Endemia: una amenaza constante
Una enfermedad que tiene lugar con regularidad en determinadas regiones se denomina endémica. Cuando una enfermedad se vuelve endémica, el número de personas que se enferman permanece relativamente constante a lo largo del tiempo.
Asimismo, el número de casos es mayor que en otras áreas pero no aumenta con el tiempo. Durante un cierto período, aproximadamente la misma cantidad de personas contraen repetidamente la enfermedad.
Un ejemplo típico es la malaria, que afecta anualmente a 300 millones de personas en todo el mundo, mayormente en los trópicos.
Ya en mayo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) predijo que el coronavirus podría convertirse en un virus endémico. Desde entonces, las variantes delta y ómicron han demostrado cuán adaptable es el virus, al igual que la gripe. Endémico significa que tendremos que aprender a vivir con el virus en ciertas regiones y no desaparecerá.
Epidemia: solo en una región
La propagación de una enfermedad se denomina epidemia cuando ocurre con una frecuencia inusual en una determinada región y durante un período de tiempo limitado.
Cuando el número de casos de una enfermedad en esa región en particular supera el nivel esperado (endémico), se denomina epidemia. Cuando la incidencia de la enfermedad está localizada, a menudo se la denomina brote.
Una epidemia ocurre, por ejemplo, cuando cambia la virulencia de un patógeno en particular: un virus muta y se vuelve más contagioso.
Las epidemias también pueden tener lugar cuando las enfermedades se introducen por primera vez en un área determinada. El requisito previo es que una enfermedad se pueda transmitir de persona a persona.
Un viejo ejemplo es la viruela, que se introdujo en América con la llegada de los europeos a principios del siglo XVI. Debido a que la población indígena nunca antes había estado en contacto con los patógenos, su sistema inmunológico no pudo defenderse del virus.
Algunas proyecciones sugieren que hasta 90% de la población indígena de América fue víctima de la viruela.
Pandemia: propagación mundial
Si una enfermedad se propaga por países y continentes, los expertos se refieren a ella como una pandemia.
Esto significa sobre todo que el control exitoso de la enfermedad depende de la cooperación entre los sistemas de salud de diferentes países. No significa que una enfermedad sea particularmente peligrosa o mortal.
Según la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, las pandemias suelen ser causadas por patógenos o tipos de virus emergentes. Por ejemplo, pueden ser zoonosis, enfermedades que se transmiten de animales a humanos.
Si una enfermedad es nueva para los humanos, muy pocas personas serán inmunes al virus. Las vacunas tampoco están disponibles en este caso. Esto puede llevar a que un gran número de personas se contagien.
Cuán peligrosa o mortal es la enfermedad depende del virus específico y de la salud del individuo.
Incluso si, en términos porcentuales, una enfermedad es inofensiva en la mayoría de los casos, el número absoluto de enfermedades graves durante una pandemia puede ser muy alto. Esto es simplemente porque una gran cantidad de personas están infectadas con los patógenos en general.
Una enfermedad típica que asume repetidamente proporciones pandémicas es la influenza. La pandemia de influenza de 1918, también conocida como gripe española, mató entre 25 y 50 millones de personas, más que las víctimas que dejó la Primera Guerra Mundial. La gripe porcina, el virus H1N1, también provocó una pandemia en 2009.
Sin embargo, incluso durante una pandemia, áreas aisladas pueden salvarse de la enfermedad, por ejemplo, islas y montañas. Los viajes aéreos, sin embargo, favorecen la propagación de las pandemias.
"Epidemias” que no son reales
Los términos epidemia y pandemia normalmente se refieren a enfermedades infecciosas. No obstante, debido a que suponen la necesidad de una acción urgente, las enfermedades no transmisibles o los hábitos poco saludables a veces también se denominan epidemias.
Estrictamente hablando, esas formulaciones son metafóricas en esencia: "epidemia de diabetes" o "epidemia de opioides", por ejemplo.
El término incluso se ha utilizado para describir el aumento de la conducta delictiva en la sociedad. Los medios de comunicación se refieren a una "epidemia de violaciones", por ejemplo. Sin embargo, algunos señalan que este uso indebido de la palabra desvía la atención de la responsabilidad de los perpetradores.
(rr/er)