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Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en el blog EMS Solutions International está editada y elaborada por profesionales de la salud. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario. by Dr. Ramon REYES, MD

Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.

Niveles de Alerta Antiterrorista en España. Nivel Actual 4 de 5.
Fuente Ministerio de Interior de España

Friday, January 13, 2017

CONSENTIMIENTO INFORMADO, HISTORIA CLINICA E INSTRUCCIONES PREVIAS

 CONSENTIMIENTO INFORMADO, HISTORIA CLINICA E INSTRUCCIONES PREVIAS  
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Esta semana, Trencadors Docent ha invitado a Miguel Moragues Sbert (@MiquelMoraguesS), abogado especialista en derecho sanitario, para hablarnos del derecho y de la obligación de informar a nuestros pacientes mediante el CONSENTIMIENTO INFORMADO. Os dejamos con él.

La Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente, en su artículo 3 define el consentimiento informado como “la conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente, manifestada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada, para que tenga lugar una actuación que afecta a su salud”.

Ello significa que toda actuación médica necesita del consentimiento libre y voluntario del paciente una vez que haya tenido la oportunidad de valorar las opciones propias del caso, una vez haya sido adecuadamente informado.

Podríamos sintetizar los elementos del consentimiento informado en dos: 1) la información adecuada suministrada por el facultativo al paciente con la antelación suficiente y; 2) el consentimiento del paciente a la actuación médica.

1).- Derecho y deber de información asistencial: contenido y límites

El artículo 4 de la Ley 41/2002, regula el derecho a la información asistencial del paciente, según el cual, los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de la salud, toda la información disponible sobre la misma, y a que se respete su voluntad de no ser informado, exceptuándose aquellos supuestos previstos por la Ley.

El titular del derecho a la información asistencial es el paciente.

Igualmente, las personas vinculadas al paciente por razones familiares o de hecho también podrán ser informadas en dos supuestos:

a) cuando expresa o tácitamente éste lo permita y,

b) cuando a criterio del médico que le asiste, el paciente carezca de capacidad para entender la información a causa de su estado físico o psíquico 

Este derecho de información comprende como mínimo la finalidad y naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias y forma parte de todas las actuaciones asistenciales. En sentido similar, señala el artículo 3 que por "intervención en el ámbito de la sanidad" se entiende toda actuación realizada con fines preventivos, diagnósticos, terapéuticos, rehabilitadores o de investigación. Además, la información proporcionada tiene que ser verdadera y debe comunicarse al paciente de forma comprensible y adecuada a sus necesidades.

El alcance de esta información ya fue establecido por la jurisprudencia del Tribunal Supremo, señalando que en cualquier supuesto "tal información comprenderá, para no incurrir en responsabilidad, el diagnóstico de la enfermedad o lesión que se padece, el pronóstico que de su tratamiento puede esperarse y los riesgos del mismo"

La Sentencia de la Sala 1ª del Tribunal Supremo, de 27 de abril de 2.001, en un supuesto de la denominada medicina voluntaria o satisfactiva, señaló que "la exigencia de información relevante personalizada (art 10 de la General de Sanidad y Código de Deontología Médica de 1990) alcanza una mayor relevancia, debiendo ser clara, exhaustiva para que el paciente (o cliente) pueda contar con datos claros y precisos para poder decidir si se somete o no a la intervención que el facultativo le propone".

De esta forma, podemos resaltar tres aspectos fundamentales del contenido del derecho de información del paciente sobre cualquier acto asistencial que incida sobre su salud. Así, al paciente se le tiene que informar de:

El diagnóstico de su estado de salud.

Acto asistencial o tratamiento a adoptar.

Los riesgos.

Empero, el derecho a la información sanitaria de los pacientes puede limitarse por la existencia acreditada de un estado de necesidad terapéutico. Esto significa que el médico podrá actuar profesionalmente sin informar antes al paciente, cuando por razones objetivas el conocimiento de su propia situación pueda perjudicar su salud de manera grave.

Sin embargo, para que el médico pueda obrar de esta manera la Ley exige la concurrencia de varios requisitos:

a) que la realidad del estado de necesidad terapéutica esté acreditado; 

b) que se deje constancia razonada de las circunstancias en la historia clínica y;

c) el médico comunique su decisión previamente a actuar a las personas vinculadas al paciente por razones familiares o de hecho.


