posted by Dr. Ramon Reyes, MD ∞🧩
📌 Medicina Intensiva aclara el desconcierto sobre la muerte cerebral
▶️ "Coma y muerte cerebral no son sinónimos"🔻MedicinaIntensiva muertecerebral coma
FacebookTwitterLinkedInEmailTelegramWhatsAppCompartir
En los últimos días se está dando un intenso debate en redes sociales al hilo de la noticia de un joven británico que despertó de un estado de coma y al que, erróneamente, se le describía como un paciente “en muerte cerebral”. Para despejar dudas sobre el concepto de muerte cerebral, el Grupo de Trabajo de Neurointensivismo y Trauma de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha preparado una serie de preguntas y respuestas breves que explican en qué consiste.
¿Existe vida si el cerebro está ‘muerto’?
No. Y es importante subrayarlo. No es posible vivir sin cerebro. El coma y la muerte cerebral no son sinónimos, por lo que hay que tener bien clara esta diferencia. En un estado de coma, el cerebro está funcionando al mínimo –digámoslo así–, pero en una muerte cerebral ‘no’ hay ninguna función cerebral en absoluto.
¿Es correcto usar el término ‘muerte cerebral’?
Sí. Porque un estado de muerte cerebral significa, a todos los efectos clínicos, y también legales, el fallecimiento. La muerte encefálica se define como el cese completo, definitivo e irreversible de todas las funciones cerebrales. Es decir, es absolutamente irreversible. Pocas cosas hay en Medicina tan patentes e inequívocas como esta. Un hecho no sólo respaldado por la Ciencia, sino también por la Ley.
¿En qué estado se encuentra el cerebro de un paciente en coma tras un trauma?
Podríamos decir, de manera simple, que el coma es una disminución del nivel de conciencia, hasta el punto de perder la respuesta a estímulos. Una persona que está dormida reacciona a los estímulos, pero una persona que está en coma, no. A partir de aquí, cabría matizar que, desde un nivel de conciencia normal (es decir, el de una persona que está despierta y alerta) hasta lo que se conoce como coma profundo, hay una serie de estados intermedios, en los que los pacientes reaccionan poco o sólo a estímulos vigorosos; a diferencia de un paciente en coma, que apenas reacciona a nada. Y en un coma profundo, a nada. Hay muchas causas que pueden ocasionar un estado comatoso, entre las cuales se encuentran los traumatismos cráneo encefálicos (TCE).
Dependiendo de la magnitud y/o localización del ‘daño’ infligido por el traumatismo, los pacientes pueden caer en un estado comatoso, más o menos profundo. Dicho de otra manera, si un TCE ha provocado un estado de coma profundo, es porque el traumatismo ha sido grave o el daño se encuentra en una zona crítica y vital del cerebro.
¿Qué diferencia hay entre un estado vegetativo persistente y un estado de mínima consciencia?
El término ‘vegetativo’ se refiere a las funciones corporales vegetativas, es decir, a la respiración, regulación de temperatura, digestión, etc. Es por esto por lo que se entiende como estado vegetativo la situación en la que el cerebro está funcionando lo mínimo como para mantener y regular dichas funciones. Sin embargo, no hay consciencia, esto es, los pacientes no son conscientes de sí mismos ni de lo que les rodea. Pueden llegar a reaccionar a ciertos estímulos, de forma automática e inespecífica, pero son absolutamente incapaces de comunicarse con su entorno.
Por otro lado, en un estado de mínima consciencia, los pacientes pueden tener algo de conciencia de su entorno, pero mínima, como bien señala el término. Son pacientes que han sufrido un considerable daño cerebral, con importantes limitaciones y secuelas, y que, aunque muestran cierta capacidad de relacionarse con su entorno, esta es muy limitada.
¿Es habitual que un paciente despierte de un coma no inducido?
Aquí hay que hacer otro pequeño matiz: hay casos en los que la causa no llega a provocar un coma profundo, pero en la UCI sí que tenemos que profundizarlo aún más. Y eso es lo que se conoce como ‘coma inducido’. El motivo de que hagamos esto es que aquello que ha provocado el coma puede dañar aún más al cerebro si no lo evitamos, incluso a zonas que no han sido dañadas inicialmente, y tenemos que proteger tanto lo ya dañado (para que no se dañe más) como la parte no dañada.
