Informe: El fenómeno de los preparacionistas (“preppers”)
Introducción
El preparacionismo, conocido en inglés como prepping, es un movimiento global de personas que se preparan activamente para enfrentar crisis, desde desastres naturales hasta colapsos sociales. Más allá de simples planes de contingencia, los preppers acumulan recursos esenciales (alimentos, agua, medicinas), desarrollan habilidades de supervivencia (primeros auxilios, defensa, agricultura) y acondicionan refugios para garantizar su autosuficiencia en escenarios extremos. Este informe explora el origen histórico del movimiento, sus motivaciones, prácticas, subculturas (urbanos, rurales, tácticos, religiosos), su distribución geográfica (EE.UU., Europa, América Latina, Asia), su presencia en redes y medios, y su impacto sociocultural en el siglo XXI. Con datos actualizados hasta mayo de 2025, el análisis revela cómo el preparacionismo refleja las ansiedades de nuestra era y se adapta a un mundo en constante cambio.
Origen y evolución histórica del movimiento prepper
El instinto de prepararse para tiempos difíciles es tan antiguo como la humanidad, desde los silos de grano del Antiguo Egipto hasta las reservas de alimentos en aldeas medievales. Sin embargo, el preparacionismo moderno nace en el siglo XX, con raíces en la Guerra Fría. Durante los años 50 y 60, el temor a un holocausto nuclear llevó a familias en EE.UU. y Reino Unido a construir refugios antiaéreos y almacenar víveres, impulsados por campañas de defensa civil como el folleto estadounidense Survival Under Atomic Attack (1950). Aunque la amenaza nuclear no se materializó, sentó las bases de una mentalidad de autosuficiencia.
En los 70 y 80, el survivalismo –precursor del prepping– creció en EE.UU. ante crisis energéticas y temores de colapso económico. Figuras como Kurt Saxon popularizaron manuales de supervivencia, mientras los preparativos se diversificaban. El Efecto 2000 (Y2K) marcó un punto de inflexión: el pánico ante un posible fallo informático global reavivó el interés por almacenar recursos. Aunque el caos no llegó, Y2K demostró el atractivo del preparacionismo en tiempos de incertidumbre.
El siglo XXI consolidó el movimiento. Los atentados del 11-S (2001) resaltaron la vulnerabilidad ante el terrorismo, mientras el huracán Katrina (2005) expuso la fragilidad de las respuestas gubernamentales, motivando a muchos a depender de sí mismos. La crisis financiera de 2008 añadió el temor al colapso económico, y la pandemia de COVID-19 (2020) validó las prácticas preppers al mostrar estantes vacíos y cuarentenas prolongadas. Más recientemente, la invasión rusa de Ucrania (2022) y apagones en Europa (como el de España y Portugal en abril de 2025) han reavivado el interés por la preparación ante conflictos y fallos energéticos.
Internet transformó el movimiento, conectando a preppers en foros, redes sociales y canales de YouTube, mientras programas como Doomsday Preppers (National Geographic, 2012-2014) lo llevaron a la cultura pop. Hoy, el preparacionismo es un fenómeno global, adaptándose a las amenazas de cada región y época, desde pandemias hasta tensiones geopolíticas.
Motivaciones principales de los preppers
Los preppers se preparan para un amplio espectro de escenarios, impulsados por temores pragmáticos y, en algunos casos, visiones apocalípticas. Las principales motivaciones incluyen:
- Desastres naturales: Huracanes, terremotos e incendios forestales, cada vez más frecuentes, llevan a almacenar kits de emergencia y generadores. En zonas sísmicas como Japón o Chile, los preppers priorizan mochilas de evacuación.
- Colapso económico o social: Crisis como la de 2008 o la hiperinflación en Venezuela inspiran a guardar alimentos, bienes de trueque (oro, plata) y aprender habilidades como agricultura. El escenario SHTF (“shit hits the fan”) anticipa disturbios o fallos prolongados de servicios.
- Guerras y conflictos: La amenaza de una guerra nuclear persiste, pero también preocupan conflictos regionales (ej. Ucrania) o ataques terroristas. En Europa, la guerra cercana ha impulsado la preparación ante apagones o ciberataques.