2).- El consentimiento

El consentimiento del paciente tiene que ser libre y voluntario.

El consentimiento se prestará verbalmente como regla general. Sin embargo, la Ley exige que se preste por escrito para cada uno de los siguientes supuestos por su mayor incidencia sobre la salud del paciente: 

1) intervención quirúrgica, 

2) procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y, 

3) en general, en la aplicación de procedimientos que supongan riesgos e inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente

El artículo 10.1 Ley 41/2002, exige al facultativo que proporcione al paciente una serie de información que califica como básica, con anterioridad a recabar su consentimiento escrito, por lo que podrá ser ampliada. Esta información básica consiste en:

1.- las consecuencias relevantes o de importancia que la intervención origina con seguridad,

2.-los riesgos relacionados con las circunstancias personales o profesionales del paciente,

3.-los riesgos probables en condiciones normales, conforme a la experiencia y al estado de la ciencia o directamente relacionados con el tipo de intervención y,

4.-las contraindicaciones.



Derecho del paciente

El titular del derecho de información es el paciente, por lo que este y sólo este, puede prestar su consentimiento a toda actuación en el ámbito de su salud. Además, podrá revocar libremente y por escrito su consentimiento en cualquier momento.

El consentimiento informado podrá otorgarse por representación, que deberá prestarse de forma adecuada a las circunstancias y proporcionada a las necesidades que haya que atender, siempre a favor del paciente y con respeto a su dignidad profesional. Se trata de los siguientes casos: 


Cuando el estado físico o psíquico del paciente no le permita hacerse cargo de la situación o cuando no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsable de la asistencia. En estas situaciones le corresponde al representante legal del paciente prestar el consentimiento. Si careciere de representante legal, lo prestarán las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho. 


Cuando el paciente esté incapacitado legalmente. 


Cuando el paciente sea un menor de edad y no sea capaz intelectual ni emocionalmente de comprender el alcance de la intervención. En este supuesto, el consentimiento lo dará el representante legal del menor, y si tiene doce años cumplidos, previamente se deberá haber escuchado su opinión. 

Sin embargo, no podrá prestarse el consentimiento por representación cuando se trate de menores no incapaces ni incapacitados, pero emancipados o con dieciséis años cumplidos. Aunque, en caso de actuación de grave riesgo, según el criterio del facultativo, los padres serán informados y su opinión será tenida en cuentas para la toma de la decisión correspondiente


Los límites al consentimiento informado

La Ley 41/2002 ha previsto expresamente en su artículo 9 una serie de límites al consentimiento informado con lo que no se trata de un derecho absoluto, sino que tiene excepciones legales. La introducción de estas limitaciones responde a tres razones: 1) la autonomía de la voluntad del paciente, 2) la protección de su salud y 3) la protección de la salud pública. Por tanto, el facultativo no requerirá el consentimiento informado del paciente cuando:

-Exista renuncia del paciente (derecho a no ser informado)

-La no intervención suponga un riesgo para la salud pública

En estos casos, se superpone el derecho a la salud colectiva sobre el propio derecho del paciente a no someterse a la actuación del facultativo, ahora bien, siempre que: se trate de actuaciones indispensables y se lleven a cabo para favorecer la salud del paciente.

-Se trate de una situación de riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del enfermo. Al igual que se ha señalado en el caso anterior, no será necesario el consentimiento informado cuando exista riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del enfermo y no sea posible conseguir su autorización, consultando, cuando las circunstancias lo permitan, a sus familiares o a las personas vinculadas de hecho a él. Así, se trata de aquellos casos en los que la urgencia no permite demoras en la actuación del médico puesto que existe un riesgo grave sobre el acervo físico y psíquico del paciente.


CONCLUSIONES

1ª.- Toda actuación médica precisa del consentimiento voluntario después de que el paciente haya tenido la oportunidad de valorar las opciones, una vez haya sido informado de forma adecuada.

2ª.- El derecho de información debe comprender, al menos, la finalidad y naturaleza de la intervención, sus riesgos y consecuencias, de manera comprensible para el paciente.

3ª.- El derecho de información puede limitarse por la existencia acreditada de un estado de necesidad terapéutica, debiendo constar en la historia clínica y habiendo sido previamente comunicada los familiares del paciente o personas vinculadas a él.