Profundizando el estado neurológico, es decir, induciendo el coma, podemos proteger al cerebro controlando una serie de parámetros (como la presión intracraneal y la presión de perfusión cerebral). Otra cosa es que el coma no haya sido inducido, o que el paciente permanezca en coma. Despertar o no de él depende mucho de la causa y de la irreversibilidad del daño sufrido. Además, pueden quedar secuelas leves, moderadas, graves o, directamente, incapacitantes y/o irreversibles. Evidentemente, si el daño es severo, la parte dañada es extensa, o el daño se encuentra en una zona crítica y vital del cerebro, las probabilidades de salir del coma son remotas. Sobre todo, de salir bien y sin ningún tipo de secuela.
En los últimos días se está dando un intenso debate en redes sociales al hilo de la noticia de un joven británico que despertó de un estado de coma y al que, erróneamente, se le describía como un paciente “en muerte cerebral”. Para despejar dudas sobre el concepto de muerte cerebral, el Grupo de Trabajo de Neurointensivismo y Trauma de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha preparado una serie de preguntas y respuestas breves que explican en qué consiste.
¿Existe vida si el cerebro está ‘muerto’?
No. Y es importante subrayarlo. No es posible vivir sin cerebro. El coma y la muerte cerebral no son sinónimos, por lo que hay que tener bien clara esta diferencia. En un estado de coma, el cerebro está funcionando al mínimo –digámoslo así–, pero en una muerte cerebral ‘no’ hay ninguna función cerebral en absoluto.
¿Es correcto usar el término ‘muerte cerebral’?
Sí. Porque un estado de muerte cerebral significa, a todos los efectos clínicos, y también legales, el fallecimiento. La muerte encefálica se define como el cese completo, definitivo e irreversible de todas las funciones cerebrales. Es decir, es absolutamente irreversible. Pocas cosas hay en Medicina tan patentes e inequívocas como esta. Un hecho no sólo respaldado por la Ciencia, sino también por la Ley.
¿En qué estado se encuentra el cerebro de un paciente en coma tras un trauma?
Podríamos decir, de manera simple, que el coma es una disminución del nivel de conciencia, hasta el punto de perder la respuesta a estímulos. Una persona que está dormida reacciona a los estímulos, pero una persona que está en coma, no. A partir de aquí, cabría matizar que, desde un nivel de conciencia normal (es decir, el de una persona que está despierta y alerta) hasta lo que se conoce como coma profundo, hay una serie de estados intermedios, en los que los pacientes reaccionan poco o sólo a estímulos vigorosos; a diferencia de un paciente en coma, que apenas reacciona a nada. Y en un coma profundo, a nada. Hay muchas causas que pueden ocasionar un estado comatoso, entre las cuales se encuentran los traumatismos cráneo encefálicos (TCE).
Dependiendo de la magnitud y/o localización del ‘daño’ infligido por el traumatismo, los pacientes pueden caer en un estado comatoso, más o menos profundo. Dicho de otra manera, si un TCE ha provocado un estado de coma profundo, es porque el traumatismo ha sido grave o el daño se encuentra en una zona crítica y vital del cerebro.
¿Qué diferencia hay entre un estado vegetativo persistente y un estado de mínima consciencia?
El término ‘vegetativo’ se refiere a las funciones corporales vegetativas, es decir, a la respiración, regulación de temperatura, digestión, etc. Es por esto por lo que se entiende como estado vegetativo la situación en la que el cerebro está funcionando lo mínimo como para mantener y regular dichas funciones. Sin embargo, no hay consciencia, esto es, los pacientes no son conscientes de sí mismos ni de lo que les rodea. Pueden llegar a reaccionar a ciertos estímulos, de forma automática e inespecífica, pero son absolutamente incapaces de comunicarse con su entorno.
Por otro lado, en un estado de mínima consciencia, los pacientes pueden tener algo de conciencia de su entorno, pero mínima, como bien señala el término. Son pacientes que han sufrido un considerable daño cerebral, con importantes limitaciones y secuelas, y que, aunque muestran cierta capacidad de relacionarse con su entorno, esta es muy limitada.
¿Es habitual que un paciente despierte de un coma no inducido?
Aquí hay que hacer otro pequeño matiz: hay casos en los que la causa no llega a provocar un coma profundo, pero en la UCI sí que tenemos que profundizarlo aún más. Y eso es lo que se conoce como ‘coma inducido’. El motivo de que hagamos esto es que aquello que ha provocado el coma puede dañar aún más al cerebro si no lo evitamos, incluso a zonas que no han sido dañadas inicialmente, y tenemos que proteger tanto lo ya dañado (para que no se dañe más) como la parte no dañada.
