Técnica de conservación de larga duración (de unos meses a varios años) que lleva el nombre de su inventor, Nicolas Appert. Consiste en la esterilización de un género a más de 100 °C, en un embalaje estanco de metal, vidrio o plástico.
La historia de la appertización se remonta al siglo XIX, cuando el chef francés Nicolas Appert desarrolló el método de conservación de alimentos mediante el calor y el envasado hermético. En 1809, Appert descubrió que al calentar los alimentos en frascos sellados al vacío, podía preservarlos por períodos prolongados sin que se echaran a perder. Este proceso se basaba en la aplicación de calor para matar microorganismos y luego sellar herméticamente los envases para prevenir la contaminación.
Su trabajo fue reconocido por el gobierno francés, que ofreció un premio de 12,000 francos por un método efectivo de conservación de alimentos para las fuerzas armadas y la marina. Appert presentó su técnica, que implicaba calentar los alimentos en frascos de vidrio con tapas selladas con corcho y sellarlos con selladores de hierro. Su método se reveló altamente efectivo para preservar alimentos como carne, verduras y frutas.
La appertización revolucionó la industria de alimentos al permitir la conservación de alimentos perecederos durante largos períodos, lo que llevó al desarrollo de la industria de conservas de alimentos enlatados. Aunque Appert no entendía completamente el proceso de descomposición microbiana, su método sentó las bases para la posterior comprensión de la esterilización de alimentos y la conservación a largo plazo.
La appertización funciona mediante un proceso de calor y envasado hermético. Primero, los alimentos se calientan a una temperatura lo suficientemente alta como para matar microorganismos, como bacterias y enzimas, que podrían causar la descomposición de los alimentos. Este calor destruye los organismos vivos y detiene las reacciones enzimáticas que provocan la descomposición.
Una vez que los alimentos han sido calentados, se colocan en envases esterilizados, como frascos de vidrio o latas metálicas, y se sellan herméticamente. Esto evita que los microorganismos del medio ambiente contaminen los alimentos y que las bacterias vuelvan a crecer. El envasado hermético también protege los alimentos de la oxidación y de otros factores que podrían provocar su deterioro.
El resultado es que los alimentos pueden conservarse durante largos períodos de tiempo sin necesidad de refrigeración, manteniendo su calidad y seguridad alimentaria. La appertización es un método efectivo y ampliamente utilizado en la industria alimentaria para conservar una variedad de alimentos, desde frutas y verduras hasta carnes y productos lácteos.
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