4ª.-El consentimiento se presta de manera verbal, salvo en supuestos de intervención quirúrgica, procedimientos terapéuticos invasores y procedimientos que supongan un riesgo sobre la salud del paciente.

5ª.- El titular del derecho de información es el paciente, pudiendo otorgarse por representación cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, cuando esté incapacitado legalmente y cuando sea menor de edad.

6ª.- No será preciso el consentimiento informado en casos de renuncia del paciente, cuando la no intervención suponga un riesgo para la salud pública y cuando se trate de un riesgo inmediato para la salud del paciente.



-Ejemplo de consentimiento informado utilizado en nuestras consultas sobre las infiltraciones de partes blandas

-Material de utilidad: Manual de consentimiento informado, historia clínica e instrucciones previas de la fundación linfomayleucemia









Consentimiento informado en República Dominicana 

Sentencia 93-15, del 22 de julio del 2015: El Consentimiento informado es la aceptación autónoma de una intervención médica, o la elección entre cursos alternativos posibles.El autor es fundador de Medical Law y experto en derecho médico.

Autor(es): 
Lic. Gilberto Objio Subero


  • En el derecho occidental, a partir de las últimas décadas el Consentimiento Informado (CI) se ha instaurado como un derecho nuevo, que reconoce la autonomía de los sujetos y concede prioridad a las decisiones del paciente. 
  • En el siguiente artículo el experto en derecho médico explica las acciones legales que se pueden evitar aplicando este recurso como manda la ley, así como la responsabilidad de que debe advertir el médico a sus pacientes previo a la realización de cualquier procedimiento y el conocimiento de los riesgos.                                                                                                                                         
Introducción 
El CI es la aceptación autónoma de una intervención médica, o la elección entre cursos alternativos posibles. En República Dominicana, acontece igual. Bajo nuestro régimen jurídico, ningún procedimiento médico es válido sin un CI. Este derecho es reconocido tanto en la Constitución Dominicana del 2010, como en la Ley General de Salud, 42-01. Y más recientemente fue desarrollado ampliamente por la Suprema Corte de justicia en la sentencia 93-15, de la fecha 22 de julio del 2015.


Nuestra Suprema Corte ha establecido que: “…. es un deber del médico informar al paciente sobre todos los riesgos de la intervención a que será sometido para evitar incurrir en responsabilidad médica; que ese deber de informar no constituye un deber accesorio de conducta, sino una parte esencial de la prestación del servicio de salud, en virtud de ser imprescindible para la toma de decisiones eficientes para la integridad del paciente, y como requisito previo a la posibilidad de dar un consentimiento informado”

Esto significa, que el médico no solo debe cumplir la formalidad de hacer firmar un CI, sino que debe cumplir el cometido de la ley, que significa informar debidamente al paciente de todos sus riesgos, y a esto sumarle, que debe hacerlo previamente y con tiempo suficiente para que el paciente pueda tomar una decisión consiente.

El médico, y el centro médico que viole el derecho a un CI, y oculte riesgos, o tratamientos alternativos menos dañinos y onerosos, comprometen su responsabilidad civil, y podrá ser demandado en daños y perjuicios por las consecuencias del tratamiento, aún cuando estas consecuencias estén descritas en la medicina como posibles y previsibles consecuencias del procedimiento. Aun cuando el doctor no haya cometido ninguna otra falta.

Esto ha sido establecido bajo el criterio de que: “la doctrina ha considerado que la información constituye una herramienta indispensable para el consumidor y su ausencia coloca a éste en una situación de riesgo susceptible de ser tutelada jurídicamente; de tal forma, la falta de información constituye por sí misma un factor objetivo de atribución de responsabilidad objetiva a quienes están obligados a brindarla;”