Profundizando el estado neurológico, es decir, induciendo el coma, podemos proteger al cerebro controlando una serie de parámetros (como la presión intracraneal y la presión de perfusión cerebral). Otra cosa es que el coma no haya sido inducido, o que el paciente permanezca en coma. Despertar o no de él depende mucho de la causa y de la irreversibilidad del daño sufrido. Además, pueden quedar secuelas leves, moderadas, graves o, directamente, incapacitantes y/o irreversibles. Evidentemente, si el daño es severo, la parte dañada es extensa, o el daño se encuentra en una zona crítica y vital del cerebro, las probabilidades de salir del coma son remotas. Sobre todo, de salir bien y sin ningún tipo de secuela.
Hay que distinguir entre el estado de coma y la muerte cerebral
En una la actividad cerebral se mantiene y puede haber recuperación, mientras que en otra la situación es irreversible
La noticia de la muerte del cantante argentino Gustavo Cerati ha causado gran tristeza entre sus seguidores. Según el comunicado emitido por su familia, falleció por un paro respiratorio.
El artista llevaba cuatro años en estado de coma. Quedó así luego de sufrir una isquemia cerebral (obstrucción del paso de la sangre al cerebro) que le ocasionó un accidente cerebrovascular (ACV). Minutos antes había terminado un concierto en Venezuela.
“Una persona que está en coma tiene un daño cerebral severo, pero se mantiene viva. Aún cuenta con reflejos, que son signos de actividad neurológica”, explica a El Comercio el médico cirujano Juan Antonio Almeyda, especialista en medicina de emergencia y ex director ejecutivo de la Oficina Nacional de Donación y Trasplante (ONDT) del Ministerio de Salud.
Declaración legal
En el caso de la muerte cerebral, la figura es distinta. “En la muerte encefálica, debido al daño neurológico irreversible, el cerebro queda sin actividad. Eso quiere decir que ya no funciona. Esta condición, conocida también como muerte clínica, basta para declarar legalmente que una persona está muerta”, indica Almeyda.
Cuando ocurre la muerte cerebral, los órganos suelen seguir funcionando hasta 48 horas después del hecho y por eso es el momento adecuado para la autorización y realización del trasplante de órganos.
¿Y qué hay con respecto al uso del respirador? Se trata de un elemento de apoyo para los pacientes en coma y para quienes tengan muerte encefálica. “En el caso de los pacientes en coma se usa cuando pierden la capacidad de oxigenarse por sus propios medios”, agrega.
Una sola causa de muerte
Las ficciones tanto en la televisión como en el cine nos han acostumbrado a asociar la muerte con la detención del corazón, lo cual se ve reflejado en el electrocardiograma.
“Las personas mueren de una sola forma y es con la muerte encefálica, cuando el cerebro deja de funcionar. Cuando se detiene el corazón y no hay una respuesta, se produce la muerte del cerebro. Eso quiere decir que un paro cardíaco o un paro respiratorio pueden llevarnos a la muerte cerebral. Y cuando hay muerte encefálica, es cuestión de corto tiempo para que el resto del cuerpo muera”, afirma el médico Almeyda. PRECAUCIÓN. Las personas que sufren de accidentes cerebrovasculares no necesariamente mueren. UNA SITUACIÓN COMPLEJA. La adicción a los cigarrillos y su vida acelerada habrían llevado al cantante a sufrir el ACV hace cuatro años, según especialistas. EL PRONÓSTICO ERA MALO. Por su condición y el tiempo en coma, los expertos señalaban que, de recuperarse, Cerati hubiera tenido que lidiar con serias secuelas como la hemiplejia.
En una la actividad cerebral se mantiene y puede haber recuperación, mientras que en otra la situación es irreversible
La noticia de la muerte del cantante argentino Gustavo Cerati ha causado gran tristeza entre sus seguidores. Según el comunicado emitido por su familia, falleció por un paro respiratorio.
El artista llevaba cuatro años en estado de coma. Quedó así luego de sufrir una isquemia cerebral (obstrucción del paso de la sangre al cerebro) que le ocasionó un accidente cerebrovascular (ACV). Minutos antes había terminado un concierto en Venezuela.
“Una persona que está en coma tiene un daño cerebral severo, pero se mantiene viva. Aún cuenta con reflejos, que son signos de actividad neurológica”, explica a El Comercio el médico cirujano Juan Antonio Almeyda, especialista en medicina de emergencia y ex director ejecutivo de la Oficina Nacional de Donación y Trasplante (ONDT) del Ministerio de Salud.
Declaración legal
En el caso de la muerte cerebral, la figura es distinta. “En la muerte encefálica, debido al daño neurológico irreversible, el cerebro queda sin actividad. Eso quiere decir que ya no funciona. Esta condición, conocida también como muerte clínica, basta para declarar legalmente que una persona está muerta”, indica Almeyda.
