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Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.

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Fuente Ministerio de Interior de España

miércoles, 28 de febrero de 2024

Navaja de Ockham



La Navaja de Ockham es un principio filosófico que establece que, en caso de haber varias explicaciones posibles para un mismo fenómeno, la explicación más sencilla suele ser la correcta. Este principio fue desarrollado por el filósofo y teólogo inglés Guillermo de Ockham en el siglo XIV. Su nombre se debe a que este principio se puede usar como una navaja para cortar las hipótesis innecesarias o excesivamente complejas que no aportan nada a la comprensión de la realidad.

La Navaja de Ockham se puede aplicar a cualquier ámbito del conocimiento, desde la ciencia hasta la historia, pasando por la política o la economía. Su utilidad radica en que nos ayuda a evitar el error de multiplicar las causas sin necesidad, es decir, de inventar o suponer entidades, factores o mecanismos que no tienen evidencia empírica o lógica que los respalde.

Un ejemplo práctico de la aplicación de la Navaja de Ockham en España podría ser el siguiente: ¿Por qué el Partido Popular ganó las elecciones autonómicas de Madrid en 2021? Podríamos plantear varias hipótesis para responder a esta pregunta, como, por ejemplo:

  • El Partido Popular ganó las elecciones porque tenía un mejor programa electoral que sus rivales.
  • El Partido Popular ganó las elecciones porque su candidata, Isabel Díaz Ayuso, supo conectar con el electorado madrileño y ofrecer una imagen de gestión eficaz frente a la pandemia del COVID-19.
  • El Partido Popular ganó las elecciones porque contó con el apoyo mediático de los principales periódicos y cadenas de televisión, que difundieron una campaña favorable a sus intereses y desacreditaron a sus adversarios.
  • El Partido Popular ganó las elecciones porque hubo un fraude electoral masivo, orquestado por una conspiración entre el gobierno central, los servicios secretos y las empresas encargadas del recuento de votos.

De estas cuatro hipótesis, la más sencilla y plausible es la segunda, ya que se basa en datos objetivos y verificables, como los resultados electorales, las encuestas de opinión y las declaraciones públicas de los candidatos. Las otras tres hipótesis requieren de más supuestos y pruebas para ser aceptadas, y además no explican por qué el Partido Popular obtuvo más votos que en anteriores convocatorias. Por lo tanto, aplicando la Navaja de Ockham, podemos descartarlas como explicaciones menos probables.

En conclusión, la Navaja de Ockham es un principio que nos ayuda a elegir la explicación más simple y suficiente para entender un fenómeno, evitando caer en el error de complicar innecesariamente la realidad. Este principio ha sido utilizado por muchos pensadores a lo largo de la historia, y sigue siendo válido y útil en la actualidad.

 ¿Es la respuesta más sencilla la correcta? La Navaja de Ockham indica que sí

Se trata de una herramienta filosófica con un poder transformador en la manera en que se aborda la comprensión de la propia realidad.
Actualizado a 25 de diciembre de 2023,
TAMER YILMAZ/ISTOCK
El concepto de “navaja” hace referencia a como Okcham afeitaba con ella las barbas de Platón.

Noelia Freire
En un mundo caracterizado por la complejidad y la sobreabundancia de información, la búsqueda de explicaciones claras, sencillas y concisas se vuelve una tarea de lo más esencial. Se trata de un pensamiento que no es reciente, sino que comenzó en el siglo XIV de la mano de un monje llamado Guillermo de Ockham, quien afirmaba que, ante varios razonamientos en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable.

A esa idea se la conoce actualmente como la Navaja de Ockham, y constituye una herramienta filosófica con un poder transformador en la manera en que se aborda la comprensión de la propia realidad. Es un principio que enseña que, a menudo, la verdad se encuentra en la simplicidad y que, para entender la realidad, a veces es conveniente simplificarla primero.

¿QUIÉN ES GUILLERMO DE OCKHAM?
El individuo detrás de ese curioso pensamiento era Guillermo de Ockham, un fraile franciscano nacido en 1287 en Ockham, un pequeño pueblo del condado de Surrey, en Inglaterra. Durante su vida, Guillermo destacó como un pensador revolucionario de la Europa Medieval, desafiando la filosofía de la época de forma continuada. En su juventud, ingresó en la Orden Franciscana y accedió a la Universidad de Oxford para estudiar teología. Sin embargo, su enemistad con ciertas autoridades religiosas le obstaculizó el avance, impidiéndole obtener su graduado en ese campo.