Es imperativo que los médicos, y centros médicos, asuman una postura crítica, y exijan el estricto cumplimiento de la norma legal, para evitar comprometer su responsabilidad civil y ser condenados. Así como para evitar sanciones como inhabilitaciones médicas, perdidas de licencias y exequátur. Es por esto, que se vuelve crítico el asesoramiento jurídico especializado, para estructurar un verdadero consentimiento informado, y no un simple formulario que sea declarado nulo por los tribunales. En especial, hay que evitar errores comunes como los siguientes:
  • Errores comunes que se cometen con los consentimientos informados en República Dominicana.
  • Hacer firmar el consentimiento el mismo día del internamiento y operación.
  • Omitir riesgos conocidos y probables.
  • Hacer consentimientos genéricos que no aplican al caso especifico de paciente.
  • Omitir explicar las alternativas médicas.
  • Incluir una clausula de no responsabilidad que es excesiva o nula.
  • Concebir el consentimiento informado como un formulario.
  • No identificar el correctamente el diagnostico y el procedimiento que se va a realizar.
  • No firmar el médico, y establecer el entendimiento previo del paciente sobre los procesos a realizar.
  • No prever en los consentimientos informados el curso de acción que se tomará en caso de una complicación como hemorragia, o evento anestésico.

Recordemos que el consentimiento informado es un derecho de paciente, y una defensa para el médico, y puede evitar a ambos graves consecuencias.

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Wednesday, January 11, 2017

Vídeo para concienciar a los padres sobre la importancia de que los niños hagan deporte. España


La Sociedad Española de Cardiología ha lanzado un vídeo, con motivo de la campaña ‘Children in the city’, para concienciar a los padres sobre la importancia de que los hijos realicen algún tipo de actividad física.
La Sociedad Española de Cardiología ha lanzado un vídeo, con motivo de la campaña ‘Children in the city’, realizada por la Fundación Española del Corazón (FEC), la World Heart Federation (WHF) y la Union Of European Football Associations (UEFA), para concienciar a los padres sobre la importancia de que los hijos realicen algún tipo de actividad física.
Y es que, según ha encuesta realizada en el marco de dicha iniciativa, el 85 por ciento no realiza la hora diaria mínima de ejercicio físico recomendada por la Organización Mundial de la Salud para niños de entre 5 y 17 años.

“Tendemos a cargar la responsabilidad a los pequeños de estar en el ordenador todo el día, con las maquinitas o viendo la televisión en vez de jugando a algo más activo como solía hacerse antaño. La inactividad física resulta la causante del 6 por ciento de las defunciones globales. Y es que, el sedentarismo está considerado como uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, una enfermedad por la que fallecen al año en España más de 117.000 personas. Para ponerlo en contexto: mata 65 veces más que los accidentes de tráfico”, han recordado los expertos.
Ahora bien, el 80 por ciento de estas patologías se puede prevenir adoptando hábitos de vida saludable como el ejercicio físico practicado de manera regular. No obstante, los padres no suelen hacer “todo lo que está en sus manos” para que los hijos realicen deporte, ya que un 243 por ciento de los menores reclama el apoyo de sus padres para practicar ejercicio físico y un 17 por ciento dice que nunca realiza deporte en familia.
“Dedicar un tiempo para realizar actividad física en familia es la vía más constructiva para lograr que los niños huyan de la tendencia sedentaria, ya que ven un ejemplo en su propia casa y adquieren este buen hábito desde la infancia para mantenerlo de por vida. De hecho, según un estudio publicado el año pasado en ‘Circulation’, las conductas saludables en la primera etapa de la vida pueden mejorar hasta un 35 por ciento la salud cardiovascular en la edad adulta”, ha zanjado el presidente de la FEC, Carlos Macaya.
Fuente: EUROPA PRESS

Friday, January 6, 2017

Man gets harpooned on fishing trip

Hugo Pereira da Silva, 27, before removal of the harpoon spear


Man gets harpooned on fishing trip


A fisherman is lucky to be alive after he was shot in the head with a harpoon during a fishing trip in Brazil.
The 27-year-old man — identified in local television reports as Hugo Pereira da Silva — was on a fishing trip with a friend at the Rio Paranaiba dam in Araguari when the 3-foot spear pierced his face on Tuesday, according to officials, Diaro de Pernambuco reported.
“Unfortunately, they were not careful with the positioning, the distance,” Araguari fire department Deputy Lt. Lucenildo Batista Alves told the site. “And the waters of the river in our region are murky, especially in the very dirty rainy season.”
The metal shaft — which was just inches away from causing more serious injuries or even death — was removed and the man was released from a hospital Wednesday.
Alves said it was not immediately clear exactly how the man was struck, or whether his friend — who was fishing on the opposite side of the dam — had fired the spear. Authorities are investigating the fishing trip, since it’s illegal to use harpoons from November through February.
“We do not know if the friend saw any fish or if the gun fired alone, but it hit the face of this boy,” Alves told PescaAmadora.com, according to a translation of the page. “He was very lucky, as the harpoon crossed the soft part of the mouth, did not reach any bone or more sensitive part, such as the brain. It could have been fatal.”
Additional reporting by Emil Lendof and Isabel Vincent
Hugo Pereira da Silva, before and after the removal of the harpoon.