Cuando ocurre la muerte cerebral, los órganos suelen seguir funcionando hasta 48 horas después del hecho y por eso es el momento adecuado para la autorización y realización del trasplante de órganos.
¿Y qué hay con respecto al uso del respirador? Se trata de un elemento de apoyo para los pacientes en coma y para quienes tengan muerte encefálica. “En el caso de los pacientes en coma se usa cuando pierden la capacidad de oxigenarse por sus propios medios”, agrega.
Una sola causa de muerte
Las ficciones tanto en la televisión como en el cine nos han acostumbrado a asociar la muerte con la detención del corazón, lo cual se ve reflejado en el electrocardiograma.
“Las personas mueren de una sola forma y es con la muerte encefálica, cuando el cerebro deja de funcionar. Cuando se detiene el corazón y no hay una respuesta, se produce la muerte del cerebro. Eso quiere decir que un paro cardíaco o un paro respiratorio pueden llevarnos a la muerte cerebral. Y cuando hay muerte encefálica, es cuestión de corto tiempo para que el resto del cuerpo muera”, afirma el médico Almeyda. PRECAUCIÓN. Las personas que sufren de accidentes cerebrovasculares no necesariamente mueren. UNA SITUACIÓN COMPLEJA. La adicción a los cigarrillos y su vida acelerada habrían llevado al cantante a sufrir el ACV hace cuatro años, según especialistas. EL PRONÓSTICO ERA MALO. Por su condición y el tiempo en coma, los expertos señalaban que, de recuperarse, Cerati hubiera tenido que lidiar con serias secuelas como la hemiplejia.
Comprendiendo el significado de muerte cerebral
Hablar de muerte cerebral no es lo mismo que hablar de coma. Cuando una persona entra en coma, está inconsciente pero sigue viva. Se trata de un estado grave de pérdida de conciencia y puede deberse a diferentes condiciones. En cambio, cuando se produce la muerte cerebral, el cerebro deja de funcionar. Todas las funciones cerebrales habrán cesado su actividad de manera completa e irreversible.
Cuando pensamos en la muerte, pensamos en el proceso por el que el corazón deja de latir y los pulmones de funcionar. Hoy en día es posible que las funciones cardiorrespiratorias se paren, pero el paciente siga con vida. Esto es gracias a los soportes mecánicos. Sin embargo, el fin de la actividad cerebral marcará de forma definitiva el deceso de una persona como tal. En este momento, la persona no respirará si el ventilador está apagado.
Alguno signos para identificar una muerte cerebral
Diagnosticar la muerte cerebral no es una tarea sencilla. Para ello será necesario probar la inexistencia de las diferentes funciones cerebrales a través de diversos protocolos.
Existen algunos signos para detectar una muerte cerebral, entre los que se incluyen:
Los pacientes no responden a la luz.
La persona no muestra reacción al dolor.
Los ojos no parpadean cuando se toca la superficie del ojo (reflejo corneal).
Los ojos no se mueven cuando se mueve la cabeza (reflejo oculocefálico).
Los ojos no se mueven cuando se vierte agua helada en el oído (reflejo oculo vestibular).
No hay reflejo de náuseas cuando se toca la parte posterior de la garganta.
La persona no respira cuando el ventilador está apagado.
Una prueba de electroencefalograma no muestra actividad cerebral alguna.
Diferencias entre muerte cerebral y el coma
Las diferencias que existen entre muerte cerebral y otros estados de inconsciencia, son múltiples.
Por ejemplo, el coma puede compararse a un estado de sueño profundo en el que los estímulos externos no hacen que el cerebro se despierte y esté alerta. Aún así, la persona sigue viva y es posible su recuperación.
La muerte cerebral a menudo se confunde con un estado vegetativo persistente. Pero tampoco es lo mismo. Cuando una persona se encuentra en un estado vegetativo persistente, esta ha perdido sus funciones cerebrales más altas, pero algunas funciones esenciales como la frecuencia cardíaca y la respiración, siguen intactas. Una persona en estado vegetativo está viva y puede recuperarse hasta cierto punto, con el tiempo. La muerte cerebral significa que la persona ha muerto.
La angustia de la familia frente a una muerte cerebral
En un estado de muerte cerebral, las máquinas de soporte vital mantienen la respiración y el ritmo cardíaco de la persona, por lo que son cálidas al tacto. Esta situación da esperanzas a los familiares que esperan con anhelo su recuperación. Se puede pensar que la persona esté en coma y podría despertarse. Por esto, es importante que el personal sanitario explique de manera clara que la muerte cerebral es definitiva y no tiene ninguna posibilidad de volver a recuperar la conciencia.
