¿SABÍAS QUE EL HOMO NALEDI ENTERRABA A SUS MUERTOS? Descubre cómo esta especie lo hacía 100.000 años antes que nosotros
Uno de los hallazgos más sorprendentes en la historia de la evolución humana ocurrió en 2013, cuando los científicos descubrieron fósiles del Homo naledi en el sistema de cuevas Rising Star, en Sudáfrica. Esta especie, que vivió entre 241.000 y 335.000 años atrás, desafía las ideas tradicionales sobre los comportamientos que considerábamos exclusivos de los Homo sapiens y neandertales. Con cerebros significativamente más pequeños, se pensaba que especies como el Homo naledi no poseían las habilidades cognitivas necesarias para realizar actos complejos. Sin embargo, las evidencias arqueológicas han comenzado a demostrar lo contrario.
El Homo naledi no solo enterraba a sus muertos, sino que lo hacía con un cuidado especial. Los cuerpos eran colocados deliberadamente en posición fetal, acurrucados y cubiertos con tierra, un acto simbólico que ha dejado perplejos a los científicos, pues es mucho más antiguo que cualquier otro entierro conocido. ¡De hecho, estas sepulturas son al menos 100.000 años más antiguas que las de cualquier ser humano!
Aún más intrigante fue el descubrimiento de grabados en las paredes de estas mismas cuevas. Estos grabados, que podrían tener hasta 335.000 años de antigüedad, recuerdan a los primeros ejemplos de arte rupestre atribuidos a los neandertales y Homo sapiens. Se creía que estos símbolos, como líneas y figuras geométricas, servían para comunicar ideas o guardar información. Si el Homo naledi hacía algo similar, es posible que también tuviera un sistema simbólico propio para entender el mundo que lo rodeaba, especialmente cuando se trataba de rituales relacionados con la muerte.
Este hallazgo nos invita a reconsiderar la idea de que un cerebro más grande era la clave para los comportamientos avanzados. El Homo naledi, con un cerebro del tamaño de una naranja, parece haber desarrollado conductas culturales sofisticadas mucho antes de lo que jamás hubiéramos imaginado. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué otros comportamientos compartimos con nuestros ancestros extintos, y qué significa realmente ser “humano”?
Cada vez está más claro que la línea que separa a los Homo sapiens de otras especies humanas extintas es más delgada de lo que se creía. Los comportamientos complejos, como el uso de símbolos y la práctica de ritos mortuorios, no solo pertenecen a nuestra especie. El Homo naledi, con su modesto cerebro, tenía una visión propia sobre la vida y la muerte, y eso cambia profundamente nuestra comprensión de la evolución de la humanidad.
Crédito al autor
Tomado de la red para EL PORTAL DEL SABER
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