Aun así, el fraile pudo continuar formándose por su cuenta, ganando conocimientos mientras entraba en contacto con diversas instituciones: incluso viajó hasta Francia para encontrarse con el mismísimo Papa. La ideología que desarrolló en todos esos años y su visión de la realidad lo convirtieron en un filósofo-teólogo muy lógico. Y es que, tal y como consta en sus escritos, para Guillermo de Ockham el estudio de la lógica era algo indispensable para comprender la forma en la que nacían y crecían el resto de las ciencias.

Los druidas, los misteriosos filósofos de la Galia
Sin embargo, su mayor contribución al campo de la metafísica fue, sin duda, el desarrollo de la idea posteriormente conocida como la “Navaja de Ockham”, en la cual defendía que, en lugar de recurrir a explicaciones complejas y suposiciones innecesarias a la hora de explicar un fenómeno, sería conveniente elegir los razonamientos más simples y elegantes. No fue hasta dos siglos después que ese pensamiento adquirió el título de la “Navaja”, haciendo referencia a como Okcham afeitaba con ella las barbas de Platón. Es decir, se trata de un juego de palabras para poner en comparación la filosofía simple de Ockham y los pensamientos cargados de entidades de Platón.

LA NAVAJA DE OCKHAM
Para enunciar esta famosa idea, Ockham se valió de la expresión latina pluralitas non est ponen da sine necessitate, es decir, “la pluralidad no debe formularse sin necesidad”. Con ella, el filósofo y teólogo expresaba que, cuando un individuo se enfrenta a múltiples explicaciones para un mismo fenómeno o problema, la explicación más simple, es decir, la que involucra el menor número de suposiciones o entidades adicionales, será generalmente la más probable. Cabe resaltar, que la Navaja de Ockham no afirma que la más simple será siempre la correcta, pero sí insta a comenzar con ella la búsqueda de explicaciones, y a considerar razonamientos más complejos sólo cuando sea estrictamente necesario.


Un ejemplo clásico de esta filosofía es la de la aparición de unas luces de colores en el cielo. Así, supón que, de repente, observas una serie de luces en el cielo nocturno que parpadean en patrones aparentemente aleatorios, mostrando diferentes tonalidades. ¿Cuál es la explicación más simple? Podrías considerar varias opciones, como naves extraterrestres, un fenómeno atmosférico desconocido o, simplemente, una exhibición de fuego artificiales. La Navaja de Ockham aconsejaría entonces que consideraras la explicación más sencilla, es decir, la de los fuegos artificiales, pues sería la que no necesitaría la introducción de otros conceptos más complejos o desconocidos.

EL PRINCIPIO DE PARSIMONIA
En la práctica científica, la Navaja de Ockham ha dejado una marca profunda, pues su énfasis en la simplicidad y en la economía conceptual colaboran a la obtención de conclusiones rápidas y lógicas de manera eficiente. Tanto es así, que para los casos donde ese pensamiento se aplica en la investigación científica, ha tomado vida propia y se conoce como principio de parsimonia.

El ejemplo más claro de este planteamiento en el ámbito de la biología es en la teoría de la evolución de Darwin, la cual se basa en la selección natural como el mecanismo principal de cambio en las especies. Según el principio de parsimonia, la teoría del diseño inteligente, que postularía la existencia de un creador divino, requeriría la aparición de más entidades y suposiciones mucho más complejas que son, por lo tanto, mucho menos probables.


Charles Robert Darwin
Darwin, el padre de la teoría de la Evolución
En la física, puede también aplicarse a la ley de gravitación universal postulada por Isaac Newton. Así, este principio explicaría cómo los objetos redondos se atraen mutuamente basándose en sus masas y en la distancia que los separa sin requerir ningún otro tipo de intervención. Por el contrario, la teoría de una tierra plana requeriría una cantidad significativa de nuevas suposiciones que explicasen una atracción no lógica, lo cual iría en contra del principio de parsimonia, asegurándola como una opción mucho menos probable. En este caso, la teoría de una Tierra redonda se confirma como verdadera al realizar los viajes espaciales y las observaciones científicas. https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/es-respuesta-mas-sencilla-correcta-navaja-ockham-indica-que-si_20848

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