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Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en el blog EMS Solutions International está editada y elaborada por profesionales de la salud. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario. by Dr. Ramon REYES, MD

Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.

Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.
Fuente Ministerio de Interior de España

miércoles, 11 de diciembre de 2024

Manual sobre la tos

Manual sobre la tos: no la temas, es un mecanismo de defensa del cuerpo



MIENTRAS CIRCULE LA #VARIANTE #DELTA ( EL VIRUS MÁS CONTAGIOSO DEL QUE SE TIENE CONOCIMIENTO EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS), ES FUNDAMENTAL NO RETIRAR LA #MASCARILLA Y UTILIZARLA DE FORMA CORRECTA.

Más jóvenes están siendo hospitalizados debido al Covid-19. La falta de vacunación completa en este grupo de población provoca colapso del sistema sanitario. Más de la mitad de las muertes en Reino Unido por la variante de Delta tenían solo una dosis de la vacuna.

Si bien el objeto principal de la campaña de vacunación es evitar las hospitalizaciones y muertes , la experiencia en Reino Unido con su actual tercera ola por variante Delta ( la peor que se ha registrado hasta la fecha en este país) , muestra datos preocupantes.
Si bien es cierto que ha disminuido drásticamente la mortalidad , las hospitalizaciones no se han reducido y ahora las tasas de ingreso hospitalario también están aumentando en todos los grupos de edad, particularmente para aquellos entre las edades de 18 y 55 ( Se han triplicado con respecto a la segunda ola).
El sistema sanitario no solo se colapsa por las muertes sino también por las hospitalizaciones.
Ahora muchas voces reconocen que las recomendaciones de retirar las mascarillas en espacios exteriores e interiores para los vacunados, han sido precipitadas cometiendo un importante error de cálculo. El mes de septiembre se podría ver un repunte muy notable de casos en España sino no se adoptan nuevas medidas.

#Infografía variantes del Covid-19 by Conexion Cinvestav


#covid_19 #variantedelta #coronaviruspandemic #pandemia #vacunacioncovid19






FUCK #Covid_19 #YOMEVACUNO #CORONAVIRUS #SARS_Cov_2 #FuckCovid19

¿Por qué es más fácil aceptar las teorías de conspiración que las científicas?

Porque para entender las teorías científicas hay que estudiar #Covid19 https://lnkd.in/eZm8P7V





Todos los Documentos sobre Mascarillas TAPABOCAS contra el SARS-Cov-2/ Covid-19 http://emssolutionsint.blogspot.com/2020/06/todos-los-documentos-sobre-mascarillas.html

Viable SARS-CoV-2 in the air of a hospital room with COVID-19 patients https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.08.03.20167395v1


Gotas de Flügge y Covid-19

Las microgotas o gotas de Flügge son pequeñas gotas de secreciones (principalmente saliva y moco) que se expulsan de forma inadvertida por la boca y nariz al realizar acciones como toser o incluso hablar en voz baja o espirar. Su existencia e importancia fue demostrada en la década de 1890 por el bacteriólogo e higienista alemán Karl Flügge, de quien toman el nombre. Estas gotas pueden transportar diversos agentes patógenos, tales como virus y bacterias. Una sola gota puede poseer varias unidades activas del agente patógeno, siendo posible que una sola inicie una infección, por ejemplo la tuberculosis.2​ También es un mecanismo de transmisión importante en el sarampión, la rubéola, la varicela, la parotiditis,3​, la gripe, el SARS-CoV-2, entre otros.




Mascarillas higiénicas no reutilizables Requisitos de materiales, diseño, confección, marcado y uso Parte 2: Para uso en niños. Medidas de las mascarillas para niños de entre 3 y 12 años


http://emssolutionsint.blogspot.com/2020/05/mascarillas-higienicas-no-reutilizables.html


MADRID, 9 Feb. (EDIZIONES) -

¿Cuántas personas han ido al médico o han llevado a sus hijos pequeños al pediatra porque tienen mucha tos y ésta es muy molesta? Muchísimas, seguro que casi todos lo hemos hecho alguna vez. Lo que pasa es que no somos conscientes, como molesta, de que es buena, de que es parte de un mecanismo de defensa del cuerpo que pasará cuando el proceso mejore.


Cómo usar cubiertas (tapabocas) contra el Covid-19 CORONAVIRUS de tela para la cara by CDC

https://emssolutionsint.blogspot.com/2020/04/como-usar-cubiertas-tapabocas-contra-el.html

"La tos es un mecanismo reflejo mediante el cual las vías respiratorias tratan de protegerse contra partículas o sustancias irritantes. Es un síntoma muy frecuente en las infecciones y otras enfermedades, casi siempre, respiratorias. También se produce cuando entra algún objeto extraño en el árbol respiratorio para intentar expulsarlo", explica el doctor Mario Bárcena, miembro del grupo de trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española Médicos Generales y de Familias (SEMG).

En una entrevista con Infosalus, este especialista indica que en el organismo existen mecanismos de defensa que nos avisan de cuando algo no va bien para intentar huir o poner remedio, y la tos es uno de ellos. La causa más frecuente de tos, según precisa el miembro de la SEMG, son las infecciones respiratorias como el resfriado o catarro común.

"Es habitual que la tos de un catarro pueda durar 2 o 3 semanas. Otras causas relativamente frecuentes pueden ser la bronquitis aguda, el goteo postnasal del moco de la nariz hacia la garganta, las neumonías, las sinusitis, o las alergias. También hay enfermedades crónicas en las que la tos es un síntoma importante como el asma, la EPOC, y otras enfermedades pulmonares, así como el reflujo ácido del estómago que sube hasta la garganta. Por último, la tos también puede ser un efecto secundario a la toma de algunos medicamentos para el tratamiento de la hipertensión arterial", detalla el especialista.

