Una joven de 19 años con hiperpigmentación de aparición insidiosa durante su primer embarazo.
Se presentó en la clínica antenal preocupada por un ennegrecimiento desproporcionado de sus regiones abdominal y areolar. Según ella, esta hiperpigmentación era progresiva y gradualmente afectaba cada vez más parte de su piel. Se extendió circunferencialmente alrededor de las áreas umbilical y del pezón y afectó de manera difusa la piel adyacente. Sin embargo, la niña no tuvo otras quejas. En el examen, los médicos confirmaron una posición longitudinal y una presentación cefálica del feto cuya altura uterina resultó ser de 34 semanas. Además de la línea negra, toda la piel abdominal presentaba un color difusamente oscuro.
La hiperpigmentación también se extiende alrededor de los pezones en un patrón circunferencial. El paciente no presentaba otras anomalías. Su presión arterial y otras pruebas iniciales resultaron completamente normales.
El embarazo provoca multitud de cambios en el cuerpo, incluido el oscurecimiento de la piel. Se produce un aumento de la pigmentación como resultado de cambios inducidos por altos niveles de estrógeno, progesterona y hormona estimulante de los melanocitos. El color de la piel depende del pigmento melanina producido por unas células llamadas melanocitos. Estas células se encuentran en la epidermis y le dan a la piel su color oscuro. Cuanto mayor es la producción de melanocitos y melanina, más oscura es la piel.
Los cambios en la piel, como la aparición de la línea negra (línea negra) en la línea media del abdomen y el oscurecimiento alrededor del pezón y la areola, son muy comunes durante el embarazo. Sin embargo, casi no hay casos de hiperpigmentación progresiva que se extienda más allá de estas áreas, lo que hace que nuestro caso sea interesante y único.
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