Parecía que iba a ser una más de las muchas jornadas que Fermín González (32 años)desarrolla a diario en el aeropuerto de Barajas como policía nacional."Llevo tres años en el Cuerpo, pero nunca había resucitado a un hombre", comenta a 20 minutos este agente, quehace unas semanas salvó la vida de un pasajero con un desfibrilador.
Riesgo de comaEl hombre, un noruego de 57 años, acababa de desplomarse inconsciente, víctima de un infarto, nada más aterrizar su vuelo proveniente de Oslo. "Fuimos los primeros en llegar. El hombre tenía los labios morados, sin pulso y sin respiración.Estaba muerto –recuerda Fermín–. Menos mal que en un curso voluntario de primeros auxilios me enseñaron a usar un desfibrilador".
Tras un masaje cardiaco y varias descargas, el varón recuperó la consciencia, justo cuando llegaban los médicos. "Uno de ellos me felicitó. Me dijo que los primeros instantes son fundamentales.Podría haberse quedado en coma", asegura Fermín que, sin embargo, no pudo despedirse del pasajero. "El hijo del infartado estaba allí y trató de darme las gracias, aunque estaba en estado de shock. El hombre también dijo algo, pero en inglés, y no le entendí. Sonreía mucho. Días después me acerqué al hospital. Me dijeron que estaba bien, pero que se había marchado ya", recuerda.
El aeropuerto de Barajas cuenta con 75 desfibriladores, que también se pueden encontrar en la mayoría de los polideportivos de la región e incluso en centros comerciales, como en La Vaguada. "El objetivo es que estén en todo tipo de instalaciones", asegura un portavoz del 112.
FACILES DE USAR
Descolgarlo. Los desfibriladores de Barajas cuentan con una alarma que avisa a los servicios médicos nada más cogerlo de la pared.
Ponerlo. Se colocan los chupones en el pecho, uno más bajo que el otro. El mismo desfibrilador avisa al usuario si no están bien puestos.
Primera descarga. El aparato mide las constantes vitales del sujeto y empieza con las descargas hasta que se recupera el pulso.
Masaje cardiaco. Si sabe cómo hacerse, puede ser aconsejable practicar también un masaje cardiaco.