A su vez, recuerda que fumar produce tos y en cualquiera de las enfermedades anteriores el tabaco empeora la tos. "La tos es el motivo más frecuente en las consultas de atención primaria", recuerda el doctor.

Según concreta, la tos se puede clasificar según su duración en 'aguda', la que dura menos de 4 semanas, y en 'crónica', que dura más de 8 semanas. "Cuando dura entre 4 y 8 semanas nos referimos a ella como 'tos subaguda'. Según el tipo de tos la clasificaremos en 'tos seca' o 'irritativa' y en 'tos húmeda' o 'productiva'. Sobre todo, la tos seca puede llegar a ser muy molesta y alterar la vida diaria y el sueño de quien la padece y de los que lo rodean. La tos productiva se acompaña de producción de secreciones o flemas que se pueden tragar o expulsar en forma de esputos", describe el doctor Bárcena.

Sobre el tratamiento, dice que éste es diferente según cuál sea la causa de la tos. Eso sí, destaca que, en todos los casos es necesario dejar de fumar. "Cuando la causa se debe a una enfermedad crónica conocida es preciso tratar la causa que la origina, así en el asma o en la EPOC habrá que utilizar inhaladores, en el reflujo del ácido del estómago medicamentos que disminuyan la acidez, o en las neumonías el antibiótico adecuado", apostilla.

En cuanto a la tos seca aguda más frecuente, que se debe al resfriado o catarro común, y que es una infección respiratoria causada por un virus y que dura unos pocos días con o sin tratamiento, el médico general y de familia advierte de que no siempre es fácil valorar la eficacia de los fármacos indicados para estas situaciones, los llamados 'antitusígenos' (nunca para los menores de 2 años), ni tampoco los 'remedios caseros'. Eso sí, Bárcena reconoce que los tratamientos para la tos no curan la enfermedad, pero pueden ayudar a que ésta sea menos molesta.


"En general si la tos no es muy intensa no es conveniente utilizar fármacos, ya que como queda dicho, se trata de un mecanismo defensivo de nuestro organismo, pero cuando es muy intensa y molesta se puede tratar con fármacos u otras medidas. Tampoco debe tratarse con antitusivo la tos productiva que ocasiona gran cantidad de secreciones, ya que al cortar la tos existe el peligro que las flemas se acumulen y se faciliten las infecciones. Esta contraindicación no afecta a toses secas que frecuentemente coexisten con una pequeña cantidad de producción de flemas", asevera el especialista.

Sobre el color verde de las flemas, el miembro de SEMG llama la atención sobre el hecho de que esto no diferencia si se trata de una infección vírica o bacteriana, y por tanto el que sean verdes no quiere decir que se precise de un tratamiento con antibióticos, sólo eficaces en las infecciones bacterianas.

Entre los remedios caseros más habituales para tratar la tos menciona a la miel (nunca en menores de un año) antes de dormir (después lavarse los dientes por su elevado nivel de azúcares); la hidratación con agua y caldos tibios, no muy calientes; humidificar el ambiente, mejor utilizar los vaporizadores que no calienten el agua, necesitan de limpieza cuidadosa para evitar contaminaciones por gérmenes, y no es bueno una humedad excesiva; evitar siempre el humo del tabaco.

En cuanto a por qué la tos es más frecuente por la noche, el doctor Bárcena explica que al estar tumbado se favorece que el moco nasal discurra por la pared posterior de la garganta irritando y provocando tos, y además, en posición horizontal la secreciones de los bronquios se expulsan con más dificultad. "Se debe también a que influye el ritmo circadiano. Se sabe que de madrugada los bronquios se contraen más, lo que ocasiona que la tos sea más intensa por la noche independientemente de la postura. La tos crónica de predominio nocturno es un síntoma del asma igual en niños que en adultos", resalta.

En cuanto a si es útil el truco de abrir la ventana para que se calme la tos con el frío, indica que en los niños con laringotraqueitis leve, que cursa con tos 'perruna' o estridor no intenso, se puede obtener algo de mejoría, sin que haya certeza de por qué ocurre. En todo caso si se realiza, hay que abrigar bien al niño y no estar mucho rato (5-10 minutos).

Acerca del famoso truco de la cebolla en un plato en la mesita de noche, Bárcena aclara que no existen estudios que demuestren que ésta calme la tos. "En todo caso tampoco parece que sea perjudicial", sostiene.

A TENER EN CUENTA
Finalmente, el doctor Bárcena avisa de que la tos además de ser un mecanismo defensivo también es el mejor método que tienen los virus y los microbios para propagarse. "Es muy importante evitar en lo posible la propagación por las gotitas que expulsamos al toser, por lo que es aconsejable tapar la boca al toser con un pañuelo y en caso de que no sea posible deberemos tapar la boca con la cara interna del antebrazo o el codo, no debiendo utilizar la mano para cubrir la boca ya que a través de la mano es más fácil que contagiemos a otras personas. En todo caso hay que lavarse las manos con frecuencia", indica.

Dada la gran cantidad de productos y combinaciones de fármacos que existen para tratar la tos y los catarros, el miembro de SEMG ve importante fijarse siempre en los componentes, para evitar duplicidades, y en los excipientes como la sacarosa en caso de ser diabético, o valorar que algunos jarabes y soluciones pueden llevar alcohol. "Es muy importante guardar fuera del alcance de los niños los antitusígenos, ya que su ingesta no supervisada supone una de las principales causas de intoxicaciones en la infancia", concluye.