Blood in the Prehospital side. Transfusion

 
Blood in the Prehospital side. Transfusion

Blood in the Air

Increasingly, civilian air ambulance providers are carrying blood products onboard their aircraft—potentially life-saving for patients, but a challenging process for operators and staff

 

This article is reproduced with permission of Waypoint AirMed & Rescue,www.waypointmagazine.com. Waypoint AirMed & Rescue Magazine is the undisputed No.1 publication for the international air ambulance and air rescue community. Covering fixed-wing and rotary aircraft, and from private and state air ambulance operators to coast guards, armed forces, police aviation and aerial fire fighting services worldwide, Waypoint offers an unmatched, regular and expert resource to these industries.
Air ambulance medics arriving at the scene of an emergency will in many cases find a patient who has lost a dangerous amount of blood, making every second count between arrival, diagnosis and treatment. Until relatively recently, it was typical for medics to either use a saline solution to replace the volume lost–although this does not replace the oxygen-carrying ability of the shed blood–or wait for blood supplies to be transported from local hospitals by police or ground ambulances, a time-consuming methodology, potentially complicated by a lack of blood supplies at hospitals, or any number of possible hindrances, from heavy traffic to impassable terrain. However, this is starting to change.
In 2011, Australia’s Ambulance Victoria announced it had become the first paramedic-operated helicopter emergency medical service (HEMS) provider in the world to begin transporting and transfusing blood on its own rotary and fixed-wing aircraft.
The organisation’s chief executive officer Greg Sassella said at the time: “People who suffer serious external or internal bleeding as a result of car and other accidents can deteriorate quickly. Paramedics routinely provide fluid through a drip to help stabilise injured patients, but the most effective way of treating significant blood loss is with a blood transfusion. Seriously injured patients will now have the benefits of receiving blood in the field and whilst en route to hospital. Blood carries oxygen that is vital to major organs including the brain and as a result it gives a patient their best chance of survival.”
The process of transporting blood, particularly by air, with the attendant issues surrounding air pressure, temperature, etc., is both complex and costly, and aeromedical providers have only very recently started carrying blood onboard their aircraft–Shannon AirMed 1, a West Texas, US-based air ambulance, is a relative anomaly in that it adopted an early version of the process back in 2002.
While Ambulance Victoria began transporting blood in 2011, London’s Air Ambulance (LAA), the HEMS charity that covers the UK capital, became the first UK helicopter service to adopt the process in March 2012, and Air Med 1, another Texas-based air ambulance which covers Houston, started carrying blood on all its flights as of April this year. German fixed-wing air ambulance provider Med Call also implemented blood transportation facilities relatively recently.
These organisations’ medical aircraft—with more providers gradually adopting the process—now carry around four units of O-negative red blood cell concentrate, as O-negative is a universal donor group that can be given reasonably safely to any patient, regardless of their own blood type. Benefits
Clinically speaking, the benefits for patients are manifold. Red blood cells carry oxygen, thus when blood is lost, the patient’s ability to transport the necessary amount of oxygen to all areas of the body is dangerously diminished, and although saline-based options are effective enough to save lives, it doesn’t take a clinician to see that a transfusion of red blood cells is the better option.
“We have already seen patients surviving to delivery at hospital, where they receive the definitive care for their injuries, who may not have survived this part of their journey without the transfusion of the red cells,” says Gary Wareham, clinical manager for the UK’s Kent, Surrey and Sussex Air Ambulance, which began carrying blood in February of this year.

