La COLOSAL ESTATUA de ZEUS...
La estatua de Zeus en Olimpia, Grecia, fue una de las siete maravillas de la antigüedad y posiblemente la estatua más famosa de su tiempo. Una vez construida como un santuario para honrar al dios griego Zeus, esta estatua fue considerada la encarnación del dios más importante para los griegos, y no poder verla, al menos una vez en la vida, acabó por considerarse una desgracia. Su tamaño era como el de cuatro estadios de la época y tenía siete veces la altura de un hombre medio, lo que la convirtió en la estatua más alta del mundo mediterráneo. Todo lo anterior motivó que los Juegos Olímpicos originales fueran celebrados en su honor.
Según la leyenda, el altar de Zeus se alzaba justo en un lugar en el que había caído un rayo, arrojado por el dios desde su trono en lo más alto del Monte Olimpo, donde se reunían los dioses. Los altares a Zeus presidían los patios delanteros de todas las casas de Grecia y los peregrinos visitaban sus muchos lugares sagrados de las cumbres, pero el templo más conocido del dios era el Templo monumental de Zeus, construido en una arboleda sagrada entre dos ríos en Olimpia, sobre la costa occidental de Grecia.
La ciudad de Olimpia no sólo albergaba el Templo de Zeus, sino que en ella también se celebraban los Juegos Olímpicos. Los primeros datan del año 776 a. C. y tenían lugar cada cuatro años. Una diferencia entre los Juegos Olímpicos antiguos y los modernos es que los antiguos estaban incluidos en el contexto de un festival religioso. Se celebraban en honor a Zeus, considerado el padre de los Juegos Olímpicos. Para honrar a Zeus, los ciudadanos encargaron la construcción de un templo en su honor en Olimpia en el año 470 a. C.
Aproximadamente, entre los años 466 a. C. y 456 a. C., el Templo de Zeus fue construido por el arquitecto griego Libón, según el orden clásico dórico en la ciudad de Olimpia. En la antigüedad la ciudad de Olimpia era un lugar de culto a Zeus y acogía numerosos tesoros, baños, templos, monumentos, altares, teatros y hermosas estatuas. Pausanias, un viajero griego que escribió la guía turística más antigua de la Grecia antigua en el año150 de nuestra era escribió una descripción detallada del templo. Disponía de 13 columnas a lo largo y seis en sus fachadas frontal y posterior, todas ellas de de orden dórico.
El tejado estaba bellamente coronado, y cuarenta gárgolas de mármol servían de desagües. Bajo los triángulos "o frontones" (por encima de las columnas) se esculpieron esculturas que representaban los doce trabajos de Heracles. El templo seguía el patrón utilizado en muchos otros grandes templos griegos y era similar al Partenón de Atenas y al Templo de Artemisa, en Éfeso. Aunque el templo fuera considerado uno de los mejores ejemplos del dórico debido a su estilo y a la calidad de su ejecución, se decidió que el templo por sí solo era demasiado sencillo como para ser digno del Rey de los dioses. Para remediar esto, construyeron una estatua en su interior.
La estatua de Zeus fue construida para el Templo de Zeus y creada en el año 430 a. C. por el escultor griego Fidias, considerado el artista más famoso de la Antigua Grecia. Tardó varios años en completar este encargo pero, finalmente, la estatura se convirtió en una de sus dos obras maestras, siendo la otra la estatua de Atenea, del Partenón ateniense.
La estatua medía alrededor de 13 metros (42 pies) de alto y 6 metros (21 pies) de ancho, con un perímetro de 13 metros (43 pies). El geógrafo griego Estrabón observó en el primer siglo a. C. que si Zeus se hubiera puesto de pie, habría atravesado con su cabeza el tejado del templo. La cella o Naos, era la parte interior del templo y el espacio principal del centro del edificio que contenía la colosal figura. Una galería pública permitía a los visitantes contemplarlo desde una ventajosa altura pudiendo acceder a ella gracias a dos escaleras de caracol. Sentado sobre su trono, decorado con imágenes de héroes y dioses de la mitología griega se hallaba el inmortal Zeus.
La estatua había sido esculpida sobre un trono de madera de cedro y cubierta con materiales ricos como marfil, ébano, bronce, pan de oro y piedras preciosas. Los ojos de Zeus eran gemas preciosas y alrededor de su cabeza destacaba una corona de olivo de plata. Su pelo y barba estaban realizados en oro y su cabeza, su piel desnuda, sus manos y sus pies eran de marfil bruñido. Portaba una toga y un par de sandalias de oro. El taburete bajo sus pies se sostenía sobre dos impresionantes leones, también de oro.
En su mano izquierda portaba un cetro coronado con una cabeza de águila que simbolizaba su dominio sobre la Tierra. Sobre su mano derecha aparecía sentada una escultura de tamaño natural de Nike, la diosa alada de la victoria. Para impedir que su piel de marfil se agrietase, con cierta regularidad tenía que ser untado con aceite de oliva, que era recogido en una cubeta, bajo sus pies y usado para limpiar la estatua diariamente.
La estatua de Zeus se mantuvo en su lugar durante más de 800 años y fue la estatua más grande realizada por los antiguos griegos. Lo que le sucedió posteriormente sigue siendo un misterio. En el año 391 d. C., el nuevo emperador cristiano Teodosio de Roma ordenó que fuera desmontada y despojada de su oro. Asimismo, ordenó suspender las Olimpíadas alrededor del 393 o 394 d. C. debido a sus origen paganas.
Teodosio II ordenó la destrucción de los templos paganos en el año 426 d. C. por lo que pudo desaparecer entonces o, como asegura el historiador Georgios Kedrenos, ser trasladada a Constantinopla (la nueva capital del Imperio romano) donde sería destruida junto con el templo debido a un gran incendio ocurrido entre los años 462 y 475 d. C.
El primer trabajo arqueológico sobre el yacimiento de Olimpia fue llevado a cabo por un grupo de científicos franceses en 1829. Éstos fueron capaces de localizar el contorno del templo y fragmentos de las esculturas que mostraban los trabajos de Hércules. Estos fragmentos fueron embarcados rumbo a París donde todavía hoy están expuestos en el Louvre. La siguiente expedición llegó desde Alemania en 1875 y consiguió trazar un completo mapa del templo y de localizar los restos de la cubeta que contenía el aceite para la estatua.
En la década de 1950 una excavación descubrió el taller de Fidias bajo una iglesia paleocristiana. Los arqueólogos hallaron los instrumentos del escultor, un orificio para verter el bronce fundido, moldes de arcilla, moldes de yeso e incluso parte de uno de los colmillos del elefante del que se había extraído el marfil para la estatua. Muchos de los moldes de arcilla, que habían sido utilizados para dar forma a las láminas de oro, llevaban números de serie que debieron utilizarse para indicar el lugar preciso de cada placa en el diseño. En 1958 los arqueólogos encontraron una copa negra de cristal con el grabado "pertenezco a Fidias."
A día de hoy, todos los restos que nos quedan en Olimpia son las caídas columnas del templo y la base del edificio, que fueron descubiertas durante las excavaciones arqueológicas realizadas a lo largo de los siglos XIX y XX. Ya que no se conoce la existencia de copias de la estatua, nunca ha podido confirmarse su exacta representación visual y muchos de los detalles acerca de ella han sido tomados de pinturas sobre monedas y antiguas descripciones griegas.
Fuente www.ancient-origins.es
Reyes González
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