Introducción

La tos es un reflejo que mantiene despejada la garganta y las vías respiratorias. Aunque puede ser molesta, la tos ayuda al cuerpo a curarse o protegerse. La tos puede ser aguda o crónica. La tos aguda comienza súbitamente y no suele durar más de 2 o 3 semanas. Los cuadros agudos de tos son los que se adquieren frecuentemente con un resfrío, una gripe o bronquitis aguda. La tos crónica dura más de 2 o 3 semanas. Las causas de la tos crónica incluyen:
El agua puede ayudar a mejorar la tos - ya sea que la ingiera o que la agregue al ambiente con un inyector de vapor o un vaporizador. Si tiene un refrío o la gripe, los antihistamínicos pueden dar mejores resultados que los medicamentos para la tos sin receta médica. Niños menores de 4 años no deben recibir medicamentos para la tos. Para niños mayores de 4 años, sea precavido y lea cuidadosamente las indicaciones.

Comience aquí

  • Tos (Enciclopedia Médica)También en inglés
  • Tos (Clínica Mayo)También en inglés
  • Tos Desde los Institutos Nacionales de la Salud (Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre)También en inglés

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Cómo usar las mascarillas para protegerse del coronavirus correctamente La venta de mascarillas está llegando a niveles máximos debido a la expansión del coronavirus por el mundo.
La venta de mascarillas está llegando a niveles máximos debido a la expansión del coronavirus por el mundo. Parece que en ningún rincón del planeta nos podremos proteger de este virus potencialmente mortal. Las mascarillas y los geles desinfectantes son la única arma que la población posee para poder hacer frente al contagio masivo de esta enfermedad. No todas las mascarillas son iguales, ni protegen de la misma forma. Hay que tener muy claro el tipo de mascarilla y la forma de colocársela para que sea efectiva. Toma nota de todo lo que necesitas saber para protegerte del coronavirus.
Coronavirus: Qué tipo de mascarilla protege
Ir por la calle con la mascarilla no evitará nada. Solo el personal sanitario y las personas que atiende a los infectados debe colocársela. De esta manera evitará el virus pueda afectarle, aunque no son del todo seguras.
Las mascarillas tipo FFP3 son las únicas que protegen frente a venenos, tóxicos, aerosoles y humo. Según el Ministerio de Sanidad este modelo o el FFP2 son los más recomendables para poder hacer frente al coronavirus, las demás marcas o modelos no son efectivos.
La FFP3 tiene una barrera de protección de un 98% y el modelo FFP2 de menos de un 92%. Aunque siempre existe el miedo al contagio y haya un porcentaje bajo de que el coronavirus nos afecte, este tipo de mascarillas son las únicas que garantizan una cierta efectividad. Los demás modelos no sirven para nada.


Cómo ponerse la mascarilla para protegerse del coronavirus
  • El primer paso para ponerse la mascarilla es lavarse correctamente las manos. Desinfectaremos bien este elemento antes de ponernos la mascarilla, de lo contrario podemos estar generando un contagio inminente. Lavamos las manos con desinfectante, alcohol o agua y jabón.
  • Se debe cubrir la boca y la nariz. No debe quedar ningún espacio entre la cara y la máscara o dejaremos entrar cualquier elemento negativo. Se recomienda no tocar la mascarilla mientras se usa. Si la tocamos nos volveremos a lavar las manos antes.
  • La mascarilla se cambiará cuando esté húmeda y nunca se debe reutilizar. Se desechará para volver a empezar el proceso de lavarse las manos y colocarse la nueva. Se quita por detrás y no se toca la parte delantera.
A continuación, nos lavamos las manos de nuevo, desinfectamos y ponemos una nueva mascarilla. Solo de esta manera conseguiremos evitar el contagio o minimizaremos al máximo cualquier riesgo frente al coronavirus.

Recuerda: Las hashtagmascarillas quirúrgicas solo evitan que las gotas con virus salgan al exterior. "No están diseñadas para proteger de fuera hacia dentro, solo protegen de dentro hacia fuera", remarca el Dr. Lorenzo Armenteros. No sirven, por tanto, para protegerse del ambiente, pero son útiles para evitar la diseminación del virus, que este no salga. Más información sobre los diferentes tipos de mascarillas que existen y sus utilidades ante el hashtagCOVID19


Mascarillas contra el coronavirus: cuáles protegen, cuáles no y cómo usarlas

Existen distintos tipos de mascarillas, pero no todas protegen del mismo modo ni en el mismo grado contra el coronavirus Las autoridades piden ponérselas solo cuando sea necesario, y priorizar el uso por parte del personal sanitario Eva San Martín 23/03/2020 - 23:57h

Las mascarillas se han convertido en la imagen icónica de la crisis del coronavirus. Pero no todas son iguales ni protegen del mismo modo. ¿Qué diferencia hay entre las mascarillas quirúrgicas y las que tienen válvula? ¿Sirve para algo hacerse una mascarilla casera, de papel higiénico o con tela, como las que se ven en muchos tutoriales han surgido durante la pandemia?
Es más: ¿deberíamos usar mascarillas para bajar al supermercado y frenar la diseminación del coronavirus, o es contraproducente? Hablamos con el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) para despejar todas las dudas

¿Por qué las mascarillas nos protegen?