- Pandemias: El COVID-19 demostró la utilidad de almacenar mascarillas, medicamentos y víveres para cuarentenas. Los preppers ahora anticipan patógenos más letales.
- Desconfianza institucional: Muchos creen que los gobiernos no los protegerán en una crisis, citando casos como Katrina. Algunos abrazan teorías conspirativas (Nuevo Orden Mundial, 5G) o visiones religiosas (Apocalipsis bíblico), especialmente en subgrupos como los mormones, cuya doctrina promueve reservas de un año.
Estas motivaciones varían en intensidad: algunos se preparan para interrupciones temporales, otros para un colapso total. La diversidad refleja tanto preocupaciones racionales como narrativas extremas.
Prácticas y recursos comunes entre los preppers
Los preppers buscan garantizar seis necesidades básicas: alimentación, agua, refugio, seguridad, higiene y salud. Sus prácticas incluyen:
- Almacenamiento de víveres: Acumulan agua potable (filtros, tanques) y alimentos no perecederos (enlatados, liofilizados, MREs) para semanas o años. Muchos rotan existencias y cultivan huertos.
- Refugio y energía: Acondicionan sótanos, construyen búnkeres o invierten en refugios de lujo (ej. Vivos XPoint en EE.UU.). Usan paneles solares, generadores y cocinas alternativas para vivir sin red eléctrica.
- Kits de supervivencia: La mochila de evacuación (bug-out bag) es icónica, con agua, comida, botiquín, linterna y herramientas (navaja, cuerda, brújula). También guardan radios, purificadores y mapas.
- Autodefensa: En países como EE.UU., poseen armas de fuego (rifles, pistolas) y entrenan tácticas de defensa. Donde las leyes son estrictas, optan por cuchillos o alarmas. Fortifican viviendas para proteger recursos.
- Salud e higiene: Almacenan botiquines extensos (antibióticos, suturas) y medicamentos crónicos. Aprenden primeros auxilios y guardan desinfectantes para prevenir enfermedades.
- Entrenamiento y planes: Realizan simulacros, elaboran rutas de escape y practican bushcraft (hacer fuego, cazar). Los más organizados tienen puntos de encuentro familiar y redes de comunicación (radios HAM).
Estas prácticas reflejan una filosofía de prevención extrema, adaptada al contexto de cada prepper, desde kits básicos hasta fortalezas autosuficientes.
Tipos de preparacionistas (subgrupos)
El movimiento abarca diversos perfiles según su entorno y enfoque:
- Prepper urbano: Vive en ciudades, enfrentando limitaciones de espacio y riesgos como disturbios. Prioriza mochilas de evacuación y rutas hacia zonas seguras. Ejemplo: un bogotano con víveres en su apartamento y un parque como punto de reunión familiar.
- Prepper rural (homesteader): Reside en el campo, cultivando alimentos y generando energía. Su hogar es su refugio, diseñado para resistir crisis lejos de urbes. Combina tradición (almacenar leña) con tecnología (paneles solares).
- Prepper táctico: Enfocado en defensa, colecciona armas y equipo militar. Entrena escenarios de combate, a veces en milicias. Su lema: “la seguridad primero”.
- Prepper religioso/apocalíptico: Motivado por creencias espirituales, como el Apocalipsis cristiano o profecías new age. Los mormones son un caso notable, con despensas doctrinales.
Estos subgrupos no son rígidos; muchos preppers combinan elementos. También existen preppers moderados (kits básicos) y tecnológicos (ciberseguridad, respaldos digitales), reflejando la diversidad del movimiento.
Distribución geográfica del movimiento prepper
El preparacionismo varía según la región, influido por cultura, historia y riesgos locales:
- Estados Unidos: Epicentro global, con millones de preppers (FEMA estima 20 millones). La tradición de individualismo, acceso a armas y desastres frecuentes (huracanes, tornados) lo normalizan. Desde kits suburbanos hasta búnkeres de lujo, el movimiento es mainstream, con una industria de doomsday economy en auge.