La donación de órganos
En algunos casos, una persona con muerte cerebral puede ser candidato/a para la donación de órganos. En los casos en los que sea posible, si la persona es donante o su familia expresa su voluntad de donar órganos, la ventilación se deja encendida. Además, se pueden administrar diferentes medicamentos para ayudar a preservar los órganos internos.
En este caso, la persona que ha fallecido se somete a una operación mediante la que se le extirpan los órganos válidos. Tras esta operación, se desconectará el ventilador y podrán realizarse los arreglos funerarios.
Si quieres saber más sobre la muerte cerebral, no dudes en contactar con profesionales médicos.
Desde el Área de neurología de Neural, podemos ayudarte. Consulta con nuestros profesionales.
Hablar de muerte cerebral no es lo mismo que hablar de coma. Cuando una persona entra en coma, está inconsciente pero sigue viva. Se trata de un estado grave de pérdida de conciencia y puede deberse a diferentes condiciones. En cambio, cuando se produce la muerte cerebral, el cerebro deja de funcionar. Todas las funciones cerebrales habrán cesado su actividad de manera completa e irreversible.
Cuando pensamos en la muerte, pensamos en el proceso por el que el corazón deja de latir y los pulmones de funcionar. Hoy en día es posible que las funciones cardiorrespiratorias se paren, pero el paciente siga con vida. Esto es gracias a los soportes mecánicos. Sin embargo, el fin de la actividad cerebral marcará de forma definitiva el deceso de una persona como tal. En este momento, la persona no respirará si el ventilador está apagado.
Alguno signos para identificar una muerte cerebral
Diagnosticar la muerte cerebral no es una tarea sencilla. Para ello será necesario probar la inexistencia de las diferentes funciones cerebrales a través de diversos protocolos.
Existen algunos signos para detectar una muerte cerebral, entre los que se incluyen:
Los pacientes no responden a la luz.
La persona no muestra reacción al dolor.
Los ojos no parpadean cuando se toca la superficie del ojo (reflejo corneal).
Los ojos no se mueven cuando se mueve la cabeza (reflejo oculocefálico).
Los ojos no se mueven cuando se vierte agua helada en el oído (reflejo oculo vestibular).
No hay reflejo de náuseas cuando se toca la parte posterior de la garganta.
La persona no respira cuando el ventilador está apagado.
Una prueba de electroencefalograma no muestra actividad cerebral alguna.
Diferencias entre muerte cerebral y el coma
Las diferencias que existen entre muerte cerebral y otros estados de inconsciencia, son múltiples.
Por ejemplo, el coma puede compararse a un estado de sueño profundo en el que los estímulos externos no hacen que el cerebro se despierte y esté alerta. Aún así, la persona sigue viva y es posible su recuperación.
La muerte cerebral a menudo se confunde con un estado vegetativo persistente. Pero tampoco es lo mismo. Cuando una persona se encuentra en un estado vegetativo persistente, esta ha perdido sus funciones cerebrales más altas, pero algunas funciones esenciales como la frecuencia cardíaca y la respiración, siguen intactas. Una persona en estado vegetativo está viva y puede recuperarse hasta cierto punto, con el tiempo. La muerte cerebral significa que la persona ha muerto.
La angustia de la familia frente a una muerte cerebral
En un estado de muerte cerebral, las máquinas de soporte vital mantienen la respiración y el ritmo cardíaco de la persona, por lo que son cálidas al tacto. Esta situación da esperanzas a los familiares que esperan con anhelo su recuperación. Se puede pensar que la persona esté en coma y podría despertarse. Por esto, es importante que el personal sanitario explique de manera clara que la muerte cerebral es definitiva y no tiene ninguna posibilidad de volver a recuperar la conciencia.
La donación de órganos
En algunos casos, una persona con muerte cerebral puede ser candidato/a para la donación de órganos. En los casos en los que sea posible, si la persona es donante o su familia expresa su voluntad de donar órganos, la ventilación se deja encendida. Además, se pueden administrar diferentes medicamentos para ayudar a preservar los órganos internos.
En este caso, la persona que ha fallecido se somete a una operación mediante la que se le extirpan los órganos válidos. Tras esta operación, se desconectará el ventilador y podrán realizarse los arreglos funerarios.
Si quieres saber más sobre la muerte cerebral, no dudes en contactar con profesionales médicos.
Desde el Área de neurología de Neural, podemos ayudarte. Consulta con nuestros profesionales.
No comments:
Post a Comment