El coronavirus se contagia, sobre todo,a través del contacto con las gotas respiratorias que se generan cuando una persona enferma tose, estornuda o habla. "El mayor riesgo de contagio está en la producción de gotas, como las de saliva, que contengan el coronavirus", explica Lorenzo Armenteros, médico y portavoz de la SEMG, que participa en la elaboración de los protocolos del Ministerio de Sanidad para frenar la expansión de la pandemia.
Primero, cuando estas gotas quedan en alguna superficie, entramos en contacto con ellas y después nos tocamos la nariz, los ojos o la boca. Por eso hay que lavarse de forma correcta las manos con agua y jabón, o con una solución hidroalcohólica, y con frecuencia: se recomienda frotarlas durante unos 20 segundos. Pero el coronavirus también se transmite por el aire, "porque cuando estornudamos, tosemos o hablamos se desprenden gotas", explica Armenteros.
No obstante, estas gotas alcanzan una distancia máxima de un metro. Por eso hay que respetar esta distancia de seguridad entre personas o superior, como recomienda el Centro de Enfermedades Infecciosas (CDC, por sus siglas en inglés) de Atlanta. Ahora bien, el uso de mascarillas o cubrecaras también puede frenar el contagio.
Por un lado, si estamos enfermos (aunque no tengamos síntomas) se evita que las gotas con coronavirus salgan al exterior, y también su diseminación. Por otro, nos protege de las gotas de saliva de otra persona y evita que nos llevemos las manos a la boca. Pero ni todas valen ni todas son igual de efectivas en estas tareas.

Tipos de mascarillas

1. Mascarillas quirúrgicas

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Se han convertido en un icono de la pandemia. Su venta en España se ha disparado un 10.000% con respecto a 2019, según la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (Fedifar), lo que las hace muy difíciles, casi imposibles de encontrar en farmacias. Lo que ha provocado un peligroso déficit de mascarillas incluso entre el personal sanitario. Cubren la boca y la nariz, y están fabricadas con sustancias de polipropileno, un polímero parecido a la celulosa vegetal, o de celulosa.
Es decir, no deja de ser una mascarilla de papel de diferentes capas, normalmente tres. A veces cuentan con una capa de material plástico para minimizar la salida de gotas, o pueden tener filtros; y las hay planas o redondeadas y algo más rígidas. No están hechas para proteger de aerosoles, pero sí pueden constituir una barrera para esas gotas de saliva que suelen desprenderse con la tos, al hablar o en un estornudo.
Solo evitan que las gotas con virus salgan al exterior. "No están diseñadas para proteger de fuera hacia dentro, solo protegen de dentro hacia fuera", remarca Armenteros. No sirven, por tanto, para protegerse del ambiente, pero son útiles para evitar la diseminación del virus, que este no salga.
Si la mascarilla quirúrgica tiene una parte impermeable, poco porosa, sí puede evitar que entren las gotas más grandes. Y si dos personas las llevan, ambas evitan esa posible diseminación. "Por eso, en el ámbito médico, si tanto el paciente como el personal sanitario la llevan, sí habrá una protección", afirma Armenteros.
Debido a la falta de mascarillas de mayor calidad o garantía, los protocolos sanitarios actuales de atención inicial al paciente del Ministerio de Sanidad, así como los que preparan las comunidades autónomas, recomiendan que tanto el personal sanitario como el paciente usen mascarillas quirúrgicas. Esto es así siempre que no haya aparatos de respiración o nebulizadores activados. "Una opción no tan segura como las mascarillas autofiltrantes FFP2 o FFP3, pero sí necesaria porque carecemos de otro método de protección", admite Armenteros.

2. Mascarillas filtrantes


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FFP2
Se conocen como FFP (filtering face piece) y contienen un filtro de micropartículas que impide la circulación del virus de fuera hacia dentro. Su finalidad es proteger a quien la lleva puesta. Existen tres tipos, según la eficacia de su filtro:
  1. las FFP1, que filtran el 78% del aire
  2. lasFFP2, el 92%
  3. FFP3, las más eficaces, el 98%. Algunas tienen una válvula de exhalación para reducir la humedad en el interior de la mascarilla.
Las mascarillas FFP2 y FFP3 sí impiden la entrada del coronavirus; pero escasean incluso en los centros sanitarios, y hay desabastecimiento. "Lo ideal sería que el personal sanitario y las personas con contacto con una persona enferma lleven la FFP2; pero puesto que hay déficit, los protocolos de recepción de pacientes señalan que tanto el paciente como la persona que lo atiende lleven mascarillas quirúrgicas", apunta Armenteros.
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FFP2
Cuando se aplican técnicas ventilatorias, como las utilizadas con respiradores o nebulizadores, sí es obligatorio usar el FFP2 o FFP3. Las FFP2 y las FFP3 protegen contra el coronavirus, pero por solidaridad y para no colapsar el sistema debe usarlas solo el personal sanitario y de mayor riesgo, recuerdan las autoridades. Hay que evitar comprarlas y más aún acapararlas en casa.

3. Mascarillas caseras: de papel higiénico o de tela

Las mascarillas caseras hechas con papel higiénico, tela u otros tejidos no están médicamente comprobadas, ni autorizadas. "Son actos de muy buena voluntad, pero no ofrecen garantías más allá de constituir una barrera protectora para determinadas gotas", recuerda el médico. Tienen poca acción protectora: la que apenas ofrecería un pañuelo de papel o de tela, porque no son más que eso.

4. Mascarillas contra gases y vapores
























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Tienen la misma capacidad que una mascarilla quirúrgica. Están pensadas para sustancias tóxicas como la pintura y los aerosoles, pero no para frenar la inhalación ni exhalación de microorganismos como el coronavirus. Para esto solo sirven las FFP2 y las FFP3.

Preguntas frecuentes sobre las mascarillas

Si bajo a comprar, ¿me pongo la mascarilla?

Las mascarillas quirúrgicas pueden ser útiles para evitar la diseminación del virus porque evitan que salgan al exterior. Se puede usar si vas al supermercado o si vas a la farmacia, ya que podemos ser un vector sin saberlo, por ejemplo, asintomático, y evita la posibilidad de contaminar superficies. Pero, una vez más, no protegen de fuera hacia dentro. 

¿Las mascarillas se pueden lavar y reutilizar?