- Europa: Tradicionalmente marginal, pero en crecimiento tras COVID-19 y Ucrania. Países nórdicos (Suecia, Finlandia) tienen culturas de defensa civil; la UE promueve kits de 72 horas desde 2025. Alemania y Reino Unido ven comunidades crecientes, mientras en España el movimiento es incipiente, impulsado por apagones recientes.
- América Latina: Menos organizado, pero emergente en México, Colombia y Argentina. Desastres (sismos, crisis económicas) y la influencia de EE.UU. vía internet fomentan pequeños grupos. En Venezuela, la crisis forzó prácticas preppers espontáneas, aunque no como subcultura.
- Asia-Pacífico: Japón lidera con preparación sísmica institucionalizada. Corea del Sur teme conflictos con el Norte; Australia tiene una comunidad anglosajona notable. En China, solo élites acceden a búnkeres. En general, la preparación es más estatal que subcultural.
Tabla comparativa (resumida):
Región | Difusión | Motivaciones | Recursos | Percepción |
|---|---|---|---|---|
EE.UU. | Masiva, mainstream | Desastres, colapso, terrorismo | Búnkeres, armas, tecnología | Desde respeto a caricatura |
Europa | Creciente, institucionalizada | Guerra, apagones, clima | Kits básicos, menos armas | Normalizada, algo escéptica |
LatAm | Minoritaria, emergente | Desastres, inestabilidad local | Soluciones caseras, víveres básicos | Curiosidad, ironía en crisis reales |
Asia-Pacífico | Variable, más estatal | Conflictos, desastres naturales | Mochilas sísmicas, refugios de élite | Práctica, sin subcultura marcada |
Presencia en redes sociales y medios
Internet ha globalizado el preparacionismo. Foros como Survivalist Boards y subreddits como r/preppers conectan a millones, mientras canales de YouTube como Canadian Prepper o Prepper en Español enseñan desde técnicas de supervivencia hasta análisis de riesgos. En Instagram, hashtags como #preppers muestran despensas, armas y kits, con una participación equilibrada de hombres y mujeres.
En medios, programas como Doomsday Preppers popularizaron el movimiento, aunque a menudo con sensacionalismo. Reportajes recientes en The Guardian o El País lo abordan con seriedad, vinculándolo a crisis reales. Gobiernos y ONGs, como FEMA o la Cruz Roja, usan redes para promover preparación, difuminando la línea entre preppers y ciudadanía previsora.
Percepción pública y mediática
Históricamente, los preppers fueron caricaturizados como paranoicos. Sin embargo, el COVID-19 y eventos como Ucrania les dieron cierta reivindicación. Medios ahora los ven como previsores, aunque persisten estereotipos de conspiranoicos armados. En EE.UU., son más aceptados; en Europa y LatAm, aún generan curiosidad o escepticismo. La cultura pop (series como The Walking Dead) los retrata como héroes o fanáticos, moldeando percepciones generacionales.
Impacto sociológico y cultural
El preparacionismo refleja ansiedades del siglo XXI: desconfianza institucional, polarización y riesgos globales. Sociológicamente, cuestiona la dependencia moderna, promoviendo autosuficiencia y habilidades tradicionales. Culturalmente, inspira desde películas apocalípticas hasta modas utilitarias. Su mercado (kits, alimentos liofilizados) crecerá a 2.46 mil millones de dólares para 2030. Sin embargo, puede fomentar fatalismo o tensiones vecinales si se percibe como acaparamiento.
En conclusión, los preppers son un espejo de nuestra era: pragmáticos ante desastres, pero también símbolos de un mundo que teme su propio colapso. Su lema, “esperar lo mejor, preparar lo peor”, resuena cada vez más en una sociedad incierta.
Referencias (actualizadas y seleccionadas):
- Montoto, Lara (2025). “Quiénes son los ‘preppers’”. Newtral, 27/03/2025.
- “La lista de productos del kit de emergencia de la UE”. El País, 28/04/2025.
- Conroy, J. Oliver (2020). “We mocked preppers – until the pandemic hit”. The Guardian, 30/04/2020.
- Global Times (2024). “More Americans embrace prepping lifestyle”, 16/04/2024.
- Ensovoort Journal (2019). “#doomsdayprepper: Analysing the online prepper community”.


No hay comentarios:
Publicar un comentario