Hipocondría digital
'Doctor Google', ¿Qué me pasa? Peligros de autodiagnosticarse en internet
El mayor acceso a información sanitaria en la red incrementa las búsquedas sobre enfermedades y dolencias y favorece la automedicación
Pocas preguntas podemos hacernos que no estén ya respondidas en Internet. Para bien o para mal, en la web hay respuesta para casi todo, desde cómo planear una despedida de soltera al mejor remedio natural contra el dolor de muelas. Así que, cuando nos asaltan las dudas, especialmente si están relacionadas con nuestra salud, lo primero que hacemos es recurrir al 'doctor Google'. Es fácil, está al alcance de la mano y, en general, nos calma, porque nos hace sentir (falsamente) en control de la situación.
Sin embargo, es una conducta que puede entrañar riesgos. «Aunque la información obtenida en Internet relacionada con la salud puede ser de ayuda para el autocuidado y el mantenimiento de un estilo de vida saludable, a veces no es del todo precisa o se presenta en un lenguaje excesivamente técnico y difícil de interpretar fuera del contexto sanitario, lo que puede generar confusión. Otras veces, contradice las evidencias científicas y promulga conductas potencialmente peligrosas, desde interrumpir el tratamiento de una enfermedad que se padece a invitarnos a hacer una dieta milagro», advierte Marta Martínez del Valle, secretaria de información de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
También puede ocurrir que uno acabe en webs donde «hay gente que, sin ser profesionales sanitarios, incluye información sobre síntomas muy generales, como un dolor de cabeza, para comercializar algún falso remedio y enriquecerse a costa del mal ajeno», añade la psicóloga Sherezade Márquez Martínez, miembro del colegio de psicólogos de Bizkaia.
«El sesgo de confirmación nos lleva a quedarnos con el peor 'diagnóstico' que encontramos»
SHEREZADE MÁRQUEZ MARTÍNEZ
Psicóloga clínica
Aun así, casi todos hemos recurrido a la red para despejar nuestras dudas en torno a una sintomatología que nos preocupa. De hecho, el 43,7% de los españoles admite que se autodiagnostica en Internet, según el 'IV Estudio de salud y estilo de vida', elaborado por Aegon Seguros.
Hacer este tipo de búsquedas no tiene por qué ser un problema, siempre que no interfiera en la vida diaria. Si lo hace, hablaríamos de hipocondría digital o cibercondría, un trastorno caracterizado por la preocupación obsesiva por la salud que lleva a una persona a buscar continuamente información sobre síntomas, dolencias o enfermedades para poner un nombre a lo que le ocurre, o a lo que cree que le sucede.
Síntomas que se exageran
«El paciente hipocondríaco tiende a interpretar de manera errónea cualquier sensación considerada normal, como los ruidos intestinales; o que constituye un síntoma menor de cualquier proceso, como tener una temperatura corporal de 37,5 ºC. En estos casos, ellos lo interpretan como un signo inequívoco de una enfermedad grave que puede poner en riesgo su vida, y eso les lleva a consultar en Internet constantemente las posibles causas. Si, además, son personas que ya están diagnosticadas de alguna enfermedad orgánica, bien aguda o crónica, su nivel de preocupación es tal que presentan un grado de ansiedad muy superior al de una persona psicológicamente sana», cuenta Martínez del Valle.
El problema es que el proceso de búsqueda puede ser tan infinito como páginas hay en la red, lo que lleva a algunas personas a pasarse la vida comprobando lo que les pasa. «Hay quien deja de ir al trabajo o de salir de casa por si se queda sin Internet y no puede realizar estas comprobaciones», advierte Márquez Martínez.
Le puede pasar a cualquiera y a cualquier edad, aunque «el perfil más habitual del hipocondríaco digital es una persona de entre 30 y 50 años», afirma la doctora de atención primaria. Por sexos, el estudio de Aegon destaca que las mujeres son las que realizan más búsquedas por Internet sobre salud, registrándose una diferencia de diez puntos entre ambos sexos (el 48,6% de ellas frente al 38,6% de ellos). Por autonomías, Navarra encabeza la lista de regiones de España donde más búsquedas de este tipo se realizan. País Vasco y La Rioja están a la cola.
Porcentaje de búsquedas sobre dolencias y enfermedades en Internet por regiones. / |
Se consulta principalmente sobre síntomas o dolores ocasionales, seguido de enfermedades leves o puntuales, enfermedades crónicas o recurrentes y síntomas psicológicos, según los datos obtenidos por Aegon. Las patologías crónicas son las que más interesan a los encuestados mayores de 60 años, mientras que la salud mental genera más búsquedas entre los jóvenes entre 18 y 25 años.
Porcentaje de búsquedas en Internet según el tipo de dolencias y enfermedades. / AEGON |
Qué consultan los mayores
Esta tendencia, además, ha desembocado en un repunte de la automedicación en España. El informe de Aegon destaca que el 24% de los españoles se automedica, un 1,3% más que en 2020. Casi la mitad de ellos lo atribuye a que saben lo que les va a recetar el médico, según los síntomas que experimentan, mientras que el resto lo justifica con que se automedica para tratar enfermedades leves o por la dificultad de conseguir una cita en el médico ante las largas listas de espera.
Como consecuencia, la confianza y credibilidad de los profesionales de la salud se pone en entredicho. «Tener tanta información nos hace creer que sabemos más que los médicos, pero debemos tener cuidado, porque cuando buscamos respuestas en Internet sobre algo que nos preocupa surge el sesgo de confirmación, es decir, aunque encontremos cincuenta diagnósticos distintos a los síntomas que tenemos, inconscientemente nos fijamos y nos quedamos con el más dramático, porque la emoción que nos mueve es la angustia, sea eso o no lo que nos ocurre», avisa Márquez Martínez.
– ¿Cómo podemos detener esta conducta?
– Ante cualquier problema de salud que nos preocupe, la persona que nos puede ayudar es nuestro médico de atención primaria, que es quien puede realizar las exploraciones y las técnicas necesarias para llegar a un diagnóstico en los casos que se precise. Por nuestra parte, como médicos, debemos buscar una comunicación de calidad, intentando que el paciente adquiera la confianza necesaria para que nos plantee todas sus dudas y resolverlas con un lenguaje compresible que le permita salir de la consulta satisfecho –señala Martínez del Valle–.
Esto es especialmente importante en la época de incertidumbre en la que vivimos. «La pandemia ha provocado un aumento de bulos en salud y ha generado una infoxicación alarmante en la población en general, algo que ha afectado especialmente a las personas psicológicamente menos estables, como los hipocondríacos», añade la doctora.
Cómo buscar información de calidad
En caso de consultar en Internet las posibles dolencias que tengamos, la recomendación de las especialistas es intentar conseguir información lo más fidedigna posible. Para ello, existen varias opciones. Por ejemplo, las webs de las sociedades científicas, las de las asociaciones de pacientes, las de organizaciones médicas colegiales o las de organismos nacionales o internacionales, como la página del Ministerio de Sanidad, las de las consejerías de Salud o la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), son algunas alternativas útiles.
El texto debe estar avalado y firmado por expertos en la materia, indicar la bibliografía que lo respalda y diferenciar claramente la información publicitaria de la que no lo es.
Además, piden a los medios de información, en cualquiera de sus formatos, que publiquen información fidedigna y contrastada y huyan de las noticias sensacionalistas, que pueden causar un gran daño y desconfianza a la población.
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