fístula arteriovenosa, que es una conexión realizada quirúrgicamente entre una arteria y una vena. Quizás te preguntes por qué es necesario y la respuesta es la hemodiálisis. Una fístula AV provoca que fluya más presión y más sangre hacia la vena, lo que la hace crecer y fortalecerse. La vena más grande proporciona un acceso fácil y fiable a los vasos sanguíneos. Sin este tipo de acceso, las sesiones periódicas de hemodiálisis no serían posibles. Las venas no tratadas no pueden soportar repetidas inserciones de agujas, porque colapsarían de la misma manera que se colapsa una pajita bajo una fuerte succión.
Al inicio de una sesión de hemodiálisis, se insertan dos agujas en el acceso vascular. Una aguja transporta sangre desde el cuerpo al dializador y la otra lleva sangre filtrada de regreso al cuerpo. Luego, la sangre viaja a través de un tubo que la lleva al dializador. Dentro del dializador, la sangre fluye a través de fibras delgadas que filtran los desechos y el exceso de líquido. Luego, la máquina devuelve la sangre filtrada al cuerpo. Un acceso vascular permite que grandes cantidades de sangre fluyan de forma continua durante los tratamientos de hemodiálisis para filtrar la mayor cantidad de sangre posible por tratamiento.
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