La historia de Stubby, el perro más condecorado de la Gran Guerra que salvó a su batallón de ataques y espías
Entre los reconocimientos de este boston bull terrier destacan la Medalla de Oro de los Estados Unidos, que le fue entregada por John J. Pershing, mejor conocido como Black Jack, el único militar estadounidense que alcanzó en vida el rango de general de los Ejércitos
Stubby, un veterano de la especie canina de 9 años. Ha pasado por la Guerra Mundial como mascota del Regimiento 102 Infantería, 26.ª División Yankee. Stubby visitó la Casa Blanca para visitar al presidente Coolidge. (Bettmann | Bettmann Archive)
De renombres o anónimos, los animales han sido protagonistas y héroes de las guerras que dejaron huella en el siglo XX:
desde cientos de palomas mensajeras para comunicar batallones hasta caballos usados para transportar heridos, la historia como la conocemos hoy sería diferente sin las hazañas de personajes como el sargento Stubby, el perro más condecorado de la Primera Guerra Mundial que salvó a su brigada de ataques con gas mostaza y espías alemanes
De acuerdo con el Museo Smithsoniano, la historia de Stubby comenzó mientras el mundo estaba polarizado por la Gran Guerra. Era 1917 y el soldado estadounidense J. Robert Conroy entrenaba para la guerra en los campos de la Universidad de Yale cuando encontró un cachorro con cola corta al que adoptó y nombró Stubby
Según se cuenta, el perro de raza boston bull terrier merodeaba los jardines del campus en Connecticut mientras los integrantes del Regimiento 102 de Infantería de la 26 División Yankee se ejercitaban y entrenaban para ir al frente.
La historia de Stubby, el perro más condecorado de la Gran Guerra que salvó a su batallón de ataques y espías
Entre los reconocimientos de este boston bull terrier destacan la Medalla de Oro de los Estados Unidos, que le fue entregada por John J. Pershing, mejor conocido como Black Jack, el único militar estadounidense que alcanzó en vida el rango de general de los Ejércitos
Por
Anayeli Tapia Sandoval
Stubby, un veterano de la especie canina de 9 años. Ha pasado por la Guerra Mundial como mascota del Regimiento 102 Infantería, 26.ª División Yankee. Stubby visitó la Casa Blanca para visitar al presidente Coolidge. (Bettmann | Bettmann Archive)
Stubby, un veterano de la especie canina de 9 años. Ha pasado por la Guerra Mundial como mascota del Regimiento 102 Infantería, 26.ª División Yankee. Stubby visitó la Casa Blanca para visitar al presidente Coolidge. (Bettmann | Bettmann Archive)
De renombres o anónimos, los animales han sido protagonistas y héroes de las guerras que dejaron huella en el siglo XX: desde cientos de palomas mensajeras para comunicar batallones hasta caballos usados para transportar heridos, la historia como la conocemos hoy sería diferente sin las hazañas de personajes como el sargento Stubby, el perro más condecorado de la Primera Guerra Mundial que salvó a su brigada de ataques con gas mostaza y espías alemanes.
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De acuerdo con el Museo Smithsoniano, la historia de Stubby comenzó mientras el mundo estaba polarizado por la Gran Guerra. Era 1917 y el soldado estadounidense J. Robert Conroy entrenaba para la guerra en los campos de la Universidad de Yale cuando encontró un cachorro con cola corta al que adoptó y nombró Stubby.
Según se cuenta, el perro de raza boston bull terrier merodeaba los jardines del campus en Connecticut mientras los integrantes del Regimiento 102 de Infantería de la 26 División Yankee se ejercitaban y entrenaban para ir al frente.
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Perro soldado
"Stubby", del Sargento William Ortiz, CT AVCRAD. (Foto: Sitio Web del Departamento Militar de Connecticut)
"Stubby", del Sargento William Ortiz, CT AVCRAD. (Foto: Sitio Web del Departamento Militar de Connecticut)
En octubre de 1917, seis meses después de que Estados Unidos decidió iniciar su participación en la Primera Guerra Mundial, la unidad recibió la instrucción de trasladarse a Francia. Los militares, ya encariñados con el can, decidieron llevárselo escondido en el depósito de carbón a bordo del barco SS Minnesota, sin imaginarse que años después sería toda una leyenda.
Previo al comienzo de la aventura, Stubby ya había aprendido a distinguir los toques de corneta, sabía hacer algunos ejercicios y hasta saludaba a los soldados al poner su pata derecha sobre su cabeza, por lo que al ser descubierto en el barco por el oficial al mando, éste permitió que se quedara y fuera la mascota oficial.
El Regimiento 102 de Infantería llegó al frente el 5 de febrero de 1918, y tan pronto arribaron a Chemin des Dames, al norte de Soissons, toda la tripulación tuvo que acostumbrarse al ruido de los rifles y de la artillería pesada.
Las semanas pasaron sin grandes complicaciones hasta que en el mes de abril la brigada tuvo la oportunidad de demostrar su valía en el ataque a la ciudad alemana de Schieprey, sin embargo, en este episodio Stubby sufriría su primera herida de guerra.