LAA’s lead clinician Dr Anne Weaver cites patients suffering from non-compressible haemorrhage as an example: “[Non-compressible haemorrhage] can only be controlled by invasive techniques such as surgery or interventional radiology. Many of these patients are compromised before they reach hospital. Even in an urban setting such as London, patients may not reach hospital in time to receive a blood transfusion. This is particularly well demonstrated for trapped patients e.g. in road traffic collisions, or unconscious patients who are found a while after the initial injury.”
In rural settings, Weaver adds, long journey times from the scene of the incident to hospital will also often mean potentially life-threatening delays between accident and full surgical control. “If a patient has lost a significant amount of blood and has gone into cardiac arrest,” Weaver goes on to say, “it is unlikely that the administration of crystalloid fluid will result in a return of spontaneous circulation. However, if you are able to give blood to these patients, it may be successful. If you have lost a large amount of blood, it needs to be replaced with blood in order to perfuse organs with oxygen. Crystalloid fluid does not carry oxygen and as such will not result in perfusion of the brain and other vital organs. Traumatic cardiac arrest due to hypovolaemia has a dismal outcome in the absence of blood transfusion and damage control techniques.”
Weaver believes that carrying blood will dramatically increase the survival rate for such patients; indeed, LAA has already been able to resuscitate patients at the scene of an accident through this technique—patients that would likely otherwise have died before reaching hospital.
Process
In-air blood transportation is logistically challenging, as air ambulances must store and carry blood at no lower than 2°C (36°F) and no higher than 8°C (46°F), in line with industry standards, but also be able to warm it to near body temperature so it can be safely given to patients, when many of the protective safeguards of a hospital operating environment are not present. If these strict temperature levels are not maintained, blood can be damaged, lose its effectiveness or even become dangerous for a patient.
“As blood supplies are limited, they are extremely valuable and strict guidelines are in place to ensure proper handling and record-keeping to guarantee that none is wasted,” explains Ambulance Victoria team manager Murray Barkmeyer. “The blood is stored in specially designed, temperature-controlled and alarmed fridges at our air ambulance bases. They are carried in temperature-controlled blood shippers that are loaded into the aircraft at the start of the shift.”
Blood products have a shelf life of 42 days, but Ambulance Victoria rotates its stocks on a 14-day timetable. “Any blood not used in that time is taken back under temperature-controlled transport to the hospital…where it can be used, to ensure there is no wastage,” adds Barkmeyer.
German fixed-wing air ambulance provider Med Call, as detailed in a presentation by their medical director Marcus Tursch at the International Travel Insurance Conference in Lisbon in 2011, uses powered cool boxes (developed in partnership with the German Blood Donor and Transfusion Service) in order to keep blood at suitable temperatures through long-duration missions. These have been shown to perform well when plugged in—for example by hooking them up to a plane’s inverter—though less favourably when un-powered, or ‘passive’. Loss of power for around 30 minutes is viewed as acceptable, however, as the boxes’ active compressor and passive insulation can keep temperatures below 10°C (50°F), but, as Tursch told Waypoint: “Performance is behind our expectations under tropical conditions. We know this from our thermologger protocols [which monitor temperatures during transport to show that blood is maintained at regulation levels before transfusion]. For bridging times without an available power source, [such as at] security checks and border police or hotel check-in, we carry a transportable, external power source with us.”
LAA uses Cool Logistics’ Credo Thermal Isolation Chambers (TICs), which surround the payload using a phase change material (PCM) to control the temperature. The PCM changes from a liquid to a solid state at a temperature different from that at which water changes, and by adding various chemicals to the substance, the phase change temperature can be altered, making it an ideal material to use for such a temperature-sensitive process. As the temperature of the blood cannot fall lower than 2°C (36°F), using ice is out of the question.
“Phase change materials are specifically formulated for the unique needs of diverse medical materials from super frozen tissue to room-temperature and fridge-temperature vaccines and pharmaceuticals,” a spokesperson for LAA told Waypoint when the organisation first adopted the process. “The boxes are also returnable and resuable, making [them] an environmentally-friendly option.”
Weaver goes into more detail about the requirements: “[We] investigated different storage options. The container needed to be robust, lightweight and weatherproof. Ideally, the storage box would not require batteries or a power source. This avoided the requirement and expense of airworthiness testing. Affordability was an important consideration as many air ambulances are charitably funded.”
The Golden Hour boxes that the charity now uses ‘can hold four units of packed red blood cells (PRBC) at steady-state temperature (2°C to 6°C – 36°F to 43°F) for 48 to 72 hours’. They contain a data logger, through which temperature data can be downloaded in order to show compliance with regulations.
“Blood which has not been used can be returned to the transfusion stock for use in other areas,” adds Weaver. “The box had already survived rigorous testing by the armed forces in Afghanistan.”
Regulations
So, why has in-air blood transportation been such a recent development for most organisations? One of the primary issues—in the UK, at least—has been regulatory, says Gary Wareham.
“From my experience,” Wareham elaborates, “the reasons for this [delay in implementing the procedure] have been the difficulties of working within the UK legislation with regard to the Cold Chain Management [the 2°C to 6°C temperature stipulation] and the traceability requirements [whereby each unit of blood product needs to be fully traceable from donor to recipient]. These requirements are easy to control and monitor in hospitals. A large part of our project was to identify transfusions departments who were prepared to explore the possibilities of these requirements being achieved in the pre-hospital world.” He adds: “The challenge to our crews is the maintenance of the traceability of the units ... often at a busy and stressful scene. This generates the inevitable paperwork at both the scene and on the base. We aim to achieve 100-per-cent traceability as required by UK legislation.”
The UK’s Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency (MHRA), which regulates medicines and medical devices, mandates that full traceability is ensured ‘from donation to the point of delivery for not less than 30 years’, and final responsibility for traceability rests with the destination hospital (even if, for example, a transfusion is carried out en route from a different hospital), two of many stipulations that add to the challenging—and costly—nature of the process. “The rules and regulations make the practice of blood transfusion necessarily onerous,” says Weaver, “which on the face of it can appear to be impossible to negotiate for non-hospital based organisations, e.g. air ambulances. Blood transfusion is governed by strict legislation and extensive guidance. Hospital transfusion departments are quite rightly protective of the use of blood products. Legislation exists to ensure that patients are protected from transfusion errors and that products are not wasted or used inappropriately.”
Likely to Continue?
So, is uptake of the process among air ambulance organisations likely to increase? The professionals Waypoint spoke to seem to think so.
“In the two years since we began carrying blood onboard the first helicopter, it has been used more than 70 times,” says Ambulance Victoria’s Murray Barkmeyer, “with the majority of cases involving multi-trauma car accidents, while one patient who was hurt in an explosion was also given an in-flight transfusion. It has also been used in inter-hospital transfers involving life threatening haemorrhage, including an Irish backpacker who had an ectopic pregnancy while in a remote town in Victoria’s far east.”
On the financial side of things, costs vary depending on the organisation, be it a HEMS charity that is tied to a particular hospital, or a private air ambulance .

