Las Guías de Práctica Clínica (GPC) son un conjunto de recomendaciones basadas en una revisión sistemática de las evidencias científicas y en la evaluación de riegos y beneficios de las diferentes alternativas, con el fin de optimizar la atención sanitaria a los pacientes. Estas abarcan desde la prevención, promoción, diagnóstico, tratamiento, hasta la rehabilitación y el tratamiento paliativo.
Por su parte, los Protocolos de Atención Médica (PAM) es un documento, a partir de las GPC, que describe en resumen el conjunto de procedimientos técnico-médicos necesarios para la atención de una situación específica de salud.
Para la elaboración de ambos existe una metodología que establece unos pasos imprescindibles desde el punto de vista técnico que permitan su posterior validación: Conformación del equipo de elaboración (técnicos del Ministerio de Salud, las academias, Colegio Médico representado por la sociedad especializada de que se trate, representación de centros de salud especializados en manejo de la enfermedad en cuestión, profesionales que en sí mismos constituyen un referente en el manejo de casos de la enfermedad; en fin, una representación plural y democrática que concentra el saber al respecto. Luego, el levantamiento de toda la evidencia científica existente por medio de los estudios con mayor aval científico, experiencia práctica, etc. Paso siguiente, la elaboración de la GPC y/o PAM por el equipo destinado al efecto; seguido de un proceso de validación por parte de un comité de validación al margen de los formuladores, pero de profesionales competentes en la materia, tanto en la metodología de la elaboración misma, como por sus conocimientos en el manejo de la enfermedad.
Una vez elaborado y validado la GPC y/o el PAM viene la fase de socialización, por medio de la cual se da a conocer el mismo a la comunidad médica. Seguido a esta fase, viene el período de implantación en todos los servicios clínicos de atención, complementado por la supervisión y evaluación de su aplicación por parte de los operadores del sistema asistencial (centros de salud y profesionales médicos).
Como se puede apreciar, es todo un proceso para que culmine exitosamente la implantación de las GPC y PAM.
Esto no se da ni por ley ni por decreto ni con amenazas ni represión. Implica un cambio de cultura, pasar de la discrecionalidad al uso sistemático de la mejor evidencia científica existente para abordar las enfermedades.
¿Dónde falla la autoridad? que solo lleva el proceso hasta la elaboración, hace una socialización ineficiente y obvia la fase de implantación y brilla por su ausencia la supervisión y evaluación de la implantación.
¿Qué funciones tienen las autoridades? Ministerio de Salud (MS) a través del Viceministerio de Garantía de la Calidad coordinar la formulación, junto al Servicio Nacional de Salud crear el proceso de socialización e implantación en la Red Pública. Esto último pasa por el involucramiento de las direcciones hospitalarias, los jefes de servicios, los coordinadores de residencias médicas, los jefes de enseñanza, jefes de residentes. Como participan las academias deben convertirse las GPC y PAM en herramientas de enseñanza a nivel de grado.
Con periodicidad establecida el MS debe hacer auditoría del uso correcto de las GPC y PAM en los centros de salud, establecer las sanciones a los centros que incurran en fallas en su aplicación; las direcciones de hospitales a través de su departamento de calidad supervisar y evaluar el debido cumplimento, crea mecanismos de incentivo al cumplimiento y de sanciones a incumplimiento.
Es importante señalar que al establecer GPC y PAM en los centros de servicios deben existir las necesidades cubiertas de medicamentos, insumos y medios diagnósticos para que se puedan cumplir los mismos.
Fuente http://hoy.com.do/guias-de-practica-clinica-y-protocolos-de-atencion-su-importancia-en-la-calidad/
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