Desde Medicina Preventiva explican que no se trata de entrometerse en la estética sino de evitar riesgos para la salud
El uniforme de los profesionales sanitarios ha generado no pocos debates, tanto estéticos como prácticos y por cuestiones de higiene. Hace unas semanas el perfil en redes sociales de Enfermera Saturada recordaba lo inconveniente de acudir al centro de asistencia sanitaria ya vestido de casa, del mismo modo que volver a la vivienda con la ropa de trabajo, y a raíz de este comentario otros usuarios comentaban lo impropio sobre cuestiones como las uñas largas o pintadas, las joyas o el pelo suelto de las enfermeras.
Según ha explicado a Redacción Médica Adrián Aginagalde, vocal de residentes de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph) y vocal de la Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (Aresmpsp), el riesgo principal de no cambiarse el pijama es en el sentido de la flecha del sanitario hacia el paciente, no hacia el trabajador ni hacia el hogar. "Es decir, volverse con la ropa a casa o ir al comedor con la ropa de quirófano en principio no es como tal un riesgo importante para la salud. Otro asunto es de casa al trabajo, ahí la dirección de la flecha apunta al riesgo al paciente que se encuentra hospitalizado. De la calle lo que transportamos en nuestra ropa es cualquier cosa, del transporte público, entramos en contacto con personas que han entrado en contacto a su vez con otras. No se debería usar esa ropa en la planta de hospitalización", señala.
Uñas, anillos de casado, rastas, barbas, pendientes o reloj, todo es susceptible de provocar infecciones
En este sentido, resalta que las normas de vestimenta son de especial importancia en plantas de hospitalización con inmunodeprimidos, que incluye hematología, cuidados intensivos incluyendo reanimación y anestesia y "todo lugar donde se vayan a realizar procedimientos invasivos, que eso ocurre hasta en la urgencia -no hay un ingreso como tal pero se realizan procedimientos y se ponen catéteres y una serie de técnicas que exigen la asepsia hasta donde se pueda llevar".
Uñas ni postizas ni largas ni pintadas
Respecto al tema concreto de las enfermeras, la prohibición de llevar las uñas largas o pintadas no responde a una cuestión estética, como explica el vocal de Medicina Preventiva, sino que se argumenta porque "se forman unas biopelículas en las uñas que se han asociado a muchos brotes. Todos los aspectos de higiene van asociados a la infección nosocomial. Si por nosotros fuera no nos importan en absoluto las cuestiones estéticas, pero por desgracia, portar más objetos de los que tiene nuestro propio cuerpo facilita esto, hasta el anillo de casado, que sobre este tema nos cuesta mucho hacérselo entender por ejemplo a los cirujanos".
El problema podría venir incluso de rastas o barbas pobladas, algo que "en principio desaconsejamos, pero no podemos entrar en la modificación corporal de una persona porque es un derecho fundamental, y decimos 'vale, tienes razón y tienes una barba poblada, pero por favor, tienes que ponerte una máscara porque no es posible que tengamos al aire todos esos folículos", reconoce.
El tema de las uñas es sensible, especialmente en quirófano, pero también si se están tomando vías, en hospitalización, etc. "No se deben llevar uñas postizas, uñas excesivamente largas, pintadas con laca esmalte (el color carece de importancia). Hay que evitar que haya una película entre la uña y el exterior para facilitar una limpieza adecuada. Se forman biopelículas y suele ocurrir mucho en las UCIS neonatales", comenta.
"Con los pendientes pasa un poco similar. Si se quitara y se pusiera constantemente y se limpiara, antes de entrar al trabajo y al salir también, no habría problema. Tampoco con relojes o pulseras, pero no se limpia. El consejo es quitarlo. Y no sirve ponerle un guante encima, porque al quitar el guante vuelve a entrar en contacto la mano con eso, queda contaminado, su limpieza es difícil. Hay que quitar todos los elementos que sean posible", añade sobre el resto de artilugios asociados al físico.
"No nos importan las cuestiones estéticas pero portar más objetos de los que tiene nuestro propio cuerpo facilita los problemas"
No hay legislación actual
La duda que surge entonces es cómo se regulan estos aspectos, ya que "no existe una legislación al respecto salvo las órdenes y decretos de los tiempos del Insalud, como la Orden de 28 de abril de 1978 del personal al servicio del Instituto Nacional de Previsiones -artículo 77-. Pero la mayor parte de comunidades autónomas no recoge disposiciones a este respecto a nivel autonómico. A nivel hospitalario suele haber instrucciones, circulares en algunas ocasiones. Lo más habitual es que esté en la guía de acogida al nuevo trabajador más que en una normal. De vez en cuando se ve que esto pasa de castaño a oscuro y se solicita a Medicina Preventiva o a la inversa que se tome una decisión" para poner solución a infracciones.
Según explica Aginagalde, normalmente los servicios de Medicina Preventiva e Higiene Hospitalaria son quienes constatan que hay problemas con las normas, aunque la decisión ejecutiva corresponde a las gerencias -Medicina Preventiva depende de las direcciones médicas-. Y admite que ellos no pueden obligar, pero sí aconsejar verbalmente cómo se debe proceder "porque nuestro papel es convencer a la gente, pero otro asunto es si vemos un incumplimiento flagrante en temas higiénicos. Se comunica a dirección médica y se puede hacer una instrucción o una circular donde se diga, por ejemplo, que al comedor no se podrá acceder si se va con el pijama verde".
El preventivista concluye que por temas higiénicos en principio no se suelen imponer sanciones, aunque imagina que por vía disciplinaria normal y corriente siempre podrá ser sancionable el incumplimiento de las normas, pero eso no corresponde a Medicina Preventiva, que es más de hacer normas y vigilar que se cumplen.