Nosotros preferimos la comida de toda la vida, de bar o tasca de barrio, donde te llenas y tienes que salir con un botón menos en el cinturón.
Comer bien en España: reivindicación de la cocina de siempre
Dr. Ramón Reyes MD – Soluciones EMS Internacionales (2025)
1️⃣ Introducción
En los últimos años, la escena gastronómica española ha experimentado una proliferación de propuestas minimalistas y de “vanguardia”, donde predominan las raciones minúsculas, las espumas y reducciones servidas en platos desproporcionados y, con frecuencia, a precios que superan los 30 € por un servicio apenas simbólico. Si bien la innovación culinaria tiene un lugar legítimo, este fenómeno ha terminado por desplazar, en muchos entornos urbanos, a la auténtica cocina popular española , aquella que dignifica el producto, la técnica y la generosidad en la mesa.
La cultura gastronómica de España es fruto de siglos de mestizaje agrícola, pesquero y pastoril, plasmado en recetas que combinan sostenibilidad, valor nutritivo y una innegable dimensión social: comer juntos, sin prisas, con platos que sacian y reconfortan.
2️⃣ Patrimonio culinario: platos con identidad
La cocina tradicional española —diversa en cada región— se sostiene sobre preparaciones que han trascendido generaciones:
- Legumbres guisadas : fabada asturiana, cocido madrileño, potaje de garbanzos, judías pintas con chorizo.
- Cazuelas y estofados : rabo de toro cordobés, caldereta de cordero, estofado de ternera, suquet de peix.
- Arroces y fideuás : paella valenciana, arroz caldoso de marisco, arroz con costra alicantino.
- Asados y carnes a la brasa : cochinillo segoviano, lechazo castellano, chuletón de vaca gallega.
- Sopas y cremas : gazpacho andaluz, salmorejo cordobés, caldo gallego.
- Tapas y raciones : tortilla española, croquetas, boquerones en vinagre, ensaladilla rusa.
Estos platos no solo aportan placer sensorial, sino que cubren las necesidades energéticas y nutricionales propias de un estilo de vida activo, favorecen la convivencia y respetan el principio de alimentación suficiente y equilibrada .
3️⃣ Beneficios nutricionales y sociales
- Densidad nutricional óptima : proteínas de alta calidad (carnes, pescados, legumbres), hidratos complejos, fibra, vitaminas y minerales.
- Saciedad real : raciones completas que reducen el picoteo posterior y fomentan horarios regulares.
- Salud cardiovascular : el patrón mediterráneo tradicional (aceite de oliva virgen extra, verduras, legumbres y pescado) está avalado por estudios como PREDIMED.
- Cohesión social : los bares y tareas de barrio fomentan la conversación, el sentido de pertenencia y la transmisión oral de recetas.
4️⃣ Crítica al “minimalismo caro”
El problema no radica en la alta cocina en sí, sino en la pérdida de conexión con el comensal medio cuando se prioriza la estética sobre la sustancia. Platos con tres bocados, acompañados de nombres excesivamente largos y servidos en vajillas que parecen instalaciones artísticas, pueden resultar fascinantes en un contexto experimental, pero no deben suplantar la oferta diaria de restaurantes y bares.
La gastronomía no es únicamente espectáculo: es nutrición, memoria y hospitalidad.
5️⃣ El papel de bares y tascas
Los bares de barrio, mesones y casas de comidas siguen siendo guardianes del recetario nacional. Allí se encuentran menús del día que incluyen primer plato, segundo, postre, pan y bebida a precios razonables, servidos con generosidad y respeto por la tradición. Son espacios donde el cliente sale satisfecho, a menudo con “un botón menos en el cinturón”, expresión que simboliza la abundancia bien entendida.
6️⃣ Recomendaciones para recuperar el “comer bien”
- Apostar por productos de temporada y cercanía , base de la dieta mediterránea.
- Valorar menús que incluyan legumbres, verduras y guisos frente a frituras industriales o sucedáneos.
- Reivindicar el cocido de los miércoles o las lentejas de los lunes como parte de nuestro ADN cultural.
- Apoyar a pequeños hosteleros que mantienen la cocina casera.
- Enseñar a las nuevas generaciones el valor de compartir mesa con platos completos, nutritivos y honestos.
7️⃣ Conclusión
España posee una de las tradiciones culinarias más ricas del mundo, fruto de la diversidad geográfica, el mestizaje histórico y la sabiduría popular. Mantener viva esa herencia no implica renunciar a la innovación, sino equilibrarla con respeto al producto, raciones adecuadas y precios coherentes.
La auténtica gastronomía española no se mide en líneas de salsa ni en platos sobredimensionados: se reconoce en el aroma de unas fabes con compango , en el calor de un cocido humeante , en la contundencia de un rabo de toro o en el crujido de un pan con tomate recién aliñado. Comer bien en España honra significar el trabajo de la tierra y del mar, celebrar la sobremesa y salir del restaurante satisfecho, con cuerpo y alma reconfortados.
Dr. Ramón Reyes MD
“La buena mesa no necesita artificio, sino autenticidad y respeto por quien la disfruta.”


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