El Coloso de Rodas, construido en la isla griega de Rodas en el año 292 a. C. y destruido por un terremoto en el año 226 a. C., fue una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo; destacándose por su enorme tamaño y su ingenio en el diseño.
El Coloso fue construido para honrar al dios del sol Helios, un símbolo importante en la mitología griega. La estatua medía unos 33 metros de altura, equivalente a la altura de un edificio de 12 pisos en la actualidad. Estaba hecha de bronce y madera, como si fuese un retrato de Helios majestuosamente de pie, con la mano izquierda extendida y la derecha sosteniendo una antorcha. La estatua se encontraba situada sobre un gran pedestal de piedra, creando una imagen impresionante.
La construcción del Coloso duró unos 12 años y fue un logro de increíble de esa época.
Los ingenieros y artesanos utilizaron un complejo sistema de andamios para erigir la estatua, al tiempo que aseguraban la estabilidad y la resistencia de la estructura de el gigante.
El orgullo de los habitantes de Rodas no duró mucho, ya que en el año 226 a. C., un fuerte terremoto derrumbó la base de la estatua, lo que provocó el derrumbe total de la estructura.
A pesar de su destrucción, el Coloso dejó una duradera impresión en la historia de la arquitectura por su escala y grandiosidad.
Hoy en día, las reliquias del Coloso, aunque solo sean fragmentos, continúan atrayendo la atención de arqueólogos y turistas de todo el mundo.
El Coloso de Rodas no solo es una maravilla del mundo antiguo, sino que también es un símbolo del coraje y la increíble habilidad en la artesanía de la antigua civilización griega.
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