“We have an agreement in place with the National Blood Service (NBS) at the John Radcliffe Hospital, part of the Oxford University Hospitals Trust for the provision for O-neg blood,” AirMed UK’s Jane Topliss told Waypoint. “There is a cost attached to the provision of these blood products, which we have to pass on to the client. If there is a potential requirement identified, we will always carry a minimum of four units of blood with the cost associated being approximately £600 in total (£150 per unit).”
There are even variations between different UK HEMS charities, as Clive Dickin, national director of the Association of Air Ambulances, comments. “The equipment onboard the aircraft tends to be relatively cheap,” he explains. “The costs are more logistical than anything. London’s Air Ambulance, for example, is based on top of a major trauma centre, so has instant access to blood, making delivery and storage pretty straightforward. For others, the blood must be transported to the air ambulance, which can be costly, and as most air ambulances aren’t based at major trauma centres, hospitals need to be reassured that stocks won’t be wasted in transfer. However, there is definitely a desire to start taking [the process] up all around the UK.”
Both Dr Anne Weaver and Gary Wareham say that their respective organisations have encountered no major drawbacks or unforeseen issues. “LAA has delivered over 100 pre-hospital transfusions during the first 12 months of this innovation,” says Weaver. “The teams have a traceability record of 100 per cent, which is superior to that of many hospital departments. Wasted blood products must be avoided at all costs and unnecessary waste would be a drawback as O-negative blood is a precious resource. Only one unit of blood has been wasted due to a communication error with the transfusion laboratory.”
Marcus Tursch is also confident that Med Call will continue to utilise the process: “We will continue working with the powered cool box, as we did not find a passive system to guarantee the cooling chain on an overnight mission. However, I think the most important thing is to use a thermologger [and] a recording thermometer inside the cool box to prove that the cooling chain is not interrupted.”
In the UK, helicopter charity the Thames Valley and Chiltern Air Ambulance Service has also started carrying blood, as has fixed-wing provider CEGA Air Ambulance.
“Other air ambulances have shown interest in the results of this work,” adds Weaver, “and may well decide to offer this additional service.”
So long as organisations can adhere to the strict regulatory requirements—and overcome any potential financial barriers—the future seems bright for in-air blood transport and, by extension, for patients.
“I’m sure that we are one of the first [organisations] of many,” concludes Wareham. “The benefits of prehospital blood transfusions far outweigh any procedural ‘hassles’, and if we are honest it is something that we have wanted for some time. The next step will be to look at other blood products that may be beneficial to the patient, such as those that will assist in the clotting process. Onwards and upwards!”

