El tejido más duro del cuerpo humano es lo suficientemente resistente para resistir abolladuras, pero lo suficientemente elástico para no agrietarse durante décadas de aplastamiento de la mandíbula oscila entre los 0,2 y los 1,5 mm. Es tan increíble que los científicos no pudieron crear un sustituto que pueda igualarlo, hasta ahora.
En el nuevo estudio, los científicos intentaron imitar el ensamblaje del esmalte de la naturaleza. En lugar de péptidos y otras herramientas biológicas, utilizaron temperaturas extremas para convencer a los cables de que se agruparan en una formación ordenada. El equipo construyó su nuevo material a partir de alambres de hidroxiapatita, el mismo mineral que forma el esmalte real. Pero a diferencia de la mayoría de los otros esmaltes sintéticos, los investigadores recubrieron los cables con un revestimiento maleable a base de metal.
El revestimiento hace que los cables sean menos propensos a romperse, porque el material suave que los rodea puede absorber cualquier presión o impacto fuerte. Aunque los alambres en esmalte natural cuentan con un recubrimiento rico en magnesio, los investigadores lo sustituyeron por óxido de circonio, que es extremadamente fuerte y no tóxico.
El resultado fue un trozo de material similar al esmalte que se podía cortar en formas con una sierra de hoja de diamante.
Fuente: Revista Cientifica Science
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