No, las mascarillas quirúrgicas no son lavables. Al ser de celulosa, si las lavamos, pierden las características del filtro y se desharían. Las mascarillas filtrantes sí pueden reutilizarse si las mantenemos en buenas condiciones higiénicas, igual que las que protegen contra los gases. Las de tela, aunque menos eficaces, sí se podrían lavar con una solución de lejía, pero no son aconsejables.

¿Cómo hay que ponerse una mascarilla?

De utilizarlas, hay que ajustarlas muy bien a la nariz, de forma que tapen la nariz y la boca. Y si son de atar, hay que fijarlas a la nuca lo más fuerte posible para que se ajusten bien. La mayoría de las que vemos se colocan con dos gomas detrás de las orejas y dejan muchos espacios; aunque cumplen el objetivo de proteger de dentro a fuera.























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Fuente: Consejería de Salud de La Rioja
Finalmente Armenteros hace un llamamiento: ante una situación tan compleja como la que vivimos, y mientras continúe el déficit, dejemos las mascarillas al personal que está en mayor peligro, sobre todo el personal sanitario. "No podemos correr el riesgo de que aumenten las bajas y las cuarentenas entre el personal sanitario. Por eso, el uso de mascarillas debe ser siempre a favor del personal que está en primera línea de lucha contra la pandemia", señala. 
Cómo emplear correctamente los guantes cuando vamos a la farmacia o al supermercado
Eva San Martín 
24/03/2020 - 23:55h

Nos los ponemos para hacer la compra o bajar a la farmacia. Y muchos mensajeros o conductores de mercancía los llevan durante el reparto, y con ellos puestos distribuyen los paquetes, pero también cogen dinero. Además de usar mascarillas (no siempre bien, como te contábamos hace unos días), con los guantes buscamos protegernos del coronavirus y evitar que nuestra piel entre en contacto con este patógeno que está dejando miles de muertos en España.

Pero la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) advierte que puede que estemos logrando justo lo contrario. Según su portavoz, Lorenzo Armenteros, "en lugar de protegernos, el mal uso generalizado que se está haciendo de los guantes durante esta crisis está ayudando más bien a diseminar y expandir aún más el virus". Lo mismo asegura la viróloga Lindsay Broadbent en un artículo en The Guardian: "los guantes funcionan solo si los reemplazas y los lavas con la misma meticulosidad con que te lavas y desinfectas las manos. De lo contrario, son como una segunda piel".


Y también en este sentido, la Organización Colegial de Enfermería advierte a la población del riesgo de contaminación por coronavirus si los guantes desechables no se emplean correctamente. Dentro de la campaña de difusión de materiales dirigidos a la población, esta vez el Consejo General de Enfermería y toda su Organización Colegial han difundido un vídeo en el que paso a paso, un total de diez, se explica cómo deben utilizarse los guantes.

Para la SEMG no está tan claro que los guantes protejan siempre a quien los lleva. Sabemos que el virus se expande a través de gotas respiratorias que una persona contagiada expulsa cuando tose, estornuda o habla; y que este patógeno infecta a otra persona al entrar en contacto con sus ojos, nariz o boca. Así, si tocas superficies sucias o contaminadas por el virus con los guantes y después te tocas la cara, de nada sirve llevarlos.

En este sentido, los guantes solo funcionan como una protección para quien los lleva, siempre que se cambien cada vez que toques una nueva superficie o los laves de forma tan metódica como hay que hacer con las manos: durante unos 20 segundos, y frotando bien. También los guantes de látex o de nitrilo que usan los médicos o el personal de laboratorio hay que reemplazarlos de forma regular, incluso cuando estos puedan desinfectarse con jabón o una solución alcohólica.

El mal uso de los guantes puede extender la pandemia
Armenteros tiene claro que no deberíamos usar guantes para salir a la calle, ir al supermercado o, digamos, acudir a la farmacia. El motivo: solo pueden proteger a quien los lleva y, por lo general, ayudan a expandir el coronavirus. Ocurre cuando vamos al súper durante la cuarentena con los guantes de látex puestos y hacemos la compra con relativa normalidad, como haríamos antes de la explosión de la pandemia.

Es decir, toqueteamos varios paquetes de cereales antes de escoger el que queremos; y después hacemos lo mismo, pongamos en caso, con los yogures, los botes de garbanzos y los paquetes de papel higiénico. La cuestión es que, si alguno de estos paquetes o envases estuviera contaminado por coronavirus, al tocarlo quedarán restos de este patógeno en los guantes.

Así, el virus se extenderá por todas las superficies que toquemos después. "El uso de guantes de esta manera es insolidario porque protege a quien los lleva, pero no a los demás, lo que hace es diseminar la pandemia", señala Armenteros. "Otro ejemplo típico de mal uso de los guantes", dice este médico, "que estamos viendo durante esta pandemia es el que hacen algunos repartidores o distribuidores de mercancías: conducen, dejan los paquetes e incluso recogen dinero con los mismos guantes".

Por este motivo, asegura el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, "están convirtiendo un supuesto elemento de protección individual en un componente infeccioso de mayor gravedad para los demás de lo que pudieran ser sus propias manos", ya que el guante actúa como vector de expansión del virus y a la vez da una falsa sensación de seguridad al repartidor, que evita de este modo tener que lavarse las manos con frecuencia como sí haría si las llevara descubiertas. Las manos limpias son la mejor barrera contra el virus.

Guantes de un solo uso
De hecho, estas manoplas de látex o de nitrilo se conocen en el ámbito sanitario como "guantes de un solo uso". Médicos, dentistas y enfermeros los usan para explorar a un paciente, pero inmediatamente después los tiran. Nunca los reutilizan. "Si nos los dejáramos puestos, el siguiente paciente se llevaría todo lo que hemos tocado del paciente anterior", explica Armenteros, para que se entienda por qué en presencia de patógenos los guantes protectores deben ser de un único uso; y hay que cambiarlos después de cada acción que se realice con ellos.

