersos llegarían a Desert One individualmente, con un retraso de 50 a 90 minutos. Bluebeard 2 llegó en último lugar, pero tenía indicios de un sistema hidráulico roto que, por consiguiente, no lo hacía apto para la misión. Con solo cinco helicópteros restantes y aún más pérdidas anticipadas, el comandante en el lugar, el Coronel James H. Kyle, solicitó abortar la misión.
El nuevo plan ahora era lograr que el equipo de asalto volviera a los MC-130 mientras los Bluebeard repostaban en el Nimitz. Durante este procedimiento, la tragedia golpeó.
Bluebeard 3 fue golpeado por una tormenta del desierto, colocando al piloto en un intento frenético por maniobrar su helicóptero hacia la estabilidad. En el proceso, la pala del rotor principal del helicóptero colisionó con la raíz del ala de un EC-130 que estaba cargado de combustible. Ambas naves explotaron, y en el infierno resultante, 8 militares perdieron la vida: 3 marines estadounidenses y 5 tripulantes de la USAF.
En la desesperada evacuación del resto del equipo, se quemaron archivos clasificados asociados con la misión, pero los helicópteros fueron abandonados en el desierto. Con eso, la Operación Garra del Águila, el punto más bajo de todo el asunto del rescate de rehenes, llegó a su fin.
La operación fallida resultó en algunas consecuencias bastante indeseables. En primer lugar, los rehenes fueron dispersados por todo Irán, para hacer imposible otra misión de rescate. Además, el gobierno de los Estados Unidos recibió fuertes críticas de los gobiernos de todo el mundo por cometer semejantes errores en una situación tan crítica cuando todo el mundo estaba seguro de la calidad de las fuerzas especiales estadounidenses. De hecho, los expertos creen que el fracaso de Jimmy Carter con la Operación Garra del Águila fue una de las principales razones por las que perdió las elecciones presidenciales del año siguiente.
Además, el rotundo fracaso llamó la atención sobre la preparación de las unidades de operaciones especiales de los Estados Unidos. El Estado Mayor Conjunto encabezó una investigación que dio origen al Informe Holloway. El informe citaba fallas en la planificación de la misión, el comando y el control, y la operabilidad entre servicios.
Reveló que el entrenamiento generalmente se realizaba de manera compartimentada, llevando a cabo en lugares dispersos. Además, hubo una mala selección y capacitación de la tripulación aérea, y se dijo que no se pusieron suficientes helicópteros en la misión para contrarrestar cualquier problema imprevisto que pusiera en peligro la misión. También se criticó el método de repostaje en tierra que se eligió sobre el reabastecimiento en vuelo.
En reacción a estos hallazgos, el ejército de los EEUU estableció el Comando de Operaciones Especiales Unidas y el Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea. Las lecciones aprendidas impulsaron la creación de Night Stalkers (el 160º Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales) para el entrenamiento de pilotos del Ejército en vuelos nocturnos de bajo nivel y repostaje aéreo.
Se planeó una segunda operación de rescate, pero nunca se implementó. Sin embargo, el 20 de enero de 1981, justo después del final del mandato de Carter y con la mediación de Argelia, a los 52 rehenes se les permitió volver a casa.
Para Estados Unidos, la Operación Garra del Águila fue una profunda humillación que expuso sus defectos y vulnerabilidades. Pero para Jomeini y su gente, fue un plan frustrado por la intervención divina.
La Operación Garra del Águila fue la misión que marcó el comienzo de un cambio en las Operaciones Especiales de Estados Unidos y desde 1979 las relaciones entre estadounidenses e iraníes han sido bastante tirantes.
Muchas gracias por tu lectura y difusión 😎👍
JAZ
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