Transfusions During Hospital Transport May Help Trauma Patients Survive Study compared short-term survival in severely injured patients
SATURDAY, Nov. 16, 2013 (HealthDay News) -- Giving blood transfusions to severely injured patients while they're on the way to the hospital could save their lives, at least in the short term, new research suggests.

The study included 97 trauma patients who received transfusions of either plasma or red blood cells in a ground or air ambulance before they arrived at the hospital. These patients were compared with 480 trauma patients who didn't receive transfusions on the way to the hospital.
Patients who received the transfusions were 8 percent less likely to die within six hours after arriving at the hospital, compared to those in the comparison group. Those in the transfusion group were also 13 percent more likely to survive to hospital discharge, although the researchers said this was not statistically significant.
The study was scheduled to be presented Saturday at the annual meeting of the American Heart Association in Dallas.
"Earlier, effective intervention seems to have the best effect on outcomes, such as pre-hospital transfusions on trauma patients that can save lives," study lead researcher Dr. John Holcomb said in a heart association news release.
Trauma is the leading cause of death in people aged 44 and younger in the United States, and the leading cause of years of life lost, according to the researchers.
Because the study was presented at a medical meeting, the data and conclusions should be viewed as preliminary until published in a peer-reviewed journal.
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The American College of Emergency Physicians offers injury prevention tips.
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U.S. and German medics doing fresh whole blood (auto)transfusion during a unit internal Prolonged Field Care exercise.
How does your unit practice fresh whole blood transfusions?

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Auto-transfusion is taking blood out of the role-player patient before the exercise and putting it back in the same patient during the scenario as if it was drawn from someone else. It is far more confidence building than using food coloring fake blood transfusions on mannequins (but thats good for teaching first and for non-medics.) I recommend units have their medics do it instead of just talking through, watching a video, etc.
This is incredibly low risk with high reward. You can even recommend to take only one bag from one patient at a time, or keep the training lanes in completely divided areas, so they don't get mixed up and strictly enforce labeling them, further lowering the risk.
I have had my non-medics practice this on my own veins. 68W's will in the near future graduate knowing FWB transfusions...and it's the first option for fluid resuscitation. Being behind in medicine is a choice in the age of information. If you don't trust medics to do transfusions but they can do crics then you need to re-evaluate the teaching of your medics and who you are letting deploy.
If you need any resources or have any questions let us know.

Thursday, January 5, 2017

TOP 10 REASONS WHY VOLUNTEERS LEAVE

TOP 10 REASONS WHY VOLUNTEERS LEAVE

Reason #10 - The reality of their experience is not what they expected when they signed on.
Reason #9 - They don’t like the work they are being asked to do nor how it is being done.
Reason #8 - Veteran or leadership volunteers won’t let them into the “insider” group.
Reason #7 - They spend more time meeting than doing.
Reason #6 - No one listens to their suggestions.
Reason #5 - They feel unrecognized, and see that thanks are unfairly given to everyone, no matter who did the most work or none at all.
Reason #4 - They are no longer asked to participate.
Reason #3 - They do not actually understand how to get more involved.
Reason #2 - They can no longer see how their involvement makes a difference.
And the #1 Reason volunteers leave is...........

It stopped being fun. Remember that a volunteer is there by choice and if they aren't enjoying the experience they are likely to put on their walking shoes.

~source: Critical Response Network  http://www.leadershipemergencyservices.com/blog/top-10-reasons-why-volunteers-leave