Harrison descubrió de joven que su sangre tenía un anticuerpo inusualmente fuerte y persistente que permiten combatir la enfermedad de Rhesus, una forma bastante severa de anemia que puede ser mortal en recién nacidos. Desde entonces el hombre se convirtió en un constante donante de su plasma, gracias al cual se pudo fabricar un tratamiento para dicha enfermedad.
En total, desde los 18 años hasta los 81, Harrison hizo 1.268 donaciones sanguíneas, permitiéndole salvar la vida de más de 2 millones de recién nacido, al evitar que nacieran con la enfermedad de Rhesus. ¡Un superhéroe de la vida real!
Creditos: Ciencias de bolsillo
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