Stubby, que estaba entusiasmado, fue a la parte superior de la trinchera cuando de pronto los militares alemanes, que ya estaban haciendo su retirada, arrojaron una granada que le explotó en la pata, siendo enviado al hospital para su recuperación.
El sargento Stubby junto al general John J. Pershing, mejor conocido como Black Jack. (Colección de Harris & Ewing de la Librería del Congreso de Estados Unidos)
Una vez sano, Stubby regresó al frente. Como un “don”, su primera herida en la batalla lo volvió más sensible al mínimo rastro de gas, lo cual resultó bastante útil cuando las armas químicas hicieron su aparición en escena, pues el perro eracapaz de alertar a sus compañeros militares para que se pusieran a salvo.
Su capacidad auditiva también resultaba ventajosa y valiosa, pues era capaz de escuchar los silbidos de los obuses para avisar a las tropas que se pusieran en cubierto y con ello evitar bajas.
La mascota del Regimiento 102 también tenía la capacidad de localizar a los heridos entre las trincheras, llevándoles a los paramédicos o incluso ayudaba a regresar a los soldados perdidos.
Durante el episodio de Meuse-Argonne ―la ofensiva final de la Gran Guerra y que marcó la victoria de las fuerzas estadounidenses― el soldado Stubby puso a prueba su habilidad para distinguir idiomas, al atrapar a un espía
alemán que estaba escondido.
Según se narra en la página del Departamento Militar de Connecticut, el perro echó las orejas hacia atrás cuando escuchó que el hombre no hablaba inglés y comenzó a ladrar, por lo que el alemán intentó huir sin éxito, pues Stubby le dio alcance y lo mordió en las piernas, provocando que tropezara y cayera hasta quedar sometido.
Luego de este acto, el oficial al mando del 102 Regimiento recomendó a Stubby para ser ascendido a grado de sargento, convirtiéndose así en el primer perro en recibir un rango de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
La manta de los reconocimientos
Exposición "Museo Nacional de Historia Americana", en donde se exhibe la manta con las medallas del sargento Stubby. (Museo Smithsoniano)
Exposición "Museo Nacional de Historia Americana", en donde se exhibe la manta con las medallas del sargento Stubby. (Museo Smithsoniano)
Durante la reconquista del territorio Château-Thierry por el ejército estadounidense, las mujeres de la ciudad le hicieron a Stubby un abrigo de gamuza, que finalmente se convertiría en su bandera: sobre él reposaron tres franjas de servicio; el parche YD de la División Yankee; la medalla francesa de la Batalla de Verdún; la Medalla de la Primera Convención Animal de la Legión Americana Minneapolis, Minnesota, de noviembre de 1919; la medalla de veteranos de la Primera Guerra Mundial de New Heaven; la Gran Medalla de la campaña de St Mihiel; un Corazón Púrpura; la medalla de la campaña de Chateau Thierry; y su reconocimiento de la Legión Americana.
Durante los enfrentamientos contra los alemanes, Stubby logró confiscar una Cruz de Hierro, misma que usó en la parte trasera de su manta durante muchos años, pero que se fue desgastando con el tiempo.
Tras su regreso a Estados Unidos, Stubby se convirtió en toda una celebridad, marchando en diversos desfiles que se llevaron a cabo por diversas ciudades y que finalmente lo llevarían a conocer a tres presidentes: Woodrow Wilson, Calvin Coolidge y Warren G. Harding.
Para 1921 el general John J. Pershing, mejor conocido como Black Jack -quien obtuvo en vida el rango de general de los Ejércitos al igual que George Washington-, dio a Stubby la medalla de oro de la Humane Society of the United States (HSUS).
Luego de que J. Robert Conroy comenzara a asistir a la Universidad de Georgetown, Stubby se convirtió en la mascota del equipo de futbol americano (Georgetown Hoyas), animando al equipo y empujando la pelota en el medio tiempo para deleite de los aficionados.
Placa de Stubby en el Camino de Honor del Memorial de la Libertad en Kansas City. (Wikipedia Commons)
Placa de Stubby en el Camino de Honor del Memorial de la Libertad en Kansas City. (Wikipedia Commons)
Stubby murió a los 9 años de edad, en 1926, mientras dormía. Después de su muerte su cuerpo fue disecado y luego donado al museo Smithsoniano, en donde actualmente es exhibido junto a la paloma Cher Ami.
Tras su muerte, el periódico New York Times le dedicó un obituario de media página y también fue retratado por el artista del Capitolio, Charles Ayer Whipple.
En el 2006, durante el Día del Armisticio, fue colocada una placa con su nombre en el Camino de Honor del Memorial de la Libertad en Kansas City, en donde se lee: “Sargento Stubby un héroe canino de la I Guerra Mundial. Un vagabundo valiente”.
Finalmente, en el 2018 la productora Fun Academy Motion Pictures lanzó la película animada Stubby, un héroe muy especial, que narra su vida. El filme contó con la participación de actores como Logan Lerman, Helena Bonham Carter y Gérard Depardieu.
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