Descripción de la infografía
La infografía presenta de forma clara y educativa el síndrome del niño zarandeado (Shaken Baby Syndrome), un tipo de maltrato infantil que ocurre al sacudir violentamente a un lactante. Se destacan las principales estructuras afectadas —cerebro, ojos y cuello—, así como los mecanismos de lesión (hematoma subdural, hemorragia retiniana, hiperflexión e hiperextensión cervical). Además, se detallan complicaciones adicionales como fractura de cráneo, edema cerebral, hematoma subaracnoideo, y lesiones medulares.
La infografía aporta estadísticas de Estados Unidos (600–1400 casos anuales, con una mortalidad aproximada del 25 %) y enfatiza medidas de prevención para cuidadores y padres, así como los síntomas de alarma (convulsiones, vómitos, letargia, apnea, dificultad respiratoria, entre otros).
🧾 Síndrome del Niño Zarandeado (Shaken Baby Syndrome, SBS)
✍️ DrRamonReyesMD
EMS Solutions International – 2025
1. Introducción
El síndrome del niño zarandeado constituye una de las formas más graves de maltrato infantil. Se produce cuando un lactante, generalmente menor de dos años, es sometido a movimientos bruscos de aceleración-desaceleración sin impacto directo. La inmadurez neuromuscular, la desproporción cefalocorporal y la fragilidad vascular hacen que estos pacientes sean altamente vulnerables.
2. Fisiopatología
- Cerebro: el movimiento violento genera fuerzas de cizallamiento que desgarran venas puente → hematoma subdural. El exceso de líquido subdural en lactantes facilita este desplazamiento.
- Ojos: las aceleraciones producen hemorragias retinianas múltiples en capas internas, altamente sugestivas de traumatismo no accidental.
- Cuello y columna cervical: la hiperflexión e hiperextensión repetida dañan médula espinal y estructuras óseas cervicales, pudiendo causar parálisis o muerte súbita.
3. Manifestaciones clínicas
- Neurológicas: convulsiones, letargia, irritabilidad extrema, disminución del nivel de conciencia, incapacidad para sostener la cabeza.
- Digestivas/respiratorias: vómitos recurrentes, dificultad respiratoria, apnea.
- Oculares: hemorragias retinianas, alteración del reflejo pupilar (anisocoria o pupilas desiguales).
- Otros signos: hematomas craneales, fracturas de cráneo, edema cerebral.
4. Diagnóstico diferencial
Debe distinguirse de:
- Accidente doméstico accidental.
- Coagulopatías congénitas.
- Infecciones del sistema nervioso central.
- Enfermedades metabólicas.
La combinación de hematoma subdural + hemorragias retinianas + lesión cervical es prácticamente patognomónica de maltrato.
5. Pronóstico
- Mortalidad estimada: 20–25 %.
- De los sobrevivientes, más del 50 % presenta secuelas graves: retraso psicomotor, epilepsia, ceguera, parálisis cerebral, déficit cognitivo permanente.
6. Prevención y educación
El desencadenante más común es el llanto inconsolable del lactante. Es esencial:
- Educar a padres y cuidadores en técnicas de manejo del llanto (pausas, pedir ayuda, balanceo suave, evitar la frustración).
- Promover redes de apoyo comunitario.
- Sensibilizar que el zarandeo nunca es una opción segura.
7. Aspecto legal y ético
El síndrome del niño zarandeado se considera maltrato infantil. El cuidador responsable puede enfrentar procesos judiciales por lesiones graves o incluso homicidio, dependiendo de la legislación vigente. Todo personal sanitario tiene obligación de notificación inmediata a las autoridades ante sospecha de SBS.
✅ Conclusión: El síndrome del niño zarandeado es prevenible. Su identificación precoz, manejo hospitalario urgente y denuncia legal son claves para salvar vidas y proteger a la infancia.


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