De ahí que, señala, el mejor modo de evitar que nuestras manos se conviertan en un vehículo de contagio del coronavirus sea lavarlas. Si en lugar de llevar guantes, el repartidor se limpiase las manos después de cada entrega, "estaríamos erradicando mucho más la transmisión del virus", afirma el portavoz de SEMG.

Lo mismo vale para cuando hacemos la compra: hay que evitar tocar con guantes (tampoco con las manos) envases o paquetes que no vayamos a llevarnos. De hecho, en muchos comercios nos obligan a ponernos guantes de plástico desechables que luego van a la cesa de desperdicios; una sabia decisión. De nuevo la mejor estrategia es lavarnos bien las manos después para eliminar por completo cualquier sustancia patógena que haya podido quedar en la piel.


https://www.eldiario.es/consumoclaro/cuidarse/peligroso-ponernos-guantes-supermercado_0_1008950092.html








COVID-19: WHY WE SHOULD ALL WEAR MASKS — THERE IS NEW SCIENTIFIC RATIONALE
by Sui Huang

Mar 27 · 12 min read

The official recommendation in the United States (and other Western countries) that the public should not wear face masks was motivated by the need to save respirator masks for health care workers. There is no scientific support for the statement that masks worn by non-professionals are “not effective”. In contrary, in view of the stated goal to “flatten the curve”, any additional, however partial reduction of transmission would be welcome — even by surgical masks or home-made (DIY) masks, which would not exacerbate the supply problem. The latest biological findings on SARS-Cov-2 viral entry into human tissue and cough-droplet ballistics suggest that the major transmission mechanism are not fine aerosols but large droplets, and thus, warrant the wearing of surgical masks by everyone.
The surgeon general tweeted: “STOP BUYING MASK, they are not effective…”. The Center for Disease Controls (CDC) states that surgical masks offer far less protection than the N95 respirator masks (which also must be perfectly fitted and only professionals can do it). The CDC recommends that healthy persons should not wear masks at all, only the sick ones. These guidelines are not rooted in scientific rationales but were motivated by the need to save the valuable masks for health professionals in view of a shortage. But they may have had unintended consequences: stigmatizing those that wear masks in the public (you are a hoarder, or you are contagious!)
Contrast this with the cultural habit, the encouragement, or even mandate to wear masks in Asian countries — which have now “flattened the curve” or even have had a flatter curve from the beginning.
Sure, surgical masks, and improperly worn N95 respirator masks, do not offer perfect protection. But if the stated goal is to “flatten” the curve (as opposed to eradication of the virus), we have to abandon the black-and-white thinking, and embrace shades of grey. We cannot any longer claim that masks “are not effective”. We cannot allow the perfect to be the enemy of the good. What if a however partial protection afforded by leaky surgical or even self-made masks reduces transmission probability to an extent that is similar to that of the recommended (equally imperfect) distancing by more than 6 feet from each other or “not touching your face”? It could then double the impact of non-pharmacological intervention (NPI) on flattening the curve (FIG. 1).

FIGURE 1. “Flattening the curve”. Effect of mitigating interventions that would decrease the initial reproduction rate R0 by 50% when implemented at day 25. Red curve is the course of numbers of infected individuals (”case”) without intervention. Green curve reflects the changed (”flattened”) curve after intervention. Day 0 (March 3, 2020) is the time at which 100 cases of infections were confirmed (d100 = 0). The model is only for illustration and was performed in the SEIR-model simulator (http://gabgoh.github.io/COVID/index.html). The non-intervention model was fitted to these data points: a time period of twenty days in which the number of cases in the United States has risen from 100 (d100=0) to 35,000 (d100=20). Standard parameters were used (population size 330 M, Tinc=5.2 days, Tinf = 3.0 days but with the rather high value R0=5.6 in order to achieve the observed rate of increase of case numbers in the U.S. The curves are redrawn not to scale.
Since the CDC provides no scientific evidence for its statement that masks worn by the public “are not effective”, here we review the scientific support for protection conferred by surgical masks. We focus on mechanistic rationale (as opposed to epidemiological-phenomenological evidence). We conclude, by considering cough droplet ballistics and the latest research findings on the biology of transmission of the SARS-CoV2 virus (which causes COVID-19) that any physical barrier, as provided even by make-shift masks, may substantially reduce the spread of COVID 19. If we are soon to yield to the pressure to loosen lockdowns and allow limited social interactions to revive the economy, then public masks should have a role and could facilitate a middle-of-the-road approach.
The official recommendation by CDC, FDA and others that masks worn by the non-health-care professionals are ineffective is incorrect at three levels: In the logic, in the mechanics of transmission, and in the biology of viral entry.
I. THE LOGIC
Of course no mask, be it the tight-fitting NIOSH approved N95 respirator mask or the loosely worn surgical mask, provide perfect (“100%”) protection. But imperfect protection does not mean “completely useless”, much as a glass not full need not be empty: I would gladly accept a glass of water filled to 60 % when I am thirsty. Absence of evidence (of protection) is not evidence of absence. But in our binary world, the official message that surgical masks are “not effective” may have sent the wrong message: that they are absolutely useless. Sadly, with the black-and-white picture painted by officials, the discussion about the effectiveness of masks has been stifled, and with it the possibility of incentivizing industry to ramp up production of these 75 cents-a-piece protective devices.
But with the declared goal to “flatten the curve” (and not to totally eliminate the virus) we have a “relative” as opposed to absolute goal, which places the notion of “partial protection” in a new light. In principle, one could compute the extent Y of flattening of the curve given a partial protection by X % as conferred by mask. But for that we need to first understand the mechanics and biology of transmission in detail.
II. THE MECHANICS
How viruses that cause airborne diseases are carried by droplets from person to person is a complicated, understudied matter. Droplets can (for this discussion) be crudely divided in two large categories based on size (FIG. 2):

FiIGURE 2. Droplet larger than aerosols, when exhaled (at velocity of <1m 1.5="" at="" away.="" coughing="" droplets="" especially="" evaporate="" expelled="" fall="" ground="" high="" larger="" less="" m="" or="" s="" sneezing="" than="" the="" through="" to="" velocity="" when=""> 0.1 micrometers), can be carried by the jet more than 2m or 6m, respectively, away.
(a) Droplets below a diameter of 10 um (micrometer), the upper size limit for the definition of ‘aerosol’ (particles so light as to be able to float in the air). For brevity, let us call this category “aerosols”. These small aerosols are carried by ventilation or by winds and thus can travel across rooms. What makes N95 facial masks different from the surgical masks is that the former are designed (as per regulatory requirement) to stop aerosols: they have to filter out 95% of droplets smaller than 0.3 um.
(b) Droplets larger than 10um (micrometer), reaching 100um or more. Let us call these large particles “spray droplets” here. (For a more detailed discussion, see Nicas and Jones, 2009). Of course, droplets can be even larger, up to a size visible to the naked eye in the spray generated by coughing or sneezing (0.1 um diameter to above). Calculations by Xie et al suggest that if exhaled, the >0.1 um droplets may evaporate or fall to a surface within 2m, depending on size, air humidity and temperature. But coughing or sneezing can shoot them like projectiles out of the mouth with a “muzzle velocity” of 50 meters/second (for sneezing) or 10 m/s (for coughing), and droplets can reach distances as far as 6m away. If so, then the much mentioned “safe distance” of 6 feet in social encounters may not suffice — except you wear a (simple) mask –more on that later.
Here is the central biological implication of the distinction between aerosols and spray droplets: For airborne particles to be inspired and reach deep into the lung, through all the air ducts down to the alveolar cells where gas-exchange takes place, it has to be small (FIG. 3): only droplets below 10 micrometer diameter can reach the alveolae. By contrast, the large spray droplets get stuck in the nose and throat (the naso-pharyngeal space) and in the upper air ducts of the lung, trachea and large bronchia. The droplets of a typical cough expulsion have a size distribution such that approximately half of the droplet are in the categories of aerosols, albeit they collectively represent only less than 1/100,000 of the expelled volume (Nicas et al 2005).

FIGURE 3. Anatomy of airways and where droplets can end up, depending to their size and what droplets are blocked by what masks
Itthus follows that the sophisticated N95 masks, designed to filter out the smallest particles, help to prevent droplets from carrying the virus down to the alveolae. But is this really relevant for flattening the curve? We shall see below. By contrast, it is plausible that the large droplets that end up in the nasopharynx can be stopped by any physical barrier, such as simpler surgical or dust masks.
Of course many aerosol droplets in the exhalation or cough spray may not contain the virus, but some will do. In the case of the SARS-Cov-2 virus it is not known what the minimal infectious load is (number of viral particles needed to start the pathogenesis cascade that causes a clinical disease). But we begin to appreciate whether the small aerosol or large projectile droplets are more relevant.
The tacit notion at the CDC that the alveolae are the destination site for droplets to deliver the virus load (the alveolae are after all the anatomical site of life-threatening pneumonia), has elevated the apparent importance of N95 masks and led to the dismissal of surgical masks. Nuances do not translate to the lay people (as well as many arm chair experts) who now, owing to message binarization, think that masks are useless.
Even with respect to the small aerosols we must not forget that the partial filtering provided by surgical masks is better than nothing. In an experimental simulation of the filtering capacity of masks in 2008, van der Sande and her colleagues in the Netherlands compared the ability of three masks: (i) home-made (DYI) of tea cloth, (ii) standard surgical masks and (iii) FFP2, the European equivalent of N95 masks, with respect to their ability to stop small aerosols in the range 0.2 to 1 um –droplets that reach the lower lung.

FIGURE 4
What the authors found for inward protection warrants some questioning of CDC’s message that surgical masks are “not effective”: While FFP2 (or N95) masks indeed filtered out >99% of particles (thus, reducing the aerosol load by 100-fold), the surgical masks lowered the number of aerosol droplets behind the mask still by a substantial 4-fold compared to outside of the mask. It is plausible that for larger spray droplets from cough expulsions the difference between surgical masks and the F95 respirator masks would be even smaller. Interestingly, for outward protection, the effectiveness and differences are much smaller (see numbers in the FIG. 5).

FIGURE 5. Filtering effect for small droplets (aerosols) by various masks; home-made of tea cloth, surgical mask (3M “Tie-on”) and a FFP2 (N95) respirator mask. The numbers are scaled to the reference of 100 (source of droplets) for illustrative purposes, calculated from the PF (protection factor) values in Table 2 of van der Sande et al, 2007. Measurement was performed with a Portacount counter that registers particles in the air with sizes in the range between 0.02 and 1 micrometer at the end of a 3-hour wearing period with no physical activity. The number for the protection are medians of 7 (or 8) adult volunteers per group. Protection at the beginning of the test was similar for the Tea Cloth and Surgical mask, but for FFP2 the protection was double. Children experienced substantially less protection (see van der Sande et al 2007)
These results raise the urgent question: If all we want is to mitigate the pandemic, that is, to “flatten the curve”, how much does a 4-fold reduction of particles that reach the lungs decrease transmission from person to person? Intuition suggests that even an imperfect mask may offer some protection that is at least in the range of the recommended separation by more than 6 feet in social interactions or wasing hands or not touching your face — all recommendation based on mechanistic plausibility without strong epidemiological support.
Technically, one could quantify by how much the reduction by 4-fold of the droplets that a person is exposed to, as achieved by surgical masks, or by 3-fold, as achieved by makeshift tea-cloth masks, contributes to a reduction of the “reproduction rate” from the initial R0 to the effective Rt after mitigation intervention at time t. Perhaps by 25%? Then one could, using SEIR-epidemiological models, compute to what extent a partial reduction of R would substantially flatten the curve –to the desired extent to avoid overwhelming the health care system (see Figure 1).
But such “bottom up” calculation of R is complicated because it would require knowledge of many mechanistic factors that are not easy to quantify. For instance, we do not know to what proportion COVID-19 is transmitted via large spray droplets vs. small aerosols. Only in the latter case will the advantage of N95 respirator masks over surgical masks be fully realized! We also do not know how much social distancing alone contributes to reducing R.
Thus, let us have a look at the actual biology of transmission which offers a way out of this problem and has also not been considered by officials who claimed that “surgical masks are not effective”.
III. THE BIOLOGY
The SARS-Cov-2 virus, like any virus, must dock onto human cells using a key-lock principle, in which the virus presents the key and the cell the lock that is complementary to the key to enter the cell and replicate. For the SARS-Cov-2 virus, the viral surface protein “Spike protein S” is the “key” and it must fit snugly into the “lock” protein that is expressed (=molecularly presented) on the surface of the host cells. The cellular lock protein that the SARS-Cov-2 virus uses is the ACE2 protein FIG 6).
This cell surface enzyme normally has a cardio-pulmonal protective function. ACE2 is expressed at higher levels in the elderly, in people with chronic heart failure or with pulmonary or systemic arterial hypertension. (Note that ACE2 expression is “rate –limiting” because other host proteins whose presence is also needed for the virus to enter the cells, such as proteases, are more abundantly and widely expressed). Certain blood pressure drugs (as now intensely discussed since hypertension is a risk factor for progression to ARDS and death in COVID-19), but also mechanical stress from ventilation, ironically, can increase the expression of ACE2.

Figure 6. The SARS-Cov-2 enters the host cell by docking with its Spike protein to the ACE2 (blue) protein in cell surfaces.
Surprisingly, ACE2 expression in the lung is very low: it is limited to a few molecules per cell in the alveolar cells (AT2 cells) deep in the lung. But a just published paper by the Human Cell Atlas (HCA) consortium reports that ACE2 is highly expressed in some type of (secretory) cells of the inner nose! (FIG. 7).
Combine this fact with the above explanation of the mechanics: The nasal expression of ACE2 protein suggests that the SARS-Cov2 virus infects these cells. One can also infer that transmission of the SARS-Cov2 virus will occur largely via large cough or sneeze droplets, which comprise the vast portion of the sprayed liquid in cough/sneeze and will land in the nasopharynx due to their size — precisely where the molecular locks for the virus are present, allowing viral attachment and entry into the host cells. Obviously this route of transmission could be effectively blocked by simple physical barrier. (The proximal expression of ACE in the nasal cavity also supports the transmission by surface droplets — hence, indeed wash your hands).

FIGURE 7. Major route of viral entry is likely via large droplets that land in the nose — where expression of the viral entry receptor, ACE2 is highest. This is the transmission route that could be effectively blocked already by simple masks that provide a physical barrier.
In fact, Wölfel et al. now report that viral material can be readily detected and isolated from nasal swabs, unlike in the case of other airborne viral infections, such as the original SARS. Compared to SARS (which also uses ACE2 to enter cells) in the case of COVID-19, viral genomes (RNA) appear earlier in nasal swabs and at much higher concentration, such that detection is rather easy. In fact, the FDA just approved swabs for tests taken from just from the front of the nose through self-collection, instead of deep in the nasopharynx. The molecular analysis also show that the SARS-Cov2 virus is active and replicates already in the nasopharynx, unlike other respiratory viruses that dwell in deeper regions of the lung.
The viral replication in the nasopharygeal mucosa may also explain positive tests in the prodromal stage and transmission by healthy carriers, and perhaps the anosmia seen in early stages of COVID19. But this biology also means: avoiding large droplets, which cannot enter the lung anyway but land in the upper respiratory tracts, could be the most effective means to prevent infection. Therefore, surgical masks, perhaps even your ski-mask, bandanas or scarf, may afford more protection than portrayed by governmental official in their initial (understandable but unfortunate) recommendation against wearing of masks by the public in general. N95 respirator masks may offer relatively little additional protection than thought. (To be fair, the CDC suggests use of scarf by health care providers as last resort when no face masks are available).
From a practical and societal point of view, surgical or self-made masks, if handled properly, will at worst not hurt and may at best, help. (Make sure to discard or launder after use without touching the outward surface). These simpler, inexpensive masks may suffice to help to flatten the curve, perhaps a bit, perhaps substantially. Importantly: using them will not take away valuable N95 respirator masks from health care workers.
THE IMPLICATIONS
It would be tragic if the wrong logics and mechanics and biology, which has led Western governments to not encourage, if not stigmatize the wearing of masks, may have contributed to the steep rise of COVID-19. Given that the upper respiratory tract is the major site for SARS-Cov-2 entry into human tissues, wearing simple face masks which exert a barrier function that blocks those big projectile droplets that land in the nose or throat may substantially reduce the production rate R, to an extent that may be comparable to social distancing and washing hands. This would then double the effect of mitigation in “flattening the curve”!

Looking forward: if we are soon loosening the lockdown due to the political pressure to sustain the economy, perhaps encouraging face masks to be worn in the public would be a good compromise between total lockdown and total freedom that risks resurgence of the invisible enemy. There is now a robust scientific basis for putting an end to the officials’ anti-surgical mask hysteria and to recommend or even mandate a broad use of masks as in Asian countries